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Reclamos de trabajadores de El Diario: ¿nueva venta… derechos y deberes por igual o todo bien…?

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Representantes de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y del Sindicato de Prensa de Entre Ríos (SPER) han expuesto su preocupación gremial por “el deterioro creciente de los derechos de los trabajadores de prensa de El Diario de Paraná” y vienen bregando, por “la aplicación en toda su extensión del Convenio Colectivo de Trabajo N° 541/08”. Paralelamente a éstos reclamos circulan tres rumores inherentes a un malestar entre empresarios responsables y funcionarios del Gobierno, una posible nueva  venta de acciones o una normalización en cuanto a las exigencias gremiales demandadas por los empleados y un fuerte ajuste en lo concomitante a horarios de tareas y “fidelidad” o exclusividad laboral.

 

En las últimas semanas y a lo largo de todo el país, se realizaron charlas informativas, afichadas, asambleas, reuniones en las redacciones y movilizaciones, en cumplimiento del estado de Alerta y Movilización declarado por la FATPREN, reclamándose por sueldos dignos y encuadramiento salarial de acuerdo a la legislación vigente de prensa.

 

Los trabajadores advirtieron que continuarán alertas para garantizar que todas las empresas del periodismo gráfico del país se atengan a los acuerdos suscriptos, se encuadre adecuadamente a los mismos, tal como lo establecen el Estatuto del Periodista Profesional y el Estatuto del Empleado Administrativo de Empresas Periodísticas.

 

En Paraná, para ejemplificar, según indicaron los empleados de El Diario, el sueldo básico de un redactor se ubica en los $1.732,50, mientras que el salario básico que dispone el Convenio Nacional homologado y vigente a junio de 2012, para la categoría de Redactor, es de $ 5.444. Sin lugar a dudas, ello constituye una injusticia visible y execrable, no obstante han circulado en los últimos días tres versiones, una estrictamente relacionada al espectro empresarial y otra que invita a la reflexión.

 

La primera invoca que, tras una presunta discrepancia de una parte del grupo empresarial con un (o unos) funcionarios del Gobierno (no pudimos precisar si Provincial o Comunal) se habría mencionado un supuesto intento de vender las acciones mayoritarias de El Diario, rumor de lo cual no existen signos elocuentes que permitan siquiera avizorar ese murmullo descuidado.

 

En realidad, se sabe que los últimos en enterarse de ese tipo de negociaciones son los empleados. De hecho que, según fuentes confiables, un miembro de la Familia Etchevehere habría expresado a personal jerarquizado, días antes de oficializarse la venta, que “bajo ningún aspecto El Diario cambiaría de dueño”.

Ese gesto se habría consumado nada menos que en un asado de camaradería donde se negó rotundamente los susurros relativos a esa negociación cristalizada pocas horas después.

 

Por ende, hoy menos comprobable es si tiene o no asidero la especie referida a una nueva transacción o comercialización del activo de El Diario.

 

Ahora bien… Considerando poco probable que en tan poco tiempo se venda de nuevo El Diario, catalogamos de fuerte, muy fuerte, el cuchicheo en cuanto a que de no arribarse a una eventual venta, la actual patronal propiciaría un asentimiento con lo reclamado por los trabajadores pero, a cambio, se reimplantaría el añejo derecho empresarial a custodiar con celo la fidelidad profesional y especialmente que no haya superposición de tareas de sus empleados en otros medios más allá que no sean gráficos o en labores con estrecho vínculo al quehacer en la empresa.

 

Palabras más, palabras menos, teóricamente se impondría rigurosamente una celosa custodia a la incompatibilidad laboral, de manera primordial que sus empleados no ocupen tiempos pre-establecidos con la empresa tributando similares servicios a otros medios de comunicación.

 

Hete aquí una circunstancia que traería nuevas controversias pues es de público conocimiento que en nuestra ciudad muchos periodistas son rotulados de “Multimedios” por llevar a cabo sus roles en diarios, radios o canales locales y hasta ofician de corresponsales para otras empresas nacionales o cumplen gestiones profesionales en dependencias del Estado o hasta en Universidades u organismos o instituciones varias.

 

Vale recordar que allá por los ’80 y los ’90, Don Arturo Julio y luego el Dr. Zahorí Etchevehere, fustigaban abiertamente esa situación a la que catalogaban de “Infidelidad Laboral” y hasta juzgaban de “antiéticos” a quienes osaran desenvolverse como tan natural lo es hoy, por lo cual era imperioso ordenar con suma precisión y coherencia los horarios a fines de no justificar reacciones en una época donde, a su vez, la empresa cumplía -digamos- bastante bien con sus obligaciones y por ello exigía, pese a que los salarios no alcanzaran para justificar EXCLUSIVIDAD PROFESIONAL.

