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Pérez Companc despidió a 43 trabajadores y anticipan toma de la planta de Combustibles Nucleares Argentinos (CONUAR)

Ante la atenta mirada del gobierno nacional, al que le corresponde un 35,57% de administración de la planta, la parte privada de la empresa CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos), a cargo de Luis Pérez Companc (con un 64,43% de acciones), comunicó el despido de 43 trabajadores de su planta ubicada en el Centro Atómico Ezeiza.

 

La empresa, compuesta por autoridades designadas por el Estado nacional y por autoridades del sector privado, en este caso del Grupo Pérez Companc, dueños, entre otras de la gigante alimenticia Molinos Río de la Plata, provee Elementos Combustibles, vainas, tubos y un sin fin de componentes para el funcionamiento de las centrales nucleares de Atucha I y II y Embalse Río Tercero.

 

A través de las redes sociales los trabajadores denunciaron, el mismo viernes, los despidos inminentes en la empresa que emplea, en total, a unos 500 técnicos, ingenieros y personal especializado.

 

Sin embargo, desde octubre del año pasado la empresa anunció unos 100 despidos “como consecuencia de las políticas y el vaciamiento del sector nuclear llevado a cabo por el gobierno de Mauricio Macri”, denuncian los empleados.

 

Los damnificados son, en este caso, mano de obra calificada de la planta que señalan al gobierno de Mauricio Macri “por las políticas de vaciamiento para desmantelar la actividad”. De esta manera denunciaron que los despidos precarizan las condiciones de alta exigencia dentro de la rama.

 

“La fabricación de tubos y vainas se vieron gravemente afectadas por la baja de contratos con China, los cuales fueron acordados a nivel Estado, y con sus respectivas Leyes aprobadas para tal fin, por el gobierno de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, comunicaron los trabajadores.

 

La denuncia apunta a la cancelación del acuerdo con China que permitía la construcción de una central nuclear tipo CANDU que, por el tipo de tecnología “compatible” con el desarrollo tecnológico histórico de nuestro país en el sector, moviliza la producción de las empresas “satélite” como CONUAR y la PIAP.

 

Sin embargo, en esta segunda etapa, tras la decisión de Macri de cancelar ese acuerdo, los chinos se opusieron a que la central se haga con tecnología que no sea exclusivamente de ellos.

 

La decisión impacta en que Argentina no podrá transferir conocimiento científico y participar productivamente en la construcción de la central.

 

La tecnología que utilizan las tres centrales en operación, basada en el uso de uranio natural y agua pesada, es dominada y poseída por nuestro país, fruto de muchas décadas de experiencia y de grandes inversiones tanto del sector público como del privado.

 

“El gobierno, de manera injustificable, quiere cancelar esta línea. Después de sostener la misma política del gobierno anterior durante más de dos años, la canceló inmediatamente después de firmar el acuerdo con el FMI”, denunciaban los trabajadores de la PIAP, de Neuquén, en Diputados, el 21 de mayo pasado.

 

“Nuestra lucha va mÁs allá de los puestos de trabajo, también vamos en defensa de la soberanía energética argentina que depende y necesita mano de obra calificada, y no la dependencia de otros países”, manifestaron los trabajadores a través de redes sociales.

 

Los damnificados comunicaron que hoy mismo, desde las 7 de la mañana, iniciarán un plan de lucha que comenzará con la toma de la planta ubicada en el Centro Atómico Ezeiza.

 

Es que después de tres meses de suspensión rotativa del personal y la pérdida de 45 puestos de trabajo, entre retiros voluntarios y despidos de trabajadores eventuales, “la empresa está decidida a avanzar en un plan de reestructuración, sin esperar cuál será la política del nuevo Gobierno en el sector”, denunciaron los damnificados.

 

“Exigimos a la gerencia de CONUAR, perteneciente al Grupo Pérez Companc, que se abstenga de esta decisión ante la posibilidad de que el nuevo gobierno reactive la industria nacional y sobre todo el plan nuclear argentino”, reclamaron los trabajadores.

Fuente: Periferia Ciencia.-