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Una Municipalidad que no promueve ni controla el cuidado del agua

Una de las principales causas de sobreconsumo y derroche de agua es el deterioro de la infraestructura hidráulica. Si bien se supo concientizar a la población sobre el consumo racional del agua, hoy en día sobresalen criterios asociados a la falta de integralidad y sistematicidad en las reparaciones y los mantenimientos, la carencia de control en cuanto a la cantidad del líquido que consume cada usuario como el deterioro de una conciencia colectiva del ahorro. La Municipalidad de Paraná exhibe una apatía absoluta respecto a esta coyuntura. Una prueba más fotográfica. Carbó al 200. Pérdida que data del año pasado según vecinos del área en cuestión.

 

“Es difícil ahorrar porque aunque lo hagas en tu casa, cuando salís a la calle te encontrás con toda clase de despilfarro”, opina el común denominador de los paranaenses.

Muy elocuente resulta que se desperdicia mucha agua, hay mucha dejadez y falta de voluntad para realizar reparaciones pequeñas que no llevan demasiados recursos.

 

También es evidente que el servicio de abastecimiento se concreta a través de un sistema de conductoras y redes arcaico y casi obsoleto, esencialmente sin un adecuado mantenimiento; una infraestructura insuficiente ya, no solo desde el punto de vista del estado técnico, sino de su capacidad para cubrir una población que ha crecido de modo vertiginoso.

 

Mientras tanto, nuestras autoridades prefieren hablar de la construcción de un puente entre Paraná y Santa Fe…

 

Las deficiencias técnicas de la red de agua y cloacal son tan inconmensurables como gravísimas y por las averías de dicha infraestructura hidráulica o sanitaria la dilapidación del vital elemento termina afectando el normal suministro.

Entender que el agua es un recurso vital y finito, parece una lección fácil. Sin embargo, incorporar como práctica diaria esa noción en nuestras vidas es más complejo.

 

Estamos frente a un tema en el que urge INVERTIR, tanto en infraestructura como en una adecuada educación del ahorro, siendo el Estado el paradigma de dicha conservación, y comunicar ello fehacientemente mediante un área que deje de hacer politiquería barata, pretendiendo ciertos personajes esgrimir un imperio de poder que le debería corresponder exclusivamente al intendente.

Hoy no se puede voltear la cara a una preocupación que más que universal debe asumirse como propia, porque está afectando el bienestar y la calidad de vida de gran parte de la ciudadanía.

 

Señor intendente: estimado Sergio… en sus manos está dar un brusco giro a la indolencia de una Gestión que esgrime un abandono paradójico.

Las fotos que aportamos son claras. Esta tapa de OSN pierde agua desde el año pasado según nos indicaron en Carbó entre 9 de Julio y Belgrano.

 

Es tiempo de intervenir. Es tiempo de empezar a dar buenos ejemplos desde el municipio.