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Violencia en Patronato: un pedido de informes paradójico desde Diputados

La diputada provincial Gabriela Lena (Cambiemos) presentó un contradictorio pedido de informes al Poder Ejecutivo en el que reclama explicaciones por la feroz agresión que sufriera el sábado 25 de noviembre un grupo de chicos (y sus tutores) del Club Deportivo y Social Strobel, cuando se enfrentaban -en el estadio “Presbítero Bartolomé Grella”- Patronato y Unión de Santa Fe por la Superliga de AFA. Inevitable análisis por yerros y/o presunto menoscabo.

 

Lena quiere conocer qué medidas se tomaron para determinar las responsabilidades de los agresores y de las autoridades policiales que estaban a cargo del operativo de seguridad dentro y fuera de la cancha de Patronato.

 

La legisladora también pretende saber si se tiene conocimiento de cuáles fueron los motivos, y en su caso quiénes fueron las autoridades del Club Atlético Patronato que decidieron ubicar a los niños, padres y profesores del programa “Los gurises van a la cancha” en la tribuna que ocupan las barras bravas de Patronato.

 

Insoslayable analizar: con todo respeto… ¿quién asesora a la parlamentaria de la Cámara Baja? Sorprende ostensiblemente el cuestionamiento aludido. Los “Barras Bravas” (o los energúmenos…) ocupaban la cabecera principal que da a calle Grella, como habitualmente allí “copan” esas gradas los hinchas más apasionados del “Rojinegro”.

Los salvajes dejaron ese sector, salieron por la puerta respectiva de ese segmento, y accedieron al área ubicada en el extremo este del escenario, atrás del arco “Ayacucho” para perpetrar el bestial ataque.

 

Por ende, la diputada fue muy mal asesorada por alguien que ni siquiera se informó convenientemente, con una cobertura desarrollada desde distintas perspectivas y estilos editoriales, pero con una coincidencia: la descripción objetiva fue coincidente y completísima. De tal modo, representa un error garrafal para alguien que ocupa un escaño plenipotenciario, amén de su prestigio indudable como jurisconsulta.

 

El tercer punto de la petición de información tiene que ver “con la inacción, por parte del personal Policial apostado en la cancha de Patronato, al momento de la brutal y descontrolada agresión que recibieron los niños y padres; mientras que el cuarto indaga sobre si se requirió a las autoridades del Club cuáles son los motivos para que la entidad entregue a miembros de la ‘Barra Brava’ de Patronato entradas gratuitas, como lo afirmó una de las autoridades de la entidad”.

 

Finalmente, el pedido de informes incluye la petición de un detalle pormenorizado de las personas y niños que fueron víctimas de la agresión, su estado de salud y/o gravedad que presentaban los mismos; si el Gobierno y las autoridades de la Policía de Entre Ríos se han puesto a disposición del Fiscal que lleva adelante Investigación judicial; si el personal policial que concurre a la cancha de Patronato, cuando es local, es personal capacitado y/o especializado para intervenir en este tipo de ilícitos y, por último, si se ordenó alguna información sumaria o se tomará alguna medida disciplinaria.

 

“Asimismo -pide Lena- remita a esta Honorable Cámara de Diputados el nombre rango del responsable del operativo, como así también de todos los funcionarios que intervinieron”.

 

Para concluir, invitamos a que la diputada Lena reflexione… En todo el informe se apunta al personal policial estrictamente desde una perspectiva crítica, y se omite algo trascendente, de plena humanidad, como mencionar que hubo varios uniformados heridos, uno de ellos internado en terapia intensiva por las derivaciones que tuvo la bestial embestida de estos inadaptados.

 

Hemos considerado en profundidad que resulta imprescindible un mea culpa de los responsables del operativo de Seguridad, por consecuencia es imperioso se expida el Gobierno sobre esta responsabilidad indelegable que -evidentemente- fracasó.

Sin embargo, más allá de este operativo preocupantemente malogrado, una diputada de la Provincia no puede desconocer que también policías fueron seriamente lastimados.

Una ignorancia alarmante por la desinformación evidenciada y/o peor, más inquietante es siquiera imaginar un hipotético desprecio por lo que sufrieran los agentes del orden.