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Zielinski, vino, habló y acordó

El nuevo entrenador de Patronato es… Ricardo Zielinski. El Ruso vino a Paraná, se reunió con los dirigentes José Gómez, Alcides Papaleo y Nelson Rolandelli y selló su convenio aunque no lo rubricó. Por qué?… Lo ignoramos. Cuestión entre las partes.

El flamante entrenador, acompañado por el ayudante de campo Rubén Flota, puso de relieve la neta intención: “junto a mis colaboradores pretendemos y trabajamos para que nuestros equipos asuman una actitud ganadora, se mentalicen fuertemente para convencerse de las posibilidades propias, del potencial propio por sobre los atributos del rival. Llego a Patronato con el desafío de poner a Paraná en Primera pero sabiendo que tenemos por delante una dura tarea en conjunto con la dirigencia para acomodar la estructura adecuada a un nivel superior”.

Completando la idea y enfatizando que es imprescindible un replanteo oportuno, a tiempo, sobre cuáles son los objetivos, Zielinski fue rotundo: “es sensiblemente distinto el Argentino que el Nacional B y por eso lo primero de lo que debemos hablar es en modificar y obviamente mejorar todo lo que atañe a metodología y herramientas de trabajo. El hecho de apreciar la calidad de instituciones participantes, sus historias, sus trayectorias en el fútbol grande, habla por sí solo de cuánto debe Patronato hoy invertir para ponerse a tono y no sufrir”.

Zielinski fue clarísimo, tajante, al expresar: “no vengo a mantener la categoría. Llego con el objetivo de pelear por cosas grandes, esto implica que no acuerdo con Patronato con la meta de zafar el descenso. He aceptado la proposición de los dirigentes pero aclarando desde el vamos que mi llegada tiene como desafío fundamental ser ganador y para ser ganador hay que reunir las condiciones indispensables. Para sufrir me quedo en casa viendo la televisión. Soy conciente que habrá enfrente grandes clubes, con grandes equipos. Para nivelar esa oposición debemos dejar de pensar con el corazón y ser muy rígidos en cuanto a la elección de los jugadores, como paralelamente trabajar en temas que van a evitar dolores de cabeza en lo relacionado a la faz profesional. Uno entiende que se debe valorar lo hecho por este grupo de jugadores y el anterior cuerpo técnico. Es obvio que debe quedar grabado en todos los corazones paranaenses, pero yo no puedo firmar un contrato y aceptar que se arme el plantel con el corazón, por afectos o sentimientos. Estaría firmando muy probablemente mi condena al sufrimiento. Quedarán los mejores, los más aptos para la categoría”.

Nos pareció sincero, franco, directo. No dio vueltas. Autenticidad pura. Pudo ser más político, pero no… Fue honesto y evitó el mensaje condescendiente. Quizás sonó sumamente rígido, pero es preferible esa espontaneidad y llaneza a los “Vende Humo” que pululan por este bendito fútbol argentino.