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San Agustín es una bomba de tiempo: fluidos cloacales pululan por las calles

La presencia y circulación de líquidos cloacales crudos -sin tratamiento- a cielo abierto, pueden traer consecuencias de diferente tipo y gravedad, tanto para las personas que residen en las inmediaciones como para transeúntes frecuentes u ocasionales. Desde hace varios días, un vasto sector de Barrio San Agustín sufre un amplio derrame de aguas servidas.

 

Seremos enfáticos, el brote de fluidos cloacales sin tratamiento son portadores de bacterias entéricas, como por ejemplo Escherichia coli (que precisamente es utilizada como un indicador de contaminación fecal de aguas).

Si bien la mayoría de las cepas de esta bacteria son inocuas y viven en los intestinos de los seres humanos y animales saludables, existe una cepa que produce una potente toxina que es responsable de severas diarreas y del síndrome urémico hemolítico.

 

También pueden estar presentes otras bacterias altamente peligrosas para la salud (por ejemplo especies de los géneros Salmonella, Shigella, Leptospira, Campylobacter jejuni y el Vibrio cholerae). Todas estas generan trastornos que van desde fiebre, debilidad, nauseas, retorcijones, vómitos y calambres, hasta enfermedades entéricas y pulmonares graves por ejemplo: diarreas, shigelosis, fiebre tifoidea, leptospirosis y cólera.

 

Las aguas negras pueden servir a la transmisión de diversos virus como Adenovirus, Rotavirus, Enterovirus, y Virus Norwalk, por ejemplo causales de afecciones intestinales y el responsable de la poliomielitis y el de la hepatitis A.

 

Otro de los riesgos son los hongos microscópicos, como por ejemplo Aspergillus. Cerca de veinte especies de este hongo son causantes de un grupo de enfermedades que van desde cuadros de tipo alérgico (broncopulmonares y sinusitis), hasta infecciones generalizadas que ponen en riesgo la vida de las personas que sufren alteraciones del sistema inmunológico, y obviamente que en las aguas cloacales pueden hallarse diversos parásitos intestinales.

 

Son épocas en las cuales desde esferas gubernamentales se alude a Prevención y Promoción de la Salud, lanzándose campañas diversas, pero  pese a que vecinos del precitado Barrio han establecido contacto con el director del Centro de Integraciones de los Servicios Públicos de la Municipalidad de Paraná, Roberto Sabbioni, y desde Prensa se expresan maravillas a diario sobre las obras encaradas por la Comuna Capitalina, en calle Los Ceibos 1194, entre Las Tacuaras y 1° de Mayo es insoportable el olor nauseabundo.

 

Contribuyentes de dicha área han logrado recabar el último número de gestión: es el 772769 y el conflicto sigue sin remedio.

Desde el 147 han atendido la urgencia, de hecho, ayer se apersonó una cuadrilla. “Desde un camión se metió la manguera y después de varios minutos me dice uno de los muchachos que no tiene presión y que el otro camión está roto. Revisaron las tapas hasta la esquina y se fueron sin solucionar nada”, expresó Víctor Portorreal, vecino de la zona.

 

La coyuntura implica un riesgo enorme. Sobre todo, la gente que convive mucho tiempo en esos lugares forma parte de un grupo de riesgo trascendente, habida cuenta de la alta probabilidad de entrar en contacto por diferentes vías con el agua contaminada. Además, un lugar en que constantemente pasan autos, y por varios días estás con el líquido dando vueltas ya por otros segmentos de la Capital, la alarma es abismal

 

En consecuencia, el peligro es elevado sobre todo cuando la situación de derrames cloacales se prolonga por muchos días.  Por lo tanto las enfermedades producto de la contaminación del medio ambiente pueden ser de gravedad, en especial para aquellas personas inmunocomprometidas, los niños y ancianos.