¿Costa Atlántica más cara que nunca?
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Salvo para ciertas empresas gastronómicas con sagaz manejo en la ecuación precios-atención-calidad, o la comodidad que implica el Ahora 12 en escasísimas plazas del rubro hotelero, la temporada de Verano para la Costa Atlántica presagia serias dificultades de no registrarse una profunda innovación en cuanto a promoción y resoluciones en conjunto de todas las partes comprometidas en la atracción del turista.
Si bien hay firmas vinculadas con la gastronomía y la hotelería, dispuestas a sacrificar ganancias en pos de evitar pérdidas significativas, aún persiste una terquedad ostensible en la mayoría de los comerciantes/empresarios de Mar del Plata y otros puntos del Corredor Atlántico.
Ni siquiera se impulsa la promoción, concibiéndose de manera arcaica que la sola difusión de las atracciones teatrales, musicales mediante canales porteños de repercusión nacional, o la belleza natural seducirá al potencial turista.
De hecho, en verdad, ya varios reconocidos comunicadores admiten dignamente que hasta veranear en la vecina y bellísima costa uruguaya tendrá mayores facilidades, poniendo de relieve la notable diferencia de costos entre Brasil y la Argentina, como sembrando la idea que -puliendo números- convienen mucho más las costas caribeñas.
Mientras, en La Feliz hay una negación oscilante con la porfía, en invertir precisamente en propagar sus ofertas, sus proposiciones.
Lo que no se percatan es que hace ya MUCHOS años, Mar del Plata dejó de ser La Perla del Atlántico y por innumerables razones fue desechada por el turista que busca calidez y educación en el trato, o seguridad, entre las principales pretensiones.
Las infinitas persuasiones para conocer otros puntos turísticos mundiales, mediante favorables plazos de financiación durante todo el año, crean a la vez esa reprobación a gastar en una semana en Mar del Plata lo que en otras plazas significan no menos de 15 días.
Y, lamentablemente, no alcanzan los buenos, los nobles propósitos de muy pocos empresarios que apuestan fuerte a la ciudad sin aspirar a enormes ganancias.
Es imperioso el interpretar que no alcanza con mandar cadenas de mails, o subir “promos” en Redes Sociales.
Deben contemplarse incontables deficiencias o insatisfacciones que luego se trasladan al “boca a boca”.
Y hablamos de Mar del Plata por ser EL ÍCONO de la Costa marítima argentina.
Inevitable reconocer que el país atraviesa por una incertidumbre remarcada con la suba de los servicios esenciales. Ha sido un año duro para TODOS los argentinos, inclusive hasta para los más pudientes.
Y la proyección para el 2017 no es saludable. Realmente, genera inquietud. Por lo tanto, es absurdo exhibir posiciones testarudas, obstinadas en eso de querer ganar todo lo que no se ganó en la Temporada Baja.
El mismo Gobierno debe ayudar con un aceitar mecanismos en extremo respecto a la Seguridad. Y el primer paso es el CONTROL riguroso de la gente que llega a Mar del Plata, supervisando A QUÉ LLEGA, pues trasladar la miseria de una ciudad a la otra (generalmente de Capital Federal a la Costa…) es precisamente un Talón de Aquiles habida cuenta que el turista no quiere ser extorsionado por “Trapitos” organizados mafiosamente, no quiere ser acosado por mendigos, no quiere ver indigentes en la Terminal de Ómnibus (a pasos de los baños…), no quiere ver borrachos durmiendo en cartones o colchonetas a lo largo de la franja costera, no quiere inseguridad (pungas, arrebatadores, etc…) en la Peatonal u otros paseos.
Además, el Gobierno debe presentar una ciudad limpia, ordenada, con balnearios públicos con personal capacitado en distintas áreas. Hace 5 años visitamos sucesivamente a Mar del Plata y es inconcebible el estado de los sanitarios. Tanto se habla de Prevención y Promoción de la Salud pero ir a un baño público en los balnearios de La Feliz es un calvario.
Sí, hay excepciones, pero son nimias, insignificantes. ¡Habiendo tanta mano de obra para contratar!!!
