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Llega el rival de Banelco y Red Link: los nuevos cajeros y qué podrás hacer

Uno de los grandes propósitos y desafíos de la nueva economía digital es la inclusión financiera de las personas no bancarizadas, que en la Argentina alcanza nada menos que al 52% de la población, según una encuesta realizada por la Universidad de Palermo (UP) y la consultora Voices.

 

El país está muy relegado con respecto a las cifras que se manejan en la región: en Chile, el nivel es del 26%; en Brasil, del 30%; en Uruguay, del 36%; y en Bolivia, del 49%, de acuerdo con el mismo trabajo. Incluso, se ubica por encima del promedio de América Latina y el Caribe: 47%.

 

En este contexto, una diversidad de comercios, cajeros no bancarios y redes de empresas de cobranzas ofrece la posibilidad de realizar distintos tipos de operaciones, ya sea para el segmento que se encuentra fuera del sistema como para el cliente tradicional, interesado en recibir soluciones adicionales.

 

Desde hace poco más de un año, el retiro de efectivo en farmacias, supermercados y estaciones de servicio, entre otros comercios, se fue haciendo más habitual. En particular, en épocas de feriados largos y cajeros vacíos o fuera de servicio.

 

De esta manera, una práctica que era ocasional comenzó a ganar terreno y ya se impone como una alternativa al cajero bancario.

 

Los nuevos cajeros extrabancarios

 

A las tradicionales Link y Banelco, este año se sumará Octagon, la primera red de cajeros automáticos no bancarios.

 

La incursión es comandada por Odyssey Group, una empresa creada en “un garaje al igual que Google”, según suele afirmar su CEO y fundador, el argentino Sebastián Ponceliz.

 

El empresario, radicado en la Florida desde hace 12 años, invertirá u$s50 millones en dos años para el lanzamiento el mercado doméstico. Ahora, la firma trabaja contrarreloj y ultima detalles para empezar a operar en el primer trimestre.

 

El funcionamiento de estos dispositivos es sencillo:

 

– La compañía provee los cajeros y se ocupa de su instalación, mantenimiento y soporte técnico.

 

– Los inversores, que desembolsan para comprar estas máquinas, pueden ser bancos, supermercados, farmacias, kioscos, terminales de transporte público, shoppings, estaciones de servicio, entre otros.

 

– Los equipos funcionan conectándose a las redes interbancarias Cirrus (Mastercard) y Plus (Visa), al igual que en otros países.

 

“Nosotros proveemos los cajeros y nos ocupamos de su instalación y de cargarlo diariamente, para lo cual tendremos una empresa de logística propia. Pero son inversores los que ponen la plata para comprarlos”, afirma el empresario.

 

Y añade: “Pueden ser desde cadenas de supermercados hasta bancos, pero también inversores que quieren ingresar al negocio, con un desembolso inicial de 10.000 dólares por aparato”.

 

A la Argentina llegarán dos modelos:

 

– Sirius I, que permite extraer dinero y consultar saldos.

 

– Sirius II, un cajero multifunción que además posibilita la compraventa de monedas virtuales, el otorgamiento de microcréditos, pagos de servicios, transferencias entre personas, retiros sin tarjeta y venta de seguros, entre otras opciones.

 

Según sostienen desde la compañía, si se elige una buena locación, el recupero de la inversión puede ser rápido: hablan de menos de un año.

 

También remarcan los comercios que dispongan de estas terminales podrán ofrecer un aumentar el tránsito en el punto de venta y generar nuevos clientes, además de reducir los costos vinculados con la seguridad y el traslado de fondos, ya que pueden depositar el efectivo generado en la propia terminal.

 

Los dueños de estos cajeros serán los que decidirán si imponen un recargo a las transacciones.

 

La llegada de esta empresa a la Argentina y la incorporación de las terminales extrabancarias surgen a partir de las normativas del Banco Central, por las que se desreguló la actividad de los cajeros automáticos.

 

En la actualidad, hay 15.000 máquinas expendedoras de dinero instaladas en toda la Argentina. Es decir, una cada 2.866 habitantes.

 

Esta cifra marca que a nivel local se está muy lejos de otros países: en Estados Unidos existe uno cada 600 y en Europa, uno cada 800. Según Odissey Group, para alcanzar el ratio de 800 habitantes por terminal harían falta 40.500 nuevos.

 

Paralelamente a la llegada de esta red de cajeros extrabancaria al país, sigue creciendo la cantidad de establecimientos que ofrecen a los usuarios la posibilidad de retirar efectivo con sus compras con tarjeta de débito.

 

Según Prisma Medios de Pago, licenciatario de Visa e instrumentador del sistema Extra Cash, la cantidad de comercios que ofrecen este servicio aumentó 35% en diciembre de 2018 comparado con el mismo mes del año pasado.

 

Entre ellos, se encuentran Farmacity, Garbarino, Coto, McDonald’s e YPF. Lo mismo ocurre con el volumen de transacciones, que registró un fuerte incremento en estos últimos meses.

 

“Extra Cash se está convirtiendo en una modalidad de retiro de efectivo cada vez más habitual entre los argentinos”, señala Agustín Parodi, gerente de Productos Adquirentes de la división Medios de Pago de la empresa.

