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Sindicato denuncia que Arcor produce su línea de Bon o Bon en Angola

Este es un año muy complicado para Arcor. Tras el cierre de planta de La Campagnola en Mendoza y de haber reportado pérdidas de $874 millones en el primer trimestre, la empresa pudo revertir los números en rojo pero aún siguen los conflictos laborales. El STIA denunció que “La línea Bon o Bon, que era la más fuerte que teníamos, la llevaron a Angola. Estamos viendo un vaciamiento de la fábrica”.

 

De acuerdo al balance presentado ante la Comisión Nacional de Valores, el Grupo tuvo una ganancia de $655 millones en el primer semestre del año, con lo que logró revertir el grueso de pérdidas reportada durante el período enero-marzo.

 

“Al finalizar el segundo trimestre del ejercicio económico número 59, comprendido entre el 1 de enero al 30 de junio de 2019, el Grupo Arcor cierra el período con un incremento en ventas respecto a igual período del año anterior, por efecto principalmente de las ventas de las sociedades del exterior, que representaron el 34% respecto a las ventas consolidadas del grupo”, señaló Arcor días atras.

 

Añadió que “las ventas de Argentina, que incluyen las exportaciones a terceros, representan el 66% de las ventas consolidadas”.

 

A fines de julio, la firma había anunciado que saldrá a buscar $2000 millones al mercado local a través de una oferta pública de Obligaciones Negociables para hacerle frente a sus compromisos financieros de corto plazo.

 

En lo que va del año, movió $1800 millones para reforzar el balance de La Campagnola, que en mayo cerró su planta en Mendoza para mudar la producción a San Luis. Asimismo, el grupo desembolsó u$s1.000.0000 para aumentar su participación en Mastellone al 43%.

 

A la inversa de lo que resulta ser este balance positivo del ejercicio económico de la primera mitad del año, el conflicto laboral sigue complicado. Los sindicatos denunciaron que la empresa dio de baja 5 líneas de producción, adelantó vacaciones y que hay un proceso de vaciamiento.

 

De las 700 personas que trabajaban en su planta ubicada en la provincia de San Luis, solo quedan 300 operarios en funciones, informa El Economista.

 

Uno de los delegados del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) en la planta, Miguel Benavente, detalló que “ya son 5 las líneas que se dieron de baja y que serán otras las que seguirán la misma suerte. El cierre impactó fundamentalmente en la línea de chupetines y chocolates”.

 

“La línea Bon o Bon, que era la más fuerte que teníamos, la llevaron a Angola. Hay otras que las llevaron a otras fábricas del país. Estamos viendo un vaciamiento de la fábrica”, afirmó.

 

“Tuvimos una semana obligada de vacaciones, ahí despidieron trabajadores. Se llevan equipamiento a otras fábricas, estamos notando un vaciamiento”, agregó.

 

El sindicalista aseguró que “más del 70% de los empleados actuales tiene más de 20 años en la empresa” y advirtió que la gerencia anunció que tienen que seguir con la “reducción de personal”.

 

“Arcor no está en crisis, a lo mejor no deben estar ganando lo que querían. Tienen espalda para sostener las fuentes de trabajo en este momento, para no dejar a los compañeros en la calle”, sentenció, y completó: “Los que estamos en crisis somos los trabajadores. Hay un mal clima en la planta porque todos llegan a trabajar sin saber si mañana van a estar”.

 

El gremio llevó el caso al Ministerio de Trabajo y exige la reincorporación ya que considera la situación como “desleal”.