Y ya que estamos hablando de Sanitarios, DECIR LA VERDAD sobre el estado del mar en cuanto a niveles de contaminación. Temporada tras temporada crece la asistencia de turistas a hospitales, puestos de Salud o clínicas por gastroenteritis y se termina admitiendo que hay sectores impurificados producto de un mal funcionamiento del sistema de cloacas.
Asimismo, la intervención y/o fiscalización debe cristalizarse en la proliferación de negocios que no dan ticket y menos favorecen al cliente con el beneficio de poder pagar PRIMARIAMENTE con tarjeta de débito.
En Brasil o en Uruguay (ni hablemos en el Caribe) se puede pagar en la playa hasta un choclo o un pancho con tarjeta. En Mar del Plata o Partido de la Costa, te miran feísimo cuando justamente pedís abonar un producto con plásticos.
¡Hasta en el Patio de Comidas de los Shoppings hay negocios gastronómicos sin tarjeta DE DÉBITO al menos!
O los tours… Están los micros/adornados de Plaza Colón, con cierta dosis de simpleza e improvisación, pero a la vez hay empresas de Turismo habilitadas para esas excursiones y ¡NO SE PUEDE ABONAR LAS MISMAS NI SIQUIERA CON DÉBITO! ¡Es una vergüenza!
En Brasil o en Uruguay hasta en los kioscos se puede abonar con débito…
Hete aquí una diferencia notable. Reiteramos… hay mucha codicia en ganar todo lo que no se ganó en el año y/o hasta se perdió en la temporada invernal. Por eso es que invitamos a hacer una Encuesta SERIA y se verificará que a la Costa Atlántica va el propietario de Departamentos o el habitué a Casino y Teatro, y después el ultra “gasolero”.
Ya es tiempo de reconvertir esto y solo se logra con una MEJOR PROMOCIÓN.
Miren lo que pasa en hoteles con el Check In y/o el Check Out. La llegada, luego de 7/10 o hasta más horas de viaje es de por sí estresante. Arribás al hotel y hasta las 12 o 13 (como plazo “piadoso”) no podés ingresar a la pieza, pero sí debés dejarla no más allá de las 10.
Hay que saber ponerse en el lugar del turista y verificar de dónde proceden y extremar las medidas de cordialidad para ingreso y egreso.
Hay viajantes que arriban a primeras horas de la mañana y se retiran por la noche. Por lo tanto, hay que procurar exhibir muestras de gentilezas, y ello está relacionado a obrar con coherencia, no solo pensando en suprimir personal de guardia para limpieza de habitaciones.
¿Por qué no se puede abonar con dos o tres plásticos? Una semana, familia tipo, con desayuno ronda en los 20/30 mil pesos promedio en hoteles de 1 a 3 Estrellas. No muchos argentinos pueden desembolsar ese dinero en UN PAGO sea CASH o con débito/crédito. Por lo tanto, es imperioso tributar comodidades en el desembolso sin necesidad de soportar financiaciones. Un poco de efectivo, otro débito, y el saldo con dos o tres plásticos. ¡SI TOTAL ES LA MISMA PERSONA o MATRIMONIO!!!
¡La política de reserva…! ¡Qué tema…! ¿Por qué pretender que el viajero ponga una tarjeta de depósito y deba abonar como mínimo una noche si la cancelación es dentro de las 48 horas a su eventual arribo?
No está mal pedir una tarjeta como GARANTÍA, pero si el pasajero avisa 48 horas antes NO DEBERÍA PAGAR MULTA ALGUNA. En especial cuando se revelan SERIAMENTE las coyunturas, hay casos excepcionales fundamentados. Y obvio… hay FORMAS, MÉTODOS de constatar si es broma de mal gusto o hasta competencia desleal de otros colegas hoteleros.
En fin… podemos hablar, largo y tendido sobre Mar del Plata y localidades balnearias adyacentes. Las conocemos. Somos fieles turistas que preferimos a nuestro país por sobre las costas limítrofes. Sin embargo… la paciencia y la lealtad tienen un límite que es la conveniencia SANA propia. Obvio… Prometemos más columnas. Quizás la concientización ayude.
Y honestamente… ya es inevitable predisponerse a compartir la idea que, vacacionar en la Argentina, es un negocio de pocos y que por algo, verano a verano crece el éxodo a los balnearios de las vecinas repúblicas.