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Vuelve Gaynor a Echagüe: El PF y el médico serán claves

La Comisión Directiva de Echagüe anunció a través de su área de Prensa la contratación de Mateo Gaynor, alero de 1m99 y 29 años que en la temporada anterior jugara en Ameghino de Villa María, luego de un destacado aunque fugaz paso en el AEC por la 2017-2018. Oscar Bonell sigue priorizando veteranía por sobre juventud. Calidad da la sensación que sobra para la División, el punto que causa incertidumbre es el promedio de edad de las fichas Mayores.

 

Gaynor se inició en Nautico de Zárate. Jugó en Italia y España. En Argentina en Liga Nacional A en Estudiantes de Bahía Blanca y en Weber Bahía, y en TNA en San Lorenzo de Chivilcoy, La Unión de Colón, Alianza Viedma, Echagüe, y Ameghino de Villa María.

 

En la última temporada en Ameghino jugó 40 partidos y tuvo promedios de 25 minutos, 12 puntos, 30% en triples, 78% en libres, 4,4 rebotes, 2,7 asistencias y 13 de valoración.

En Echagüe solo protagonizó 12 partidos y luego se lesionó, perdiendo el resto de la temporada. Sus promedios fueron: 30 minutos, 14,8 puntos, 61% en dobles, 41% en triples, 71% en libres, 4,4 rebotes, 14,8 de valoración. Mientras estuvo disponible, fue el mejor jugador de la plantilla.

 

Gaynor formó parte de la selección nacional argentina en U16, U18 y U19, jugando FIBA Américas y Mundial 2009 en Nueva Zelanda.

 

Echagüe ya confirmó además a Bruno Oprandi (34 años), Agustín Carnovale (33), Alejandro Zilli (37) e Ignacio Fernández (30) promediando entonces con Gaynor 32.6 años para la formación de Mayores.

Por ahora el único que mejora el registro porcentual de edad es Charles Xavier Parker, hijo del mítico Charles Randy Parker; y obviamente un juvenil de indiscutible futuro como Jerónimo Rosso.

 

La madurez de las piezas Mayores ha despertado lógicamente incertidumbre en la afición, en el seguidor del “Negro”. La historia de Echagüe en Liga tiene varios antecedentes de equipos con avanzada edad que fracasaron estrepitosamente, en tanto que los mejores momentos fueron con formaciones jóvenes, de hecho que un himno resonante que se sintió fuerte en el “Butta” fue “vamo, vamo lo pibe’s…”.

Al parecer, Bonell perdió la memoria o apostó fuerte a una tendencia riesgosa. Se aseguró irrefutable prestigio, talento y experiencia de sobra para la Categoría. Lo neurálgico será lo atlético y/o lo psicofísico en un Torneo muy riguroso, digamos que inclemente en cuanto al esfuerzo de los planteles.

Bonell sabe lo que hace aunque nos jugamos una predicción: el médico primero y el PF después serán vitales para garantizar que estas contrataciones rindan frutos fecundos acordes a su jerarquía y a la confianza que se depositó en ellos.