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Se analizó la situación de la faena animal en la agricultura familiar

En el marco de la 6ª edición de la Feria de Productos Artesanales y de la Agricultura Familiar, se analizó la complejidad burocrática que representa la formalización de la actividad de los productores, en cuanto a la complejidad de los trámites que deben realizar para inscribirse.

 

Durante la feria, que se llevó a cabo el fin de semana pasado en la Vieja Usina de Paraná, bajo la organización del Instituto de Control de Alimentación y Bromatología (ICAB) del Ministerio de Producción, se desarrolló una jornada para analizar y debatir aspectos relacionadas a los distintos tipos de faena animal en la agricultura familiar.

 

Participaron el director del ICAB, Pablo Basso; el director general de Ganadería, Horacio Alvarenque; el director general de Agricultura, Lucio Amavet; el director general de Comercio Interior, Jesús Pérez Mendoza; además de representantes de la Dirección General de Fiscalización Agroalimentaria, de la Dirección de Comercialización de Economía Social, de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos, el Senasa, Agricultura Familiar de Nación y el INTA.

 

La temática propuesta en este panel de debate tuvo como eje la faena de animales a baja escala. Los organismos gubernamentales, organizaciones, productores y público participante expresaron problemáticas, causales, posibles soluciones y acciones a seguir.

 

Según los datos con los que se cuenta, que se reconocieron desde todos los organismos oficiales presentes, hay un claro subregistro de faena de cerdos, ovinos y caprinos. También consideraron la actividad avícola y la pesca artesanal con diagnóstico semejante.

 

Dentro de los principales puntos que se citaron en referencia a las dificultades de esta actividad, se pueden mencionar:

– La complejidad burocrática que representa la formalización de la actividad de los productores en cuanto al número y complejidad de los trámites que deben realizar en distintas instituciones a la hora de inscribirse;

 

– La reserva de los productores vinculados con la formalización en cuanto a las obligaciones impositivas, ya que consideran esta carga como negativa para su actividad;

 

– El costo que deben afrontar en caso de requerir la faena de sus animales en establecimientos habilitados en desmedro de los que pueden obtener como ganancia (también se menciona aquí que la provincia cuenta con suficientes frigoríficos y mataderos como para asegurar faena controlada, pero que sin embargo actualmente son inviables económicamente por su altísima capacidad ociosa);

 

– Los requerimientos legales de transporte de animales en pie y faenados;

 

– Las acciones de fiscalización de distintos organismos nacionales, provinciales y municipales, que muchas veces no se comunican entre sí y generan discrepancia en sus acciones;

 

– La idiosincrasia del productor respecto a su manera de trabajar, generalmente de forma individual, lo cual le impide acceder a herramientas de proyectos asociativos:

 

– Por último, el mismo consumidor, que muchas veces por desconocimiento o por usos y costumbres opta por una práctica que no asegura la inocuidad del alimento que consume.

 

Los organismos participantes consideraron pertinente contar con datos referidos a los productores, su localización, características de su producción, posibilidades de agregar valor a su trabajo.

 

Otro aspecto que se debatió fue el marco legal actual, que es claramente obsoleto. Sin embargo en este punto en particular, y a pesar del reconocimiento como norma insuficiente, quedó claro que no está proyectado ningún cambio en la ley de carnes desde ninguna de las instituciones presentes.

 

También se hizo referencia a los mataderos móviles de la provincia y su funcionamiento actual. Se identificó como fracaso la intención original, pero se rescató la funcionalidad como faenador fijo que está cumpliendo actualmente.

 

Desde el INTA se expuso acerca de un faenador de uso familiar para producción avícola, que se encuentra en camino a su validación y que puede aportar una salida satisfactoria para el autoconsumo y la comercialización a baja escala que propone nuestra agricultura familiar provincial.

 

Los grupos de productores de la ciudad de Villaguay y de la Megless expusieron también la necesidad de contar con grupos técnicos locales que puedan colaborar activamente con la formalización y el asesoramiento para el agregado de valor de sus productos. Si bien estas asociaciones están cumpliendo roles de acompañamiento técnico, es claro que la sostenibilidad de estos esfuerzos se asegura con institucionalidad.

 

Representantes del sector gastronómico aseguraron que hay una fuerte demanda de productos regionales devenido de una tendencia muy expandida por revalorizar lo propio y regional. Aclararon que saben de la calidad de los productos entrerrianos (mencionaron carnes como la de cordero, catalogándola de excepcional) y que si bien saben que se busca poner en valor este sector desde los organismos de Turismo locales y provinciales, actualmente les es dificultoso conseguir alimentos locales sanitariamente aptos (referencia a falta de habilitaciones).

 

Como propuestas que surgieron a modo de posibles soluciones, se pueden citar:

– Avanzar en la simplificación documental de trámites,

– Continuar con acciones tendientes a generar conciencia sobre la sanidad e inocuidad de alimentos,

– Divulgar herramientas de financiación para cubrir costos de producción que hoy día los productores no pueden afrontar,

– Evaluar las necesidades de cada uno de los sectores productivos una vez que se cuente con datos más precisos acerca de los mismos,

– Considerar otras posibilidades de comercialización.

– Finalmente se consideró importante también contar con la posibilidad de acceder a financiación provincial (ante las inconsistencias o desfinanciamiento de programas nacionales tales como cambio rural).

 

En algún momento del debate, a manera de conclusión, se insistió con la necesidad de intervención del Estado en estos procesos puesto que claramente el mercado no resuelve la problemática. Herramientas tales como subsidios a cadenas de valor, exenciones arancelarias e impositivas, acompañamiento técnico, capacitaciones y adecuaciones de normas perimidas para facilidad de registros y habilitaciones, son algunas de las que se mencionaron desde los distintos actores presentes.

 

Los presentes acordaron seguir trabajando en la temática abordando todos los eslabones de la cadena productiva, consensuando una reunión interinstitucional para el 8 de noviembre.