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Turismo estudiantil: claves para contratar un viaje (Nota I)

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Al ingresar nuestros hijos en la última etapa de su Educación Secundaria y por lo tanto, previo a la elección final de la carrera terciaria o universitaria a seguir, o del porvenir laboral a emprender, se registra un proceso que suele acarrear debates y discusiones de toda índole: la elección de destino y empresa para el viaje de egresados. La deliberación puede promover diferencias tan profundas que suelen quebrarse grupos y hasta ocasionar disgustos familiares o entre padres. Por lo tanto, lo ideal es que la elección tenga el mayor grado de consenso, evitando debates infecundos, producto de no ser inteligentes en la primaria e imprescindible evaluación de las propuestas expuestas por representantes de agencias.

 

La movida arranca con el primer contacto de los estudiantes con los representantes de las empresas a fines de 4° Año, o comienzos de 5°… Las agencias quieren vender la mayor cantidad de viajes posibles y, ¿qué mejor manera de seducir que mandando a la salida de los colegios a sus equipos de Promoción más pintones, carismáticos, más piolas, más divertidos y con toda la labia o locuacidad?

Por lo tanto, es clave que haya mucho diálogo en cada Familia para evitar, sobre todo las chicas, se dejen deslumbrar por los súper cancheros de los emisarios de ciertas agencias que, con la mejor onda, encandilan sobre todo a las alumnas para que éstas, habitualmente mayor número femenino en las aulas, comiencen a “sugerir” viajar con tal o cual empresa.

 

Está muy bueno que padres y madres, como hasta abuelos, adviertan a los chicos sobre la astucia, la sagacidad de estos representantes que habitualmente apelan a la galantería, a aplicar la mayor persuasión y/o sugestión, apelando a oratorias cargadas de promesas, proposiciones y hasta juramentos.

Si nuestras hijas e hijos comprenden que varios de estos divertidos personajes están ahí para venderles y una vez consumada la atracción, seguirán sus tours por otros colegios con idéntica retórica y juego de incitación sembrando nuevos señuelos, todo será más simple y no será necesaria nuestra intervención hasta tanto se organicen las charlas preliminares.

 

Luego sigue con…

 

Una vez que los chicos establecieron el primer contacto, llegarán los encuentros con los vendedores de cada empresa o en algunos casos con los responsables de las mismas.

Ahí es determinante acordar, consensuar entre la mayor cantidad de padres, día y hora ideal PARA TODOS, y no para un segmento, soslayando los caprichos, porfías o terquedades.

 

Cuántos más padres se comprometan, más enriquecedor será el debate y se podrán evaluar mayor cantidad de consideraciones.

Recuerden… No se pierde tiempo en ir a esos encuentros. Se invierte. Por ello, lo mejor, es consensuar horarios adecuados para TODOS y no para una minoría selecta. Cuando ello ocurre, lo conveniente es entrecerrar los ojos y mirar con recelo a quien “dirige la batuta” ya que “algo” se trae entre manos.

 

Lo FECUNDO es ACORDAR, CONCORDAR y si tal o cual padre, madre, abuelo, tutor no puede intervenir por razones de trabajo o dificultades familiares, darle chance de emitir su voto en futura reunión donde se decidan los pasos a dar.

Es tradicional que algún papá o mamá, pleno de entusiasmo y dedicación tome las riendas, como hay otros casos que intervienen con una alta dosis de interés llamativo por proponer a tal o cual agencia, sabiendo que luego vendrá la recompensa de un liberado para su hijo o para él mismo…

 

Hete aquí un punto que generalmente despierta la suspicacia de los padres más avezados o perspicaces y por ende allí surgen las primeras escaramuzas, los primeros choques. De allí que, recomendamos que es relevante el convenio equitativo de remediar cualquier clase de diferencia o discrepancia entre los mayores quienes a la postre, damos el ejemplo.

Lo mismo sucede con la selección de la empresa de confección y estampado de chombas, camperas/buzos, y con el plebiscito por la Fiesta de Egresados (salón-DJ-servicio gastronómico-fotografía, etc…).

 

Por lo tanto, cada papá y/o mamá debe/n desde mediados del Tercer Año, hablar con sus “Cachorros” y empezar a abrir mentes para que no haya hijas y/o hijos embaucados, o luego se proceda con cuidado, con delicadez, sin ocultar cualquier clase de duda, de vacilación, a examinar una por una cada proposición empresarial desechando insinuaciones o peor aún, imposiciones…

 

Tiempo de votar…

 

Escuchadas y evaluadas cada oferta, llegará la hora de elegir y allí será clave que se expongan visiblemente los fundamentos para votar a tal o cual, y en ello será imprescindible verificar de modo cardinal que la ecuación servicios-precio-garantía-confiabilidad se integren equilibradamente ya que de nada servirá guiarse por promesas de todo calibre si luego no hay cumplimiento cabal y/o documentado.

