Cumbre del Mercosur: dad al César, lo que es del César…
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- No lo podemos asegurar, pero deseamos creer que la Cumbre de Presidentes del Mercosur en Paraná representa para nuestra provincia una enorme ocasión de exhibir al mundo su enorme potencialidad.
Guste o no lo que concebimos, en los últimos años Entre Ríos optimizó todos sus indicadores de desarrollo, evolución que posicionó como nunca a la provincia a nivel nacional, permitiendo a la vez una proyección espléndida en lo inherente a la renovada captación de interés de los mercados internacionales por nuestros productos.
Claro, sin hesitar que hay mucho aún por hacer, mucho por corregir, mucho por crecer, pero más allá de cualquier vicisitud relativa a rumbos incorrectos que pudieron haberse tomado, es tiempo que los entrerrianos logremos entender que solo JUNTOS podemos fortalecer y apuntalar, consolidar todo lo bueno cristalizado o propender a alterar destinos nocivos para la ciudadanía por error u omisión de nuestras autoridades.
Más allá de los deslices, los resbalones, los tropezones que inobjetablemente sucedieron, PUES DEBEMOS COMPRENDER QUE NO HAY POLÍTICOS, LÍDERES O CONDUCTORES PERFECTOS en este bendito sistema democrático, debemos como sociedad, como ciudadanos al menos INTENTAR ser congruentes y admitir, más allá de ideologías, de puntos de vista partidarios o hasta tendencias revolucionarias o lisa y llanamente anarquistas, los hechos irrebatibles concomitantes al progreso.
Sin ubicarnos en una posición opositora, pues -francamente- es lo que menos deseamos ser, sin caer en la obsecuencia, en la sumisión, consideramos que es un buen momento para rever y profundizar la integración regional, insertándonos con firmeza en la competencia global con la ineluctable vocación de plena unión latinoamericana, apuntalando la unión aduanera sin perder de vistas independencias y/o soberanías con todo lo que ello conlleva, inclusive la protección férrea de los límites geográficos, abordando una metamorfosis productiva conjunta sin soslayar las asimetrías estructurales, y coordinando políticas macroeconómicas para respaldar aquella vieja idea de una moneda común.
Obviamente que asumiendo los eventuales resultados de sus avatares electorales y que se trata de procesos con características diferentes e implican la actuación de los Estados en formas y ámbitos también distintos, reconociendo además los contrastes en materia comercial internacional.
Más allá que pueda provocar sensibilidad en aquellos habituados a la lisonja de tantos periodistas dóciles, pretendemos que el Mercosur evite ser un pacto entre gobiernos, sin participación de los propios Pueblos.
Las estrategias aisladas implican dilapidación de chances ahondando las distorsiones de las realidades económicas de cada país, una anomalía contraproducente para todo lo que se invoca por lo cual se socavan las brechas y/o los desequilibrios, las inestabilidades, de un Mercado Común del Sur PARADÓJICO.
La Cumbre del Mercosur es un desafío histórico, que compromete a la voluntad de sus Pueblos y que constituye, además, una alianza estratégica para enfrentar los retos que impone el actual tenor internacional, velando por el crecimiento económico y social sostenido, en un contexto de seguridad jurídica, equilibrio y reciprocidad, con la convicción de que éstos constituyen factores esenciales para la prosperidad económica y el bienestar social.
El mundo cambia constantemente, aunque no nos demos cuenta. Ese movimiento obliga a modificar nuestra conducta sobre la marcha.
Sudamérica no necesita pensar hoy cómo enfrentar al mundo a consecuencia de la globalización. Debe pensar y definir cómo se presenta frente a éste y cómo se integra en él. Y para ello requiere hacerse de medios propios que reflejen sus particularidades.
Por ende, no puede hacerse futurología sobre qué sucederá o cómo. Pero es hora de reflexionar y pensar el futuro de la integración latinoamericana asumiendo la realidad y permitiéndonos dotarla de mecanismos flexibles, que sin perder de vista su idiosincrasia permitan avanzar hacia el desarrollo económico, político y social de la región para asegurar un mejor nivel de vida para sus pueblos.
Esperemos estos días en Paraná sirvan para reafirmar CON HECHOS, NO TANTAS PALABRAS, el compromiso de cada presidente con los valores democráticos y con el Estado de Derecho, ratificando que América del Sur es una zona de paz y cooperación mutua para alcanzar un desarrollo integral que permita erradicar la pobreza y asegure la conformación de sociedades más justas, inclusivas y equitativas.
Es un honor recibir a una Cumbre que va a exigir los servicios de Paraná, que en muchos casos no están preparados y habrá que esforzarse para poder estar a la altura.
No seamos indiferentes. Seamos partes en todo lo que se nos deje tributar pese a los “Corralitos”.
Demos el ejemplo a nuestras propias autoridades que siguen sin dar las precisiones IDEALES en pos que todo salga espléndido sin provocar perturbaciones, trastornos o daños a nadie.
Tenemos prioridades como PUEBLO mucho más eminentes que este acontecimiento, es VERDAD, pero debemos movilizarnos como SOCIEDAD para darle un mensaje a nuestros gobernantes.
Exhibamos con orgullo nuestra entrerrianía, pletórica de amabilidad, cordialidad, amor por el prójimo, solidaridad espontánea, sin intereses oscuros.
Y pidámosle con respeto a quienes nos gobiernan que nos otorguen la posibilidad VERAZ, NO DIALÉCTICA, se nos confiera la chance de al menos por unos segundos contemplar a los jefes máximos de cada Nación Latinoamericana.
Suena hermoso, conmovedor, lo inherente a que ellos caminarán por nuestras calles, admirando la belleza natural, el imponente Parque Urquiza, el majestuoso Río Paraná, sin embargo nos hacen sentir YA AFUERA de tan memorable hito con tanto celo de Seguridad, delimitando áreas, zonas, rigurosamente circunscritas, y hasta ciñendo el tránsito futuro de vecinos de dichos sectores mediante un censo tan inflexible como inexorable.
Sí, habrá fuerzas de Seguridad internacionales de norte a sur, de este a oeste; funcionarios, ministros, cancilleres, coordinadores, técnicos, delegados, representantes, acompañantes, pilotos de cada mandatario y periodistas de todo el Continente. Seguro que ellos sí tendrán algo de tiempo para recorrer la capital provincial. Pero… ¿los jefes de Estado? Mmmm… complejo, o digamos que, casi imposible. De lo contrario, ¿para qué tanto celo con las áreas o espacios de exclusión? Y aclaramos… La SEGURIDAD no es una Cuestión Entrerriana; es FEDERAL. El MANDATO en cuanto a tanto CELO no es un capricho de nuestro gobernador o de la Policía de Entre Ríos. Es PROTOCOLO NACIONAL E INTERNACIONAL.
No obstante, en vez de oponernos, resistirnos, criticar, consideremos que es un desafío el sumarnos con nuestro mejor esfuerzo a satisfacer a toda persona que viene a la Cumbre y que se lleve un buen recuerdo de nosotros como Ciudadanía. La consigna es “demos el ejemplo”. Con o sin nuestra anuencia, la Cumbre se hará. Seamos parte en lo que esté a nuestro alcance y luego saquemos todas las conclusiones posibles.
De aquí al 2015 no falta tanto para decidir allí cuál es el futuro que queremos de país. Hoy, digamos “Bienvenidos” a nuestros hermanos de este bendito Continente y estemos a la altura de las circunstancias para atenderlos como se merecen.