Debate en la Corte por la Educación Religiosa en Escuelas Públicas: argumentos a favor y en contra
|El caso no es por un taller que se dicta a contraturno, ni fuera del horario escolar. Forma parte de la currícula académica y, entre los contenidos que hoy deben aprender los alumnos de todas las escuelas públicas de Salta, está la religión. La Ley Provincial de Educación de esa provincia incluyó la materia de forma obligatoria en 2008 -aunque la Educación Católica en las escuelas siempre estuvo presente en la provincia-, y el caso llegó a la Corte Suprema, que deberá decidir si esta medida es constitucional o no.
El máximo tribunal dio inicio a una serie de audiencias públicas sobre el caso, donde distintos expertos en la materia, los “amicus curiae” [amigos del tribunal] disertaron confrontando las distintas opiniones: a favor y en contra.
La sala de audiencias estaba repleta, y durante algo más de tres horas, un total de diecisiete oradores compartieron sus posturas con exposiciones de diez minutos. La cuenta regresiva fue igual para todos, y el público escuchó en silencio a cada uno de los oradores.
Abrieron el debate los representantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Mariana Catanzaro y Guillermo Torremare, una asociación civil que respalda el juicio iniciado hace algunos años por un grupo de padres junto con la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), que demandaron al Estado provincial porque consideran que la medida, impulsada por el gobernador Juan Manuel Urtubey , es discriminatoria, viola la libertad de pensamiento y no garantiza la libertad religiosa, consagrada en la Constitución Nacional. Luego tuvieron su turno otros dieciséis amigos del tribunal, que de manera alternada validaban o rechazaban la decisión de la normativa salteña.
Fue la primera de una serie de audiencias que se extenderán durante mañana y los próximos 30 y 31 del mes actual. De los jueces y ministros que integran el máximo tribunal, presidido por Ricardo Lorenzetti, sólo estaba ausente Carlos Rosenkrantz. Mañana, la rutina se desarrollará de la misma manera, y disertarán otros dieciocho amigos del Tribunal. La Corte Suprema no tiene un plazo para expedirse sobre el asunto.
A favor
Entre los argumentos a favor se escuchó la posición del padre Ernesto Eric Herrmann, de Educación Popular Civil: “Pretender que la religión no existe o que tiene que ocultarse es confinar a los creyentes de cualquier credo al ostracismo. Pero estamos más preocupados porque se trata de una de las poblaciones más pobres, donde los niños son los principales beneficiados de la Enseñanza Religiosa. De ahí que este cuestionamiento los perjudica enormemente, ya que de otra manera no podrían acceder a una Educación Integral sin el aval del Estado”, dijo.
En similar sentido se manifestó Pedro Andereggen, del partido Demócrata Cristiano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Apoyo la postura del Gobierno salteño. Todo niño tiene el Derecho a una Educación Integral, y el desarrollo espiritual se alcanza con la Enseñanza Religiosa”, explicó.
En contra
Por otro lado, Gustavo Grancharoff, de la Asociación Bautista Argentina se expresó en contra de la posición de la provincia de Salta. “Separar a los niños en el aula de acuerdo con los contenidos religiosos destruye el sentido de pertenencia. Y los evangélicos conocemos muy bien lo que significa que las minorías deban aceptar la marginación. La educación laica en las escuelas públicas de gestión estatal debe estar garantizada en todo el país”, consideró.
Lo mismo hizo Sebastián Sfriso, del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos de Argentina. “Es evidente que la enseñanza religiosa en las escuelas públicas no corresponde. Va a contramarcha de la historia, donde el diálogo intercultural es cada vez más necesario”, explicó.
Las partes en cuestión recién expondrán sus argumentos frente al máximo tribunal el próximo jueves 31, y para ese momento también se prepara la actual ministra de Educación de Salta, Analía Berruezo, que dio detalles cómo será su alegato, donde piensa ilustrar lo que sucede en el aula durante las clases de religión con algunos de los cuadernos de los alumnos.
“No es una disciplina que reviste carácter confesional, no supone la fe de los chicos y no pertenece a ningún credo”, explica la funcionaria, que reconoce que de la última encuesta realizada a los padres a comienzos del año lectivo, el 87 % expresó el deseo de que sus hijos recibieran educación católica. Por otra parte, Berruezo respaldó la aplicación de la norma en al artículo 5 de la Constitución, que faculta a las provincias a elegir el tipo de Educación Primaria.
En cuanto a la práctica común de oraciones al inicio de la jornada escolar, la celebración de una misa o el hábito de bendecir la comida en el comedor escolar, algo que para la ADC es discriminatorio y anticonstitucional en el ámbito de la Escuela Pública, Berruezo aseguró que no sucede de manera rutinaria en todos los establecimientos.