Caña con ruda en la Biblioteca Provincial junto a músicos y escritores
Se realizó un encuentro artístico con acceso gratuito en la Biblioteca Provincial, donde escritores y músicos entrerrianos celebraron la tradición de beber caña con ruda, como cada 1º de agosto.
Participaron de la amena reunión artística el escritor e historiador Marcelo Faure, el guitarrista y compositor Cacho Miño, el guitarrista Máximo López, el acordeonista Pelusa Roldán; todos ellos de la ciudad de La Paz. También se sumaron el acordeonista Nono Giménez Selva de Viale; y los escritores Horacio Blanc, Julio Federik, ambos abogados de Paraná, y Quito Ferreyra, que llegó desde Guayquiraró, Corrientes.
En una de las salas de la Biblioteca Provincial, estuvieron dispuestas al público, varias botellas de caña con ruda, la tradicional y la dulce, para que el público en forma libre y gratuita pudiera degustarla y así compartir esta tradición de los pueblos originarios americanos. Y al mismo tiempo disfrutar de un espectáculo musical a cargo de folcloristas del interior entrerriano que vinieron a Paraná especialmente para la ocasión. Los escritores por su parte leyeron poesías de su autoría, que giraron principalmente alrededor de la identidad de los pueblos.
La caña con ruda es una costumbre milenaria y argentina beber un trago de caña con ruda cada 1º de agosto para alejar los maleficios, y atraer salud y suerte. Algunos, sostienen que en lugar de los tradicionales tres tragos, son siete y que hay que hacerlo en ayunas con amigos
La práctica de tomar caña con ruda es una tradición que se relaciona con las costumbres de los propios pueblos originarios de América, quienes ya habían reconocido en la ruda macho capacidades medicinales contra los parásitos y malestares gastrointestinales. La creencia se fundamenta en que en el mes agosto se producían muchas muertes en la población y el ganado, resultante del intenso frío y las lluvias. De ahí el dicho popular: “Julio los prepara y agosto se los lleva”. Entonces para poder sortear este lapso, los pueblos originarios crearon un remedio natural que mezclaba esas capacidades medicinales que observaban en la ruda con la caña.