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Sinceramiento financiero: siguen bajando las tasas

Hay dos comportamientos que demuestran con claridad un cambio en las condiciones del mercado financiero que se profundiza en el comienzo de febrero. El Banco Central viene comprando 75 millones de dólares por día pero el dólar no reacciona y el mayorista sigue por debajo del “piso” de la banda cambiaria. Y, del otro lado, en la vereda de enfrente, hay una carrera de inversores hacia las colocaciones en pesos en el entendimiento de que la tasa de interés va para abajo y la renta que hoy pueden obtener los ahorristas supera a la que vendrá.

 

El reflejo más visible es la aceleración en la baja de las tasas de las Letras de Liquidez (Leliq) del Banco Central. Ese tipo de interés que en diciembre era de 60,3% anual bajó casi 6 puntos en enero y lleva bajado 3 puntos en sólo tres días de febrero.

 

Una caída a razón de un punto por día de las Leliq es el argumento más contundente para explicar el cambio de visión que tiene el mercado con una apuesta , en el corto plazo, a las opciones en pesos favoreciendo, a su vez, la debilidad del dólar billete.

 

Sólo para dato ilustrativo: el paralelo cotizó a $37,20 , más de un peso por debajo del oficial y sólo 10 centavos por encima de la cotización mayorista que es la más baja del mercado. El “blue” está por el piso en el comienzo impensado de un año electoral.

 

La baja de las Leliq (letras que el Banco Central coloca entre los bancos para sacar dinero de circulación) dibujó el siguiente sendero: a comienzos de diciembre 60,3% anual, el 2 de enero estaba en 59,41%, el 31 de enero en  en 53,68% y el 5 de febrero en 50,39% con mínimo de 49,47% anual en la licitación.

 

La tasa de Leliq surge de las ofertas que los bancos le proponen diariamente al Central que, a su vez, fija el corte en función del objetivo de que la  cantidad de dinero se mantenga dentro de la meta de “crecimiento cero” acordada con el Fondo Monetario Internacional.

 

En otras palabras, son los bancos los que se están apurando a colocar los pesos a tasas decrecientes en el supuesto convencimiento de que al final del día y del mes la tasa le ganará al dólar.

 

La menor renta de las Leliq, como era de esperar, se traduce en una caída de la tasa para los depósitos a plazo fijo que el 5 de febrero terminó en 40,98% cuando la semana anterior estaba por encima del 43% anual.

 

Uno de los argumentos que sustenta la baja de la tasa es la expectativa de una inflación menor a partir de febrero. Los economistas que siguen de cerca el tema dicen que en enero el aumento del costo de vida habría sido de 2,8% y que en febrero también rondará en torno a ese nivel ya que jugaría a favor la baja estacional de los precios del turismo pero la suba de las tarifas aportaría un punto en forma directa.

 

Pero el argumento más potente para explicar la aceleración en la baja de las tasas pasa por el mercado cambiario.

 

Dentro y fuera del Gobierno se reconoce que la clave del “veranito” financiero fue el anuncio de la Reserva Federal de EE.UU. sobre que sería muy prudente a la hora de pensar en subir la tasa de interés.

 

Ese cambio de posición (originalmente se pensaba que la subiría en tres o cuatro ocasiones en 2019) modificó el sentido de parte de los capitales que ahora se están dirigiendo hacia países emergentes. La trepada de los bonos argentinos desde comienzos de año son un reflejo.

 

Un dato clave que se conoció ayer fue que Paraguay salió al mercado y colocó un bono con vencimiento en 2050 y consiguió U$S 500 millones pagando una tasa de 5,4% anual. La Argentina hoy pagaría más de 9%.

 

La tasa de riesgo país de la Argentina bajó a 629 puntos ( pagaría 6,29 puntos sobre lo que paga EE.UU.) pero todavía le resultaría muy caro conseguir fondos afuera.

 

El otro punto que ayuda al “veranito” es que empezaron a entrar los dólares de la cosecha de trigo (hay liquidaciones anticipadas por parte de las cerealeras y eso serena mucho a un mercado que, aún con un dólar en descenso, sabe que se trata de un precio relativamente alto del billete.

 

Será por eso que hay un “efecto tobogán” que consiste en que cuantos más dólares compra el Central crece la expectativa de que el billete continuará por debajo del piso de la banda cambiaria y que eso desata la carrera por ir a las colocaciones en pesos.

 

De hecho, un beneficiado fue el Tesoro Nacional que colocó Letras (Lecaps) en pesos con vencimiento posterior a la fecha de elecciones abriendo una fuente de financiación impensada hace cuatro o cinco meses atrás.

 

El Tesoro, a su vez, cuenta con una carta importante en la manga que son los dólares del FMI que comenzará a vender a fines de marzo o principios de abril para financiar las cuentas públicas.

 

Ya el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, adelantó que volcará al mercado entre US$ 6.000 y US$ 11.000 millones que constituirán una porción importante de la oferta de divisas que tendrá este año la Argentina.

 

Una vez más en la historia económica reciente, la fluidez en la oferta de dólares hace renacer la calma financiera y alienta las expectativas del oficialismo en el año electoral.