Casaretto, de ATER al Congreso
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- El gobernador Sergio Urribarri convocó al contador Marcelo Casaretto para que integre la lista de diputados nacionales Titulares del Frente para la Victoria de Entre Ríos. Luego de haber sido ministro y senador, el también docente universitario y dirigente deportivo vuelve al ruedo político electoral.
En diciembre de 2011, Casaretto asumía al deber de gestar una Agencia de Recaudación de Impuestos propendiendo a controlar el cumplimento de las obligaciones tributarias y hacer más eficiente el servicio al contribuyente, redundando ello en más inversión y puestos de trabajo.
El funcionario, desde el vamos, esgrimió la insoslayable convicción y capacidad de trabajo necesarias para encarar una etapa en donde el Estado provincial debía construir un sistema de financiamiento que le permitiese brindar cada día mejores servicios a sus contribuyentes.
Así se creó una administración de impuestos como la AFIP a nivel de la República Argentina o la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), promoviendo un ente autárquico con el objetivo de tener los propios recursos y mayor autonomía para poder ser más eficiente en el cumplimiento de la gestión, incorporándose las Direcciones de Rentas y de Catastro a su órbita.
Amén de actitudes, poses, gestos, ademanes, posiciones que por su personalidad, por su carácter, pueden llegar a concebir y/o forjar murmuraciones, críticas, detracciones de toda índole; pocas, exiguas, reflejadas cara a cara y la mayoría escudándose en anonimatos, charlas de café, de asados o picadas, o con el más cobarde incógnito de vilipendiar a través de Redes Sociales como Facebook, la labor de Casaretto en la ATER exhibió propósitos loables en lo concomitante a hallar una mayor profesionalización, eficiencia, un mejor servicio en general para beneficio de los ciudadanos contribuyentes.
Y de modo inobjetable, esa tarea redundó en una mayor recaudación que permitió de modo concatenado a que el gobierno tenga más fondos para Educación, Salud, Minoridad, Acción Social, y entre tantas responsabilidades del Estado.
Sin hesitar, se puede tildar, señalar y hasta reprobar a Casaretto por ciertas conductas o posicionamientos ante tal o cual tema que se le plantee, o se ponga en el tapete en un debate o hasta negociación. Su ser paradigmático en cuanto a diversas muecas o pantomimas y a tonos con atisbos imperiosos-dominantes, suelen formar consideraciones inversas a lo que pretende.
Cierta intransigencia o intolerancia a comprender, a interpretar, respetar e intentar compartir la visión o lo coyuntural del interlocutor circunstancial, como ciertos lapsos de apetito o tendencia a la divergencia y hasta la beligerancia verbal -a veces infecundas-, no restan nuestra valoración, nuestro reconocimiento a que su desempeño otorgó mayor eficiencia el sistema impositivo, proponiendo e introduciendo reformas en beneficio de la inversión, a la producción y a la creación de nuevos empleos.
La impronta de Casaretto, tal vez establecida con cierta rigurosidad que pudo afectar sensibilidades, provocar indignaciones ante coyunturas con cierta dosis de injusticia y hasta peculiares, controló fuertemente el cumplimento de las obligaciones tributarias y evidenció una saludable inquietud por optimizar los servicios que se brindan al contribuyente, implementando una comunicación más fluida a través del uso de medios tecnológicos como las variabilidades de productos otorgados por internet.
En definitiva, cualidades o defectos personales al margen, discriminados aciertos y errores, Marcelo Casaretto aspira a un escaño en el Congreso de la Nación luego de una función con muchos más CLAROS que OSCUROS (de esto se ocuparán los eruditos, los ilustrados, los doctos en la materia…) reedificando un sistema impositivo más justo, más equitativo y -por ende- más recaudador, erigiéndose en la provincia que más aumentó la recaudación durante su gestión y aumentando considerablemente la base tributaria, un antecedente como para repensar el día de emitir el voto.
“Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”, nos legó el General. Casaretto, concluirá su administración con amplias realizaciones. De eso, no hay discusiones, amén de todo lo que se le pueda objetar, con o sin razón.