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Jueves y Viernes Santo: conmovedor peregrinar de la feligresía católica

La visita a los Siete Templos que se realiza Jueves y Viernes Santo tiene como marco histórico el recuerdo de Jesús que fue llevado de una autoridad a otra para ser condenado a muerte. Es por tanto, un acto de desagravio en el que pedimos perdón a Dios por las ofensas que hicimos a Jesús al haberlo traicionado y entregado a las autoridades de aquella época. Conmovedora manifestación de fe cristiana en Paraná. Galería de fotos.

 

Esta sagrada tradición consiste en visitar Siete Templos y hacer un momento de oración en cada uno de ellos. Es un acto de desagravio por la injuria cometida a Nuestro Señor Jesucristo de ser llevado de un lugar a otro para ser juzgado y luego crucificado. Recordemos que Jesús fue trasladado del Huerto de los Olivos a la Casa de Anás; de la Casa de Anás a la Casa de Caifás; de Caifás a Pilato; de Pilato a Herodes; de Herodes a Pilato; de Pilato al Enlosado; del Enlosado al Gólgota.

En esta santa devoción podemos reflexionar sobre la injusticia que padeció Jesús en todo su juicio, donde fue condenado a muerte.

 

Un clima ideal acompañó a los parroquianos observándose a lo largo y ancho de esta Capital a numerosos grupos de fieles ataviados con ropa deportiva, equipos de mate y botellitas con agua para hidratarse.

 

Las iglesias de Paraná recibieron a los caminantes que, como cada año, fueron multitudinarios en los templos céntricos.

Uno de los recorridos a pie elegidos fue el que unió al Cristo Redentor, Sagrado Corazón, Piedad, Carmen, San Miguel, Capilla del Cementerio y Catedral.

Otro, más largo, unió el San Miguel, Don Bosco, San Roque, Santa Teresita, Cristo Redentor, Sagrado Corazón y Catedral.

 

También nos comentaron que hubo otros circuitos como Don Bosco, San Roque, Fátima, San Cayetano, Santa Teresita, Cristo Redentor, Luján.

O Cristo, Luján, Santa Ana, San José Obrero, San Francisco de Borja, Santa Lucía y Santo Domingo.

Finalmente, el restante plan fue Guadalupe, Cristo Peregrino, San Agustín, San Juan Bautista, Piedad, San Miguel y Catedral.

 

Obviamente, cada devoto armó su propio plan de procesión, como además hubo ciclistas que unieron localidades de la región, mientras que la noche se concretó la Marcha Juvenil de Antorchas que desde el templo mayor salió hacia la iglesia San Miguel, luego pasó por la residencia del Arzobispo, el Hospital San Roque, Santa Teresita y Don Bosco.

 

Igualmente, pudo apreciarse Vía Crucis a cargo de grupos eclesiásticos de catequesis o alumnos de escuelas religiosas.

 

Vale resaltar que la Arquidiócesis de Paraná ofreció en alguns templos un folleto con el esquema a seguir en cada una de las iglesias.

 

En síntesis, el propósito de esta peregrinación fue fortalecer las tradiciones cristianas, al mismo tiempo de cultivar tiempo para el recogimiento, la oración y  el reencuentro con nosotros mismos.