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Uno de los socios de Musimundo pidió el concurso preventivo de acreedores por la caída del consumo

Luego de un período de cierre de locales y de achicamiento de su negocio, finalmente Musimundo decidió pedir la apertura de su concurso preventivo de acreedores. En concreto, la solicitud fue hecha por CARSA, una de las sociedades controlantes de la cadena de electrodomésticos que también tiene a Megatone como accionista. Ambas empresas mantienen un particular vínculo de negocios alrededor de la marca Musimundo mediante el cual comparten la publicidad y el marketing pero operan de manera independiente en el negocio, la comercialización, el financiamiento, sus locales, la logística y la distribución.

 

En el caso de Megatone es originaria de la ciudad santafesina de Rafaela mientras que CARSA tiene sede en Resistencia y por eso solicitó el proceso concursal ante Juzgado Civil y Comercial Nº 23, de la capital chaqueña, a cargo de Fernando Luis Navenas. En cuanto a las razones, tienen que ver con la crisis financiera y la caída en las ventas que la cadena viene sufriendo y que la obligó, antes de tomar esta medida, a cerrar varios de sus locales.

 

De hecho, el 21 de mayo pasado, la sociedad anunció a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que había tomado la decisión de discontinuar algunos de sus puntos de comercialización, cuyas ventas no aportaban los niveles de rentabilidad que la situación demanda, liberando así requerimientos de capital de trabajo.  “La medida contribuye a aliviar la situación financiera de la sociedad en un contexto de alto costo del endeudamiento”, sostenía el informe de la empresa en ese momento.

 

Una situación que no condice con los números que muestra Musimundo en sus balances si se tiene en cuenta que el año pasado registró ganancias por casi $23 millones, que en marzo pasado emitió una serie de Obligaciones Negociables (ON) por $340 millones y que se encuentra en situación normal en el sistema financiero.

 

Al respecto, durante una reunión de directorio llevada a cabo este viernes, sus ejecutivos admitieron haber sufrido el rechazo de cheques por falta de fondos suficientes y que ha librado otros de pago diferido con vencimiento este mes que totalizan $825 millones. También anticiparon el vencimiento durante este mes de dos series de ON por otros $52 millones, además de ya tener cheques rechazados por otros $54 millones adicionales.

 

En este contexto, el directorio admite que la sociedad no tiene la capacidad suficiente para hacer frente a todos estos pagos y que con la apertura de su concurso preventivo de acreedores busca evitar mayores perjuicios y el agravamiento de la situación.

 

“Dadas las apremiantes circunstancias, se estima necesario y prudente acudir al amparo legal que prevé el régimen concursal y solicitar la apertura del concurso preventivo de la sociedad para posibilitar la continuidad de la empresa y el mantemiento de las fuentes de trabajo”, sostiene la presentación de CARSA ante la Bolsa de Comercio.

 

En la empresa aseguran que la situación tiene varias razones. Una es la retracción de la demanda. Otra, la competencia no solo de otras cadenas de su estilo sino también de hipermercados, sitios online, bancos y tarjetas de crédito. Además, disminución del margen sobre los costos de venta de los productos, negativas condiciones macro económicas del país e incremento de los índices inflacionarios, déficit fiscal, comercial y volatilidad de la política cambiaria y monetaria.

 

Esto repercutió en la imposibilidad de obtener financiamiento para capital de trabajo a un costo razonable, lo cual se manifestó en un fuerte incremento de la tasa que debe pagar y en serias dificultades para el abastecimiento de productos esenciales para su giro comercial.

 

Sin embargo, la caída del consumo parece haberla afectado al estilo de lo que sucedió con la operatoria comercial de algunas de los principales actores del supermercadismo. A principios de mayo, según pudo constatar iProfesional, la compañía desactivó sus representaciones en las ciudades bonaerenses de Chivilcoy, Bragado y Pehuajó. Y luego para las primeras horas de este jueves se aguarda la baja de persianas definitiva en Trenque Lauquen.

 

Con esos cierres quedó clara la imposibilidad de la firma de sostener su estructura de grandes superficies y que el tenor de los gastos en sueldos y mantenimiento, sumado a una tendencia a la compra online en ascenso, empezaron a asomar como los aspectos que mejor explicarían al momento de interpretar el porqué de los cierres sucesivos. A eso hay que sumarle el conocido cambio en los hábitos de consumo que sufren las cadenas en general, y la creciente tendencia a la compra online que viene mostrando el público en las ciudades del interior.

 

Este argumento coincide con lo expuesto en las últimas semanas por Vicente Gatica, intendente de Bragado, una de las ciudades de las que acaba de retirarse Musimundo. El mandatario comunal aseguró que a la cadena “nunca le fue bien” con el formato actual en esa zona de la provincia de Buenos Aires. Y que la decisión responde “a una estrategia de la empresa, que ha decidido ir quedándose con pocos locales propios”.

 

De acuerdo a fuentes locales, los representantes de la compañía que comunicaron el cierre en Bragado esgrimieron como motivos la caída en las ventas, la pérdida de poder adquisitivo de la clientela en general, y el incremento en las tarifas. La decisión implicó la pérdida de 7 puestos de trabajo. En cuanto a Chivilcoy, destacan medios locales, el cierre de la sucursal tuvo lugar el martes pasado y la medida derivó en 4 despidos. El gerente del local, que apenas sumaba dos semanas de establecido en la ciudad, fue reubicado en otra sucursal.

 

En lo que hace a Pehuajó, el local de la firma, instalado en pleno centro de esa ciudad del oeste bonaerense, cerró también en mayo pasado mientras que en otras localidades como Trenque Lauquen, anticiparon a iProfesional que la firma concluyó también las operaciones así como en Mercedes y Saladillo. Basta consultar el detalle de puntos de venta en la Web de la compañía para comprobar que los nombres en cuestión no figuran más.

 

“Lo de Saladillo es casi insólito porque la empresa abrió la sucursal en esa ciudad hará cosa de dos meses. A los clientes que esperan mercadería, la empresa les hará el envío a sus casas. Esto que ocurre tiene relación con la idea de la empresa de enfocar todo su negocio en la venta online”, explicaron.

 

Musimundo también tiene prevista cercenar buena parte de su presencia comercial en el conurbano bonaerense y en provincias como Santiago del Estero, Neuquén, Tucumán y Salta. La cadena en cuestión se encuentra bajo control de Megatone-Carsa desde febrero de 2011. En ese momento, la dupla desembolsó u$s15 millones para quedarse con la firma hasta ahí bajo control del fondo de inversión Pegasus.