El Diario y su más profunda crisis: que los cumplas… ¿feliz?

Fundado por el Dr. Luis L. Etchevehere el 15 de mayo de 1914, El Diario ha sido uno de los medios periodísticos más emblemáticos e influyentes del país. Informar con veracidad, servir al público con objetividad, orientar con opinión, no ahorrar la crítica sino la adulación y constituirse en intérprete y vocero de todas las clases sociales constituyó un férreo compromiso -hasta la pasada década- para sus responsables. 

 

Guillermo Saraví, Juan Laurentino Ortiz, Ofelia Sors, Filiberto Reula, Beatriz Bosch, entre otros, fueron plumas brillantes que prestigiaron sus páginas.

Vicisitudes empresariales y políticas, manejos poco claros, conspiraron con la consigna de procurar resguardar el imperio de la lectura para equilibrar la influencia de los que ven y escuchan con el de quienes leen y piensan.

 

El devenir de coyunturas financieras y cambios de dirección en lo administrativo y en lo editorial, provocaron una grave crisis que hoy desemboca en un lamentable presente en lo inherente a contenido como esencialmente es preocupante la situación profesional/contractual de sus empleados que denuncian maltrato laboral, falta de cancelación de salarios en tiempo y forma,  e incumplimiento con el acuerdo al que se arribó en el marco de la discusión paritaria nacional.

 

A la comprometida problemática de permanente retraso en el pago de haberes, se suma, según el reclamo hecho público por los damnificados, una cuantiosa deuda en aportes previsionales, como así también obligaciones presuntamente impagas con la obra social de los trabajadores.

Es muy triste, a su vez, en especial para quienes supimos integrar esa Redacción, contemplar un alarmante desinterés actual por la calidad editorialista de la publicación, la cual indudablemente se sostiene gracias a la buena voluntad de periodistas, gráficos, técnicos, diseñadores y otros recursos humanos que soportan estoicamente un turbulento trance.