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Peregrinación a Luján: la Iglesia advirtió que “el pueblo no quiere ningún tipo de grieta”

En el cierre de la peregrinación juvenil a Luján, que este fin de semana revalidó su condición de ser la mayor manifestación de fe del país, la Iglesia advirtió este domingo que “el pueblo está cansado de divisiones” y “no quiere ningún tipo de grieta y enfrentamiento estéril”. El señalamiento fue hecho en la misa central que presidió el obispo de Morón, Jorge Vázquez, ante una multitud frente a la basílica.

 

La advertencia de la Iglesia se produce en medio de una profundización de las diferencias políticas a lo largo y a lo ancho del país, atizada por la campaña electoral de cara a las cruciales presidenciales del 27 de este mes. Y está en línea con el lema de esta caminata, la número 45, elegido tras una consulta a numerosos fieles en los meses previos a la marcha: “Madre, ayúdanos a unirnos como pueblo”. Aunque, en rigor, responde también a una prédica permanente de los obispos.

 

“María quiso quedarse aquí junto al río Luján para cuidarnos y protegernos; para animarnos y acompañarnos en nuestro caminar como pueblo. Un pueblo sediento de paz y hambriento de justicia, un pueblo que no quiere ningún tipo de grieta y enfrentamiento estéril, un pueblo cansado de divisiones”, dijo Vázquez en la homilía mientras era incesante el ingreso de peregrinos a la plaza, tras haber partido la mayoría el sábado al mediodía desde el barrio porteño de Liniers.

 

Vázquez citó al Papa al reafirmar el anhelo de unidad. “Sabemos, como ha afirmado el Papa Francisco, que ‘la unidad es superior al conflicto’. No se trata de ignorarlo sino de transformarlo, desarrollando una verdadera comunión en las diferencias, así se construye un pueblo, desde la amistad social, desde la solidaridad, desde la fraternidad, resolviendo en un plano superior todo tipo de grietas y diferencias'”.

 

Tras exclamar tres veces el lema de la marcha y pedir que los fieles hicieran lo propio, destacó que “el pueblo se construye desde el amor, nunca desde el odio”. Recordó que ya en la primera edición de la peregrinación, en 1975, el lema también se vinculaba con el anhelo de unidad en medio de una gran tensión política: “Con María construyamos una Patria de hermanos”. Y señaló que “mirándola a Ella aprendemos a mirarnos unos a otros y a descubrir en cada argentino a un hermano”.

 

“Nuestra peregrinación es como un signo del caminar del pueblo argentino en el que no solo es importante el destino al que se llega, sino el mismo caminar, que no hacemos solos, sino con los otros, compañeros de ruta, peregrinos como nosotros. Entonces se trata de aprender a ‘caminar juntos’, lo cual implica el esfuerzo por dejar de lado las actitudes individualistas y abrirnos al compartir y a valorar la riqueza que los otros nos aportan”, dijo.

 

El muy buen tiempo que hubo durante el fin de semana facilitó la concurrencia a la peregrinación, que implica caminar más de 60 km e insume en promedio 18 horas. Como ocurre todos los años, un gran operativo de tránsito y sanitario, que incluyó 45 puestos fijos con profesionales de la salud, se desplegó a lo largo del trayecto, especialmente a partir de Moreno. Más de seis mil “servidores” asistieron a los caminantes y se distribuyó agua en diversos puntos.

 

A la medianoche los peregrinos encendieron velas y celulares para iluminar simