¿”Tato” Vuelve?
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Es solo un rumor, un murmullo, aunque produjo fuerte repercusión: Mario Armando Moine podría volver al ruedo político. La especie aún no tiene profundo asidero, pero no es descabellada observando el amplísimo abanico de precandidatos ya lanzados y otros que amagan lanzarse y mientras continúan expectantes. El ex mandatario provincial y municipal habría sido tentado en las últimas horas y podría aliarse a la Lista Oficial como aspirante al sillón Mayor del Palacio Comunal capitalino.
Fue intendente de Paraná, gobernador de la Provincia de Entre Ríos entre 1991 y 1995 y también formó parte como Congresal Constituyente en la Reforma Constitucional de 1994. Se lo recuerda en la función pública por sus férreas discusiones con el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo. Como además por la decencia en el uso de los recursos públicos. Un dato NO MENOR…
Otro aspecto saliente: a lo largo de sus gestiones como intendente, gobernador y constituyente nacional renunció a los haberes que les correspondía.
Los tres hechos más relevantes de su gestión están concernidos con las obras públicas más significativos de las últimas décadas, que son: el puente Victoria-Rosario y la autovía en la ruta 14, envolviendo sus estudios de prefactibilidad y convocatoria a licitación.
Moine, asimismo promovió fuertemente con el turismo, impulsando la búsqueda de aguas termales en 1994 conjuntamente con las fuerzas vivas de la ciudad de Federación.
De hecho que en los primeros meses de 1995 con una inversión de un millón de dólares la perforación en las afueras de Federación fue exitosa, generando una explosión turística en toda la provincia.
Moine, antes de desembarcar en la política, se dedicó al comercio y a la producción, siendo propietario de una de las cadenas de supermercados más famosas de la provincia, “Los Hermanitos”.
Luego vendió esas sucursales a la multinacional Norte (hoy a cargo de Carrefour) para invertir en la construcción de hoteles y siendo el actual dueño, junto a sus otros cuatro hermanos, de la franquicia santafesina hotelera, de renombre mundial, Holiday Inn, sembrando por estos días la cadena Inter Tower.
Moine no sería un “paracaidista” en las próximas elecciones pues elogió profusamente la gestión de Cristina Fernández sin restar halagos para la conducción entrerriana, aunque lamentó nunca fortalecer lazos con el actual gobernador Urribarri, reconociendo que “El gobierno de Urribarri es el de mayor obra pública, por sobre el de Busti, el de Montiel y el mío”.
No obstante, defendió a Busti por diferentes ataques desde la propia interna peronista cuando “durante tantos años fue la bandera del peronismo entrerriano”.
Su paso por la Intendencia de Paraná es recordado por una sobria administración, en cambio su inexperiencia en lo que atañe a la “cintura política” que todo gobernante debe exhibir, le jugó ciertos dolores de cabeza acentuados en su labor como mandatario entrerriano y aquella figura impoluta tras la tarea en el Palacio de Corrientes y Urquiza sufrió un deterioro que de hecho minó sus fuerzas anímicas y lo hizo alejar de tan agitada, convulsionada agenda, para nada inherente a aquella cooperativa de trabajo y de hermandad que generó su padre y él y sus hermanos supieron mantener durante más de tres décadas hasta que Argentina fue cambiando.
Se promovieron otros negocios más prósperos, y sin dejar de lado su rol de productor avícola y porcino, apostó fuerte a reconvertirse en empresario hotelero.
En el último lustro fue invitado a distintas reuniones del peronismo, donde se le propuso ser candidato “a … “, pero, al no aceptar, ni siquiera se lo escuchó para que transmita sus consejos a través de su experiencia valiosísima.
Tampoco fue convocado por el Gobierno, ni siquiera a actos de protocolo, pero no dejó de tener contacto con el ministro de Gobierno, Adán Bahl.
Ahora, vuelve a ser noticia. Su nombre se siente fuerte para sumarse al propio Bahl, José Carlos Halle, Rubén Almará, José Cáceres, Gastón Grand, Leonardo Centurión, Ariel De la Rosa, Daniel Ruberto, y Daniel Elías, hasta hoy los precandidatos preconfirmados para aspirar a suceder a Blanca Osuna.
No es descabellada una vuelta del “Tato”. No es alocada la versión. En tiempos de operatorias, es uno de los susurros que mayor expectativa genera por haber demostrado Moine, sin haber estado exento de errores o de criterios con los cuales se puede disentir o debatir en profundidad, irrebatibles principios éticos, morales y aptitud como actitud plena de honorabilidad, y de nobles fines.
En pocas palabras… Podrá ser criticado por su “frío” perfil administrativo, por ciertos gestos duros, por no saber escuchar y/o entender o interpretar algunos exhortos desde la propia Comunidad, pero pasó una década si no nos fallan los números y Moine no aceptó jamás el emular lo de otros ex gobernantes o intendentes que desfilaron por todos los cargos públicos habidos y por haber (en especial legislativos…).
Eso lo distingue, sin hesitar, y hasta produce escozor a otros hombres de la política, ávidos gestión tras gestión, por no perder investiduras y hasta fueros.
Supo cumplir un ciclo y recuperó “su vida”. Hoy, quizás se percate que puede dar una mano, y ya mucho más maduro y habiendo contemplado en todos estos años desde afuera la situación geopolítica del país y en especial de Paraná, tal vez esté decidido a contribuir para recuperar una ciudad de complejo presente, o sencillamente propenda a -con su figura poco o nada cuestionada o refutada- convertirse a representar la amalgama que el Oficialismo precisa para revertir una diáspora remarcada.