Argentino A: no llores por mi Cipolletti…

Primero se habló en demasía sobre la opinión discordante brotada desde Paraná por el harto injusto arbitraje de Stevenot en La Visera del Alto Valle rionegrino. Luego se apeló a concentrar en Santa Fe “por viejos episodios” en la capital entrerriana. Después hubo -hasta el minuto 90 y pico…- alabanzas hacia el pésimo juez González. Los que dejaban la cancha lo saludaban en cada salida, el técnico aplaudía sus fallos. De pronto, en segundos todo cambió, y tras el desenlace se dijo de todo del árbitro santafesino y hasta se habló de violencia en contra de la delegación e hinchas visitantes.

Lo admitimos… Sufrimos hasta el borde de un ataque de nervios. Toda Paraná, en la cancha o a través de las radios (en especial de LT 14) casi estalla de ansiedad, de tensión.
Se esfumaba una nueva chance de ascender. Para colmo, si bien hubo un equipo atado por un manojo de angustias, y hubo un rival bien plantado en la cancha disciplinadamente, el juez se encargó que haya un beneficiado y un perjudicado notoriamente.
La diferencia es que, tras haber inclinado el campo en contra del dueño de casa, y ser admirado por el “Albinegro” a raíz de su “valentía”; en los segundos de clausura -después de haber expulsado a Brítes aplicándole dos amarillas en menos de media hora del delantero sobre el terreno de juego- sancionó un penal cuando expiraba el tiempo prolongado, pena máxima que Jara transformó en el gol por el cual se accedió a la definición desde los 12 pasos.

Minutos después de culminar el partido, ya con la amargura, desazón que caracterizan la derrota, y aún con la adrenalina por las nubes, colegas radiales, televisivos y de medios gráficos rionegrinos, como jugadores y el principal referente directriz de “Cipo” (Héctor Pierdominicci) se encargaron primero de defenestrar a González, el árbitro de Alcorta a quien le pidieron no solo explicaciones (a lo inexplicable…) sino que también -por parte de los protagonistas directos- hubo intención (tras el penal desaprovechado por César Medina) de “aplicar justicia” impedida por el rápido operativo policial en derredor del grotesco juez.

De los saludos efusivos en cada cambio introducido por el DT Domingo Perilli (quien también avalaba toda sanción del árbitro como ya dijimos…), se pasó al fastidio, a la indignación.
De pronto Rubén González fue ODIADO por todos.
Es que no se olvidará en nuestra ciudad aquella “entrega” frente a Desamparados y cómo buscó dañar este miércoles a Patronato, terminando Cipolletti como víctima nada menos que en el propio epílogo.
Si pensó que mandar a los penales el cotejo haría olvidar su paupérrima labor, se equivocó. Fue peor.

Pero volviendo a Cipolletti, quedará una moraleja para los de tan hermosa tierra…
No ironicen, sino quieren ser ironizados.
El “Albinegro” menoscabó el justo reclamo (está todo filmado) de lo ocurrido en “La Visera”. Se tildó de caprichosos y llorones a todos aquellos que nos rebelamos ante la injusticia de Stevenot.
Se alojaron en Santa Fe como si acá hubieran sido amenazados, cuando NUNCA ocurre nada que conspire con las delegaciones visitantes.
Se ofendieron porque hubo inadaptados identificados como adictos a la divisa patagónica que atacaron a hinchas de Patronato, ocasionándoles lesiones, y no se les permitió ir a la cancha tras ser demorados.
Pero luego, a través de su presidente, procuraron ensuciar el obrar de la dirigencia local y de la Policía Provincial sosteniendo que hubo aprietes y otras yerbas…

Por eso, inevitablemente surge la pregunta… ¿Y ahora… quien llora?…