Salvaje agresión a futbolistas sanjuaninos en San Luis
El partido entre Sporting Club Victoria de San Luis y Peñarol de San Juan, por el Torneo Federal Regional fue suspendido a 15 minutos del final por serios incidentes. Los jugadores del conjunto visitante debieron salir del campo de juego saltando el alambrado ante las salvajes agresiones de sus pares puntanos y cobardes hinchas locales que arremetieron en horda.
El duelo estaba 0-0 y de esta manera, por el 4-0 de la ida, el Bohemio se clasificaba a la final de Cuyo. Varios integrantes del plantel y el cuerpo técnico terminaron con heridas, luego de escapar por los alambrados: Ernesto Ceballo incluso se descompensó y debió recibir asistencia.
Mariano Perona, dirigente de Peñarol, indicó que “lo que pasó fue muy grave”. Además, agregó: “No nos protegió la Policía ni el club local. Por suerte ya estamos todo bien. Vamos a esperar que todo se tranquilice para poder volver a San Juan.
Transcurrían 30 minutos del segundo tiempo y el marcador estaba 0 a 0, cuando hinchas puntanos ingresaron a la cancha y se produjo una atroz agresión. Los jugadores bohemios terminaron siendo golpeados por al menos cinco barras cada uno, en un enfrentamiento violento y muy desigual.
Ante esta situación, el encuentro por el Regional Amateur quedó suspendido, tras la decisión del árbitro Héctor Lingua que ya había sido amenazado y hasta agredido por integrantes del plantel y cuerpo técnico anfitrión, pese a lo cual reanudó la contienda.
En realidad, los hechos execrables empezaron mucho antes del primer pitazo del partido, ya que la noche anterior los integrantes del conjunto de San Juan sufrieron agresiones. Según relataron, les tiraron bombas de estruendo, estuvieron en el lugar donde se hospedaban haciendo ruido y hasta los amenazaron con no dejarlos llegar a la cancha.
Las sospechas no tardaron en confirmarse. Cuando empezó el partido el ambiente estaba tenso tanto en las tribunas como en la cancha. A los 20 minutos del primer tiempo el árbitro sacó la tarjeta roja a uno de los jugadores de Victoria de San Luis, el volante Walter Quevedo.
Esto provocó un primer entredicho entre jugadores y el árbitro, que también recibió un golpe por parte de un jugador y cayó tendido ante un remolino de enfurecidos equipistas locales.
Todo siguió tenso hasta que, hacia el final del segundo tiempo, la situación se terminó de descontrolar cuando Lingua suspendió el partido por una bomba de estruendo. En ese momento los hinchas ingresaron a la cancha y se armó una batalla campal, en la que participaron también jugadores y cuerpo técnico del equipo puntano. Incluso, los jugadores denunciaron que les cerraron el portón de la cancha, impidiendo que escaparan de las agresiones.
Poco después intervino policía de la provincia vecina, aunque no antes de que varios sanjuaninos sufrieran heridas y cortes varios. Ernesto Ceballos, del equipo sanjuanino, tuvo que ser trasladado al Hospital ya que se desmayó luego de que le dieran un rodillazo en el pecho. El resto sufrió golpes de puño, patadas y rodillazos y un jugador salió con un corte en la cara. El arquero también terminó con un brazo lesionado.
“Podría haber sido una tragedia”
Fue desesperante el momento que vivió Cristian Bove y todo el plantel de Peñarol en cancha de Sporting Victoria, en San Luis. El DT no sólo recibió golpes de puños y rodillazos, sino que además tuvo que saltar un alambrado -al igual que el resto del plantel- para salvar su vida. “Estamos muy mal. Podría haber sido una tragedia”, expresó a los colegas de Tiempo de San Juan.
“Fue un desastre. Nos pegaron en todo el partido. Cuando se suspendió quisimos salir de la cancha pero nos cerraron el portón y se armó una batalla campal. Los jugadores de ellos empezaron todo. Después se sumaron los hinchas. Queríamos ir al vestuario pero un policía nos cerró el portón y nos empezaron a pegar, no había cómo salir”, señaló.
Según Bove, de la agresión participaron desde jugadores y auxiliares de Victoria hasta la barra brava: “Nosotros eramos 20 y ellos 200. Era un mundo de gente. a Ernesto Ceballo le dieron un rodillazo en el pecho y lo desmayaron. Hubo patadas, rodillazos, todos están lastimados”.
El DT agregó: “Ya en la madrugada empezaron las amenazas. Nos rompieron el colectivo y todo el estacionamiento del hotel. Esperemos que el Tribunal actúe de oficio, hay pruebas suficientes. No hay forma de ocultar lo que pasó y mi deseo es que desafilien al club. Todos, partiendo por los dirigentes, son responsables. Nosotros tuvimos que salir de ahí en dos camionetas de la policía, habíamos quedado varados a la orilla de la autopista”.