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Maldita sequía

Lejos de la realidad climática vivida el año pasado, cuando las intensas precipitaciones provocaron el anegamiento de millones de hectáreas a lo largo y ancho del país, hoy preocupa el desarrollo de los cultivos por la falta de lluvias, sobre todo del trigo, el maíz y la siembra forrajera. Pero, aparte, la ganadería sufre la falta de suelos en condiciones normales y la falta de agua.

 “Al fenómeno de la escasez de precipitaciones hay que sumarle las bajas temperaturas registradas durante las últimas semanas, que provocaron intensas heladas que no permitieron el crecimiento de los pastos”, dicen los productores con gestos de indudable preocupación.

Según se explicó, “si las lluvias no se producen urgente habrá una fuerte caída en los rindes. La falta de precipitaciones sumadas a las bajas temperaturas, desmejoraron considerablemente la humedad de los suelos, situación que afecta sobre todo a los cultivos ganaderos”.

Muchos productores locales se han sometido a la venta forzosa de ganado por no contar con los recursos forrajeros para mantener los animales. “Se vive una situación crítica, porque el año pasado con las inundaciones no hubo reservas forrajeras, por lo que nos encontramos en déficit en ese sentido”, manifiestan especialistas.

La situación “es sumamente crítica”, porque los trigos “están muy sufridos por la falta de agua”, y la preocupación gira en torno a que “vuelva a ser un año malo” para el campo en la región.

Explican que para normalizar la situación “No sirve que mañana lluevan 30 mm si después pasan varios días sin que vuelva a caer una gota de agua”.

Concluyendo, expresaron que “La falta de lluvia y sobre todo los altos costos y los bajos precios a futuro siguen tirando abajo la intencionalidad de siembra. A principio de año se preveía que sería ‘el año del maíz’ y ahora, por el contrario, está planteado como un año en el que el maíz se sembrará sólo para cumplir con la rotación”.