Hete aquí la cuestión de saber discernir a los interlocutores válidos para que los mismos aboguen por reclamar estrictamente todo lo que se ofreció desde la empresa.

 

Es que ya desde el comienzo del viaje, los chicos estarán “en otra” y a la mayoría casi todo les dará igual, mientras que las billeteras o hasta las tarjetas serán el “salvavidas” cubriendo ciertos “detalles” imprevistos que para algunas empresas o agencias son constantes pues justamente a partir de esas “casualidades” algunos coordinadores toman rédito llevándose sus cuantiosas “propinas”.

Por eso, la elección de los acompañantes será clave. Un hombre y una mujer, como mínimo, que estén a la altura de convertirse en padres de todo el contingente, y actúen en defensa de los derechos de todos los chicos.

 

Estos “padres postizos” o repentinamente “tutores” de excursión, serán quienes controlen que se cumpla el normal desarrollo del viaje y así como que la empresa y/o agencia satisfaga todos los puntos contractuales, verifiquen porque se origina un gasto impensado ya que debe otorgarse todo lo que fue firmado, sin excepción, como no agregarse “imponderables” que pudieron advertirse con tantos años prestándose servicios en la materia.

 

Lógicamente, en el caso que los acompañantes no tengan la agudeza y/o discernimiento para resolver conflictos inestimables los papás y mamás (o abuelos…) que se quedaron tienen la opción de realizar una denuncia ante Defensa del consumidor o ante la Secretaría de Turismo, y si lo denunciado posee fundamentos sólidos, llegarán inspectores a detectar toda maniobra perjudicial para los pasajeros y aplicará multas a la empresa o agencia que no respeta lo pactado.

 

Algo que no se tiene en cuenta y es clave…

 

Los padres, abuelos, tutores con nuestros trajinares maquinales para sobrevivir en un país atribulado por los vaivenes socioeconómicos, muchas veces fallan en algo tan primario como el diálogo, y no se percatan en esa charla franca, sincera, en la cual los chicos pueden contarnos un montón de cosas que se guardan por vernos tan atribulados con eso de traer el pan a la casa o el o tener cómo o con qué parar la olla… Y esos silencios suelen jugar malas pasadas al no advertirse antes que un grupo está quebrado en su estructura.

Y hasta suele ocurrir que, en verdad, el grupo se quiebra cuando empiezan las compulsas por con qué empresa o agencia se viaja, quién va de acompañante con pasaje liberado, o hasta se multiplican los enojos con lo que ya aludimos respecto a la pilcha de la Promoción o la organización de la fiesta de fin de año.

 

Es que hay papis y mamis, que suelen esgrimir una postura de liderazgo y cuando surge la oposición, no tienen la menor duda de manipular a sus propios hijos para promover divisiones y en ese marco de disidencia, operan propendiendo a obtener fines beneficiosos para su postura original.

Hay chicos pensantes y otros no tan pensantes. Por lo tanto ahí se provoca la división y la misma suele tener efectos devastadores cuando intervienen ciertos coordinadores inescrupulosos que saben cuál brecha usufructuar pues, están preparados para ello.

 

Un grupo compacto, consistente, en el cual todos vayan para el mismo lado “democráticamente” disfrutará de un viaje soñado. Pero cuando hay fisuras… ojo… Podrán haber elegido el viaje más caro, con la mejor empresa del mercado, el hotel más grande, todas las noches de boliches y las excursiones más copadas que se pueden ofrecer, pero, lamentablemente, si no es un curso unido la experiencia puede ser de mediocre a mala.

 

Es que al final, cuando pasan los años, lo que la gente más recuerda son las anécdotas con sus compañeros, la amistad que establecieron con las personas menos pensadas y la que fortalecieron con quienes ya eran amigos.

De este modo, si no son un curso unido, pueden empezar a organizar reuniones en donde vayan todos, convivencias o fiestas para limar asperezas entre ustedes, entenderse y conocerse mejor.

 

Aunque cueste asimilarse, que las experiencias sean divertidas o aburridas va a depender también que los padres se involucren pero no bélicamente, que edifiquen, que construyan el destino que se elija, la empresa sólo será el escenario para vivirlas.

Prometemos una nueva nota contándoles más de cómo algunas empresas suelen engañar, o estafar… Hasta pronto…

 

Más info en…

 

Quien quiere más detalles respecto a sus derechos puede dirigirse a la Dirección Nacional de Calidad Turística: Suipacha 1111 piso 7º, Ciudad de Buenos Aires. Horario de atención al público: lunes a viernes de 9.30 a 13.00 y de 14  a 17. (011) 4312-5611/15-4316-1600 – 4312-5621/24, int. 2150/2148. Por internet, en www.turismoestudiantil.gov.ar

 

También está la Asociación de Padres del Turismo Estudiantil: Mariano Acha 1207 4ºC. Ciudad de Buenos Aires. (011) 4523-8747. Link en web www.apturestudiantil.org.ar