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Tensión con la UIA: empresarios acusan al Gobierno de tomar medidas fiscalistas y con rasgos anti-exportadores

Con estadísticas que no dejan de mostrar caídas en los niveles de producción, empleo y exportaciones, y con un nivel de competitividad que se ve cada vez más afectado por la carga tributaria y los costos de financiamiento, la Unión Industrial Argentina (UIA) volvió a la carga con el reclamo para que el Gobierno suavice el impacto de la tasa de estadística que pesa sobre las importaciones.

 

Tras un exhaustivo análisis del impacto que la suba de este tributo generó en la industria, el Departamento de Comercio y Negociaciones Internacionales de la central industrial concluyó que a pesar de los recientes cambios para, por ejemplo, evitar un impacto en las importaciones temporales, la suba en la tasa de estadística de 0,5% a 2,5% impuesta por el decreto 332 “tiene un fuerte impacto negativo en la competitividad de las exportaciones industriales, en los márgenes del sector, en costos de productos del programa Precios Esenciales y en las decisiones de inversión”.

 

Por este motivo, la entidad que preside Miguel Acevedo reclamó:

 

– Retrotraer los topes a los vigentes previamente. El decreto 332 los aumentó de USD 500 a USD 125.000 por operación, por lo que hoy es muy difícil quedar exento de pagar la tasa.

 

– Reducir la alícuota para insumos que no se elaboran locales y son necesarios para la producción. “La nueva tasa implica un incremento de costos para la importación de insumos y partes destinadas a la transformación y venta en el mercado local”, dijo la UIA.

 

– Eliminar la tasa para la importación de bienes de capital e informáticos, que se encontraban exentos y ahora deben pagar también, lo que genera un costo adicional para la compra de maquinaria, nuevas inversiones y proyectos de inversión.

 

– Mantener la exención (previa al decreto 332) para importaciones desde el Mercosur, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

 

Según remarcó la entidad, “las medidas adoptadas son de corte netamente fiscalista y pierden de vista su impacto en el sector productivo, en la caída de la actividad, el empleo y las exportaciones industriales. Este incremento de la presión tributaria se suma al costo del financiamiento, volviendo inviable el normal desarrollo del proceso productivo”.

 

Con el decreto 361, el Gobierno decidió dar una marcha atrás parcial con el aumento de la tasa de estadística y dejó afuera no sólo a las importaciones temporales (las que ingresan al país para luego ser parte de un proceso de producción y ser exportadas), sino también a las compras de bienes de capital destinadas a la producción de hidrocarburos no convencionales (Vaca Muerta), los regímenes de importación de bienes usados (la industria hidrocarburífera) y la compra del exterior de líneas de producción usadas. Sin embargo, esta corrección para la industria no es suficiente.

 

Como argumentos para defender su posición, la UIA hizo en su informe un repaso de lo que implica la actividad manufacturera en la economía y cómo está atravesando la crisis. La industria concentra el 20% del total del empleo registrado; representa más del 25% de la recaudación total a nivel nacional y es responsable del 48% de las exportaciones, dice el informe.

 

Sin embargo, en los últimos años “el sector ha sufrido una fuerte contracción producto de la inestabilidad macro-económica y su consiguiente impacto en el nivel de actividad local”. La producción se retrajo un 5% durante 2018 y acumula una caída del 9,3% en el primer trimestre de este año, con una pérdida de 69.531 puestos de trabajo formales entre febrero del año pasado y el mismo mes de este año, y de 133.796 en los últimos tres años.

 

De acuerdo con la posición de los industriales, las recientes modificaciones en la tasa estadística termina de dar forma a un conjunto de medidas con sesgo anti exportador del que también forma parte la modificación del esquema de derechos y reintegros. “Este conjunto de medidas que penalizan el agregado de valor de los productos destinados al mercado mundial tendrá un impacto negativo para el sector industrial y para la actividad económica en general”, aseguró la UIA.