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Se festeja hoy el Día Mundial del Dulce de Leche

Desde 1998, el 11 de octubre ha sido designado como el “Día Mundial del Dulce de Leche”. Si bien esa delicia inigualable lleva la patente de “gran invento argentino”, varios se pelean por los laureles de su creación. Conocido como arequipe, manjar blanco, cajeta, caramel, doce de leite, milk sweet, confiture de lait o radaby, según el lugar del mundo en el que nos encontremos, la simple mezcla de leche con azúcar ha generado millones de fanáticos a lo largo de varias generaciones. Su origen despierta polémica, tanto Uruguay como Brasil dicen ser sus inventores. Pero la realidad es que, como el colectivo y la birome, nosotros sentimos que es un patrimonio bien argento.

 

El dulce de leche es un símbolo de la gastronomía argentina. Y para difundirlo y promocionar su consumo en el exterior, cada 11 de octubre se celebra el World Dulce de Leche Day, o Día Internacional del Dulce de Leche.

 

En Argentina, se producen 140.000 toneladas anuales y se consumen 3,5 kilos de este manjar. Pero cada vez más extranjeros lo están probando. Hoy los principales países donde se exporta son Chile (27%), Brasil (26%), Estados Unidos y Paraguay (11% cada uno). “Pero existen otros mercados en continuo crecimiento como Sudáfrica, Dubai y Filipinas, que cada vez están más interesados en el dulce de leche argentino”, cuenta Alejandro Bertin, gerente general de San Ignacio, que acaba de mandar el primer cargamento de dulce de leche a Japón en un paso que abre las puertas al siempre prometedor mercado chino.

 

Existen versiones encontradas sobre el origen del dulce de leche, pero la más popular la relaciona directamente con la conmemoración de su Día Mundial, el cual fue establecido en 1998 por la Cámara Mundial y Ente de Promoción del Dulce de Leche.

Existen sobre la creación del dulce de leche muchas historias, aunque tal vez la más conocida sea la que se refiere a un “accidente” histórico. Corría el año 1829 y en Cañuelas, a 65 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, el federal Juan Manuel de Rosas y el unitario Juan Lavalle, iban a firmar un pacto que pusiera fin a las interminables guerras entre ambas facciones políticas.

 

Aquella mañana de julio, el general Lavalle llegó al campamento de Rosas. Como Rosas no se encontraba en el lugar, Lavalle se recostó en la cama de su pariente y enemigo político, donde se quedó profundamente dormido. En ese momento, una de las criadas de Rosas que estaba preparando la “lechada”, – leche con azúcar con la que el Restaurador tomaba mates – al advertir lo que consideraba una insolencia del unitario, salió corriendo para dar aviso de la situación a los guardias. Mientras tanto, la lechada seguía calentándose, y quemándose.

 

Cuando Rosas llegó al pie de su catre, en lugar de enojarse, dejó que el guerrero continuara su descanso e inmediatamente pidió su mate. Lamentablemente, la lechada era ya un jarabe espeso de color marrón que supuestamente no servía para nada. Sin embargo, se cuenta que a Rosas se le ocurrió probar aquella jalea y que le resultó exquisita…[Fragmento extraído del libro El Mundo de la Leche de Pascual Mastellone.]A partir de ese momento, y llegado al mundo casi de casualidad, el Dulce Criollo –hoy el famoso Dulce de Leche- pasó a ser un infaltable de nuestra mesa.

 

El historiador Daniel Balmanceda, autor del libro “La comida en la historia argentina” (Buenos Aires, 2016, Sudamericana) señaló que “en general todo este tipo de información se encuentra en correspondencias, diarios íntimos y documentos de la época”.

 

Balmaceda explicó que “había pistas a lo largo de los años. Primero surgió una historia que involucra a la escritora Victoria Ocampo, quien quiso impresionar al director de orquesta ruso Igor Stravinsky y le ofreció nuestro dulce, pero él le dijo que eso se llamaba Kajmak. ’Es una comida de nuestra tierra’”, aseguró.

 

El historiador halló luego “una correspondencia de Tomás Anchonera, el diputado del Congreso de Tucumán, que en 1814 le pedía a un amigo cordobés que le enviara dulce de leche, cuando se supone que la Argentina se inventó en 1829; o sea que 15 años antes, por lo menos”, cuando según otra versión lo había inventado la cocinara de Rosas accidentalmente al olvidarse la olla de leche con azúcar sobre el fuego.

 

“Lo cierto es que uno descubre que el dulce se comía en el sudeste asiático en la antigüedad, y que de allí pasó a Filipinas y por el Pacífico a Acapulco”, resumió Balmaceda tras repasar algunas anécdotas sobre el origen del producto.

 

Una receta caserísima

 

  • 3 litros de leche entera
  • 800 gramos de azúcar
  • Una cucharadita de bicarbonato de sodio
  • Esencia de vainilla

 

Hervir, luego bajar el fuego y revolver de a ratos, en una olla de doble o triple fondo para que conduzca mejor el calor. A la tercera hora de cocción empieza a notarse el cambio, porque la preparación se pone más densa y oscura por la gran evaporación del agua de la leche y la caramelización del azúcar. El punto se comprueba cuando una gota de la mezcla no corre cuando se la apoya sobre un plato congelado en el freezer.