 

“Hoy contamos con más de 10.000 puntos en todo el país, donde los clientes pueden extraer dinero, con un límite de $5.000, sin tener que ir al banco, aprovechando su tiempo en una acción tan habitual como hacer las compras o cargar nafta”, añade.

 

El creciente nivel de adopción se percibe en el aumento del volumen de extracción, que también repuntó 35% en la comparación interanual.

 

A esta modalidad de extracción se suman las redes de cobros, como Rapipago y Pago Fácil, que permiten retirar efectivo en sus locales, convirtiéndose así en una opción adicional a las terminales bancarias y extrabancarias como Octagon.

 

Aquí no hace falta ser cliente de un banco para acceder a servicios como enviar y extraer dinero o realizar el pago de algún servicio, pues se utiliza efectivo.

 

Desde Rapipago explican que entre un 50% y un 60% de sus usuarios se encuentran bancarizados y pertenecen a sectores medios y medios bajos, por lo que la inclusión del segmento fuera del mercado financiero es reducida.

 

“En 2018, el sistema de pagos y retiro de fondos aumentó entre un 10% y un 13% en volumen operado”, explica Gustavo Gómez, gerente general de Gire S.A., propietaria de la red Rapipago, y completa: “Este porcentaje es similar en materia de transacciones”.

 

Del desglose de esas cifras surge que un 8% utiliza este método para abonar servicios, mientras que un 5% lo hace para extraer dinero. Asimismo, en estas redes de cobro se comenzó a implementar en los últimos meses la posibilidad de saldar boletas a través de la tarjeta de débito.

 

Por qué si pagás en efectivo puede ser más caro

 

Según la Cámara Argentina de Empresas de Cobranza Extrabancaria de Impuestos y Servicios (CAECEIS), durante los primeros seis meses de su implementación más de 2 millones de personas se volcaron al pago de servicios e impuestos a través del débito.

 

Desde la entidad –que agrupa a BICA ÁGIL, PagoFácil, RIPSA, Rapipago, Pluspagos, Multipago, CobroExpress, ProntoPago y ProvinciaNet– explican que sus afiliadas ya atienden a cerca de 20 millones de personas al mes.

 

Desde fines de 2017 se vienen realizando grandes inversiones en las bocas de expendio, con tecnología, dispositivos POS y campañas orientadas a promover el cambio de hábito del cliente en la utilización de dinero físico.

 

Los billetes y monedas que circulan en la Argentina suman el equivalente a u$s700 por habitante según diversos relevamientos.

 

De acuerdo con CAECEIS, existen actualmente unas 10 millones de personas que con frecuencia retiran el dinero de sus cuentas y se manejan solamente con efectivo, lo que habla aún de cierta inmadurez en la adopción de los medios digitales.

 

Por otro lado, estas redes extrabancarias reducen el costo por traslado de dinero para aquellas empresas a las que prestan servicios de cobro, a la vez que los bancos también se benefician disminuyendo el expendio de billetes. De este modo, el sistema financiero en su conjunto achica el uso del “cash”.

 

Sin embargo, este tipo de servicios tiene una contrapartida: desde que el BCRA comenzó a promover la utilización de medios electrónicos, los bancos tomaron medidas para desincentivar la recepción de dinero físico cobrando una pequeña tasa a los comercios que ofrecen servicios extrabancarios.

 

Debido a ello, desde CAECEIS advierten sobre la posible necesidad de pasar ese costo a los usuarios, por lo que la extracción de dinero puede estar atada a un gasto adicional.

 

“Tanto los supermercados como las empresas de servicios públicos y aquellas que reciben efectivo de sus clientes tarde o temprano lo trasladan al precio de sus productos o servicios”, señala Ignacio Piccatto, gerente de Operaciones de Cobro Express.

 

Corresponsalías bancarias

 

En un escenario cada vez más digital, las entidades apuntan todos sus cañones a la expansión de sus servicios, ya sea a través de nuevas propuestas (coffee banking, coworking, servicios automatizados, etc.) como a la modernización de sus procesos y la posibilidad de llegar a espacios donde los servicios financieros son inexistentes.

 

A fines de noviembre pasado, el BCRA impulsó las corresponsalías bancarias, que permiten que los bancos puedan ofrecer la mayoría de sus servicios en espacios comerciales como estaciones de servicio, supermercados, farmacias o el correo estatal, lo cual ya no se limita a la mera extracción de dinero.

 

“Esto les permitirá a los usuarios, entre otras operaciones, abrir una cuenta, suscribir un plazo fijo, realizar sus pagos y obtener préstamos en lugares donde habitualmente llevan a cabo actividades cotidianas”, indica la autoridad monetaria en un comunicado.

 

“Esta normativa favorecerá especialmente a quienes viven lejos de sucursales bancarias y se enmarca en un objetivo permanente de lograr una mayor inclusión financiera”, completó.

 

El Galicia ya está trabajando para ello con otro tipo de sucursales multiformato adaptadas a los requerimientos de cada plaza y planea desembarcar en parques industriales o regiones recónditas donde antes no estaban, como Viedma o Bahía Blanca.

 

La norma también establece las condiciones bajo las cuales deberán actuar las corresponsalías bancarias, en las que la responsabilidad por sus actividades permanece sobre los bancos. Por eso incluye el cumplimiento de las normas mínimas de seguridad y requisitos que aseguran que la prestación de los servicios sea realizada de forma transparente.