Operativos de Tránsito: rigor para unos, tolerancia con otros
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- La Municipalidad de Paraná ha incrementado sus operativos de control, en especial de motociclistas, taxistas y remiseros. El objetivo es ejercer una tarea rigurosa en cuanto a detectar unidades sin papeles, robadas o adulteradas, como verificar identidad de conductores. Hasta allí, Muy Bien 10 para la Comuna. Sin embargo, es objetable el criterio empleado en la ejecución de los “Stop”, el trato de algunos agentes, la falta de coordinación con personal policial, y la actitud de algunos ciudadanos.
No debería extrañar que un día de éstos, un operativo del municipio capitalino termine MUY MAL. Es que vienen suscitándose inconvenientes de toda índole que parten desde la metodología implementada en los “Stop”, con detenimientos forzosos para algunos mientras otros vehículos en peores condiciones son ignorados con saludos cómplices entre choferes y “Zorros”; a la forma de requerir los papeles los inspectores, con un peculiar tratamiento a damas bellas o de exuberante porte físico, y otro a mujeres menudas o en sí a hombres.
Amén de ello, la irregular coordinación con la Policía de Entre Ríos trasunta una latente chance de ver, en cualquier momento, una reacción agresiva de quien se sienta mal tratado, importunado o lisa y llanamente no cuente intencional o accidentalmente con la documental en regla.
Hoy, no es una excepción ver cotidianamente reacciones ríspidas, pero -felizmente- solo hemos sido testigos de malestares transitorios sofocados, precisamente, por la intervención policial arribada antes de un desenlace crítico.
La conducta de vecinos, en líneas generales, es correcta, pero hay excepciones. Lo peor es que, en algunas ocasiones o circunstancias, la impertinencia surge de agentes que en forma poco adecuada exigen documental de ley a unos y suelen esgrimir ridículas posiciones con piropos incluidos al hallarse ante deslumbrantes féminas o hacen “la vista gorda” cuando pasan tacheros o remiseros que aparentemente tienen “coronita”.
Es obvio… NO TODOS los inspectores esgrimen esa actitud. Hay laburadores honrados, experimentados y capacitados. Sin embargo, notamos que, en especial, los más jóvenes son quienes no están trabajando con acierto pero AVALADOS por un personal Superior que no actúa en consecuencia.
Lo peor es la soberbia, la casi nula humildad de algunos, y/o hasta la falta de disimulo en ocultar que hay PRIVILEGIADOS/AS a quienes, sea por acuerdos dudosos (o hasta espurios) y/o por grotesco exceso en impulsos sexuales, se beneficia NO reclamándoseles lo que sí se exige al habitante común de la capital provincial.
Seremos puntuales… En Paraná circulan remises y/o taxis truchos con un descaro absoluto. Con una impunidad notable. Más grave es tomar de vez en cuando algunos de ellos, forzadamente, y escuchar que coexiste una severa implicancia de personal municipal y/o hasta de funcionarios.
Cuando se acabe esta inequidad los agentes de tránsito y transporte, como los responsables de cada Organismo, se librarán de toda culpa. Hoy, la sensación es que impera corrupción y de ésta manera difícil es, SIN CREDIBILIDAD, que el ciudadano se allane a los operativos.
Hay más… Basta con concurrir hasta los sectores donde se estacionan motos y evaluar cuántas tienen patentes, o cuántas lucen un estado calamitoso o de haber sufrido reformas de toda clase, quizás para ocultar que son robadas.
Con el mero hecho de actuar allí los agentes, ya muchas unidades quedarían de inmediato secuestradas.
Esto mismo ocurre con los taxis y/o remises. Hay paradas tradicionales donde puede constatarse cuál está en regla y cuál no. Pero… No. La PARCIALIDAD es ostensible, inocultable. Rigor para unos, complacencia para otros. No digan que NO LO ADVERTIMOS. Uno de éstos días, algo muy malo va a ocurrir.