El vaciamiento de la salud pública como política de Estado
|Los despidos que se están llevando adelante en el Hospital Posadas responden a un criterio ideológico que abraza el gobierno nacional. Este año había comenzado con una serie de ellos que para el mes de marzo alcanzaban los 152, una cifra alarmante. En los últimos días, y si bien no es preciso el número, se ejecutaron 80 nuevos telegramas de despido, destacando que la gran mayoría de ellos aún no habían llegado a manos de los damnificados.
El Posadas es el centro de salud más grande dependiente del Poder Ejecutivo Nacional, algo que preocupa de sobremanera tomando como referencia la política de ataque a lo público que sostiene impúdicamente el gobierno. En un escenario de permanente ajuste, donde las decisiones son tomadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y aplicadas de manera indirecta por los distintos ministerios, la salida a esta encerrona, parece cada día más estrecha.
Las áreas afectadas por los despidos de este gran Hospital que brinda servicios esenciales para los más vulnerables, son: Cardiología infantil, servicios de imágenes, hemodinamia de adultos, neumonología, ecografía pediátrica, siendo que la única ecografista que quedaba en el centro de salud, fue despedida.
Cabe destacar que para que la ola de despidos avance, tiene que existir un terreno fértil, y este lo ha brindado la enorme precarización laboral a la que estaban expuestos aquellos trabajadores que hoy se encuentran desamparados. Personal médico contratado con muchos años de antigüedad que no ha podido acceder a planta permanente, hoy contempla como sus días se tornan oscuros y con un final anunciado.
En la actualidad los telegramas de despidos llegan con el argumento que existen trabajadores que están de sobra, por ende lo hacen a un lado. Los contratos que ostentaban los mismos, son denominados “contratos basura”, que no es otro que el conocido como el 48.
La desarticulación de muchas especialidades está en curso, el Posadas es un hospital que cuenta con más de 140 y con una capacidad de más de 500 camas. Entre los despedidos, aparece la figura de un traumatólogo especialista en columna, una de las tantas especialidades que quedaron acéfalas.
Muchos son los niños con un grado de vulnerabilidad notable que han quedado desprotegidos por el Estado.
La meta del Gobierno Nacional empujada por la hoja de ruta del FMI, es consolidar de manera feroz el ajuste en salud. Es por ello que la CUS (Cobertura Universal de Salud) aparece como la próxima estación, una “canasta básica de prestaciones” que no hará otra cosa que mercantilizar aún más el bien más preciado.