 

Hoy las cosas han cambiado… ¡Vaya si han cambiado!!! Antes, los malestares se debatían en “La Carpa” (San Martín y Malvinas), o en el bar “Victoria”, o hasta en el Club del Progreso. Se hacía la catarsis, cada uno exponía, podían darse algunos disensos pero luego salía la idea común para tratarse “amigablemente” con la “Jefatura”. Pero… ¿salir a quemar gomas?… ¿portar pancartas?… ¿expresarse tan agudamente?… Mmm… No… Ni ahí…

 

O imposible evitar trazar una zanja abismal en cuanto a presiones de cierre cuando había que esperarse una pelea de box, un Gran Premio de Fórmula Uno, una final de tenis con Vilas o Clerc. O que llegue primero el fotógrafo a revelar sus rollos, y luego el cronista de Echagüe que debía “picar” la crónica, todo con los “Canillitas” pegados a la vidriera con miradas incisivas, como diciéndote “hermano… tenemos que salir ya a vender porque si no perdemos los clientes…”

 

Y no había internet… No había notebooks… O hablar por celu era para los jefes y ni se te ocurra utilizar un celular para salir desde el “Luis Butta” pues con una llamada gastabas un fangote de plata.

 

Lo más aproximado a la alta tecnología era la teletipo de Télam y NA, o el fax, con un control exhaustivo de los gastos telefónicos…

 

Hasta el armado y el proceso de impresión eran diferentes.

 

Ah… No podemos olvidarnos que, por ejemplo en Deportes, éramos 5 redactores y cronistas volantes a los cuales se les podía dar un número determinado de crónicas y si te pasabas no se abonaban. Así de sencillo… Digamos que era más “Artesanal”, ni mejor, ni peor… DISTINTO y pletórico en sacrificios.

 

Hoy todo está facilitado…No solo en El Diario… En TODOS los medios merced a la bendita internet, a los notables avances tecnológicos con notebooks, netbooks, tablets, y celulares con planes que hasta te incluyen un negro abanicándote o lo frotás y sale un genio que te hace toda la labor desde cualquier parte del mundo.

 

Pero asimismo, dos décadas atrás, EL DIARIO era el medio n° 1 por excelencia junto a LT 14 y hoy el legendario periódico tiene una férrea competencia con el UNO, la usina de noticias que es Canal Once por la tele o con su completísima página, el buen complemento que significan Canal 9 y Somos Paraná, anexado a ello la vigencia de LT 14 ya no solo al aire sino con una página web, más decenas y decenas de sitios en internet, varios que involucran radios de FM o un semanario de altísima repercusión como Análisis.

 

Y no olvidar como simplificó coberturas la creación de áreas de Prensa en ministerios, direcciones, secretarías, subsecretarías, Programas Provinciales, entes autárquicos, instituciones diversas, fundaciones, etc, etc, o sin ir más lejos, la cantidad de canales informativos en la grilla televisiva regional y nacional.

 

O sea, obtener info es cuestión de navegar y se encuentra la data sin salir de la redacción o ni siquiera levantar un teléfono.

 

Todo es mucho, pero mucho más cómodo que antes. Y no es un pensamiento nostálgico o añoranza, mucho menos es MENOSCABAR virtudes, talentos o esfuerzos que se vierten en la actualidad. ES REAL… ES INNEGABLE… Lo debatimos con quien sea, en el lugar que sea y a la hora que sea pues nos sobran anécdotas, algunas risueñas, otras risibles, otras aciagas.

 

Pero además, si bien pueden haber excepciones en torno a criterios, principios, valores o códigos (sea de estilo como de ética profesional) hubo una mutación muy pronunciada  en eso de tener “puesta la camiseta”, modificándose sustancialmente lo actitudinal.

 

Y aquí residiría el razonamiento de una parte de los actuales accionistas o autoridades de El Diario. “¿Quieren equidad?… ¿Exigen retribución acorde?… ¿Demandan justicia salarial?… Bueno… ajustemos algunas cosas pues si debemos invertir mucho más, que se vean los resultados…”

Palabras más, palabras menos, esa sería la posición de una parte del grupo que le compró la tradicional empresa a los Etchevehere. La misma parte que, de no darse ello, procedería quizás, tal vez, a bajar el martillo y pondría a la venta su fracción.

 

Obviamente…Mientras nosotros buscamos expresarnos del modo más sano y edificante posible, quienes hoy están “enfrentados” pueden estar probablemente haciendo las pases, descorchando un “yampein” y que todo siga como desde el día que surgió la “Nueva Alianza” empresarial y algo más…

Es axiomático aclarar que, apegados a nuestro genero de opinión, redactamos éstas líneas de las cuales abundan balbuceos o murmuraciones pero NADIE se anima a componer una columna. Repetimos, lo único CONCRETO de éste material es el resumen de cómo hacíamos dos décadas atrás El Diario. Lo demás es habladurías que nos dieron ganas de contárselas a nuestros fieles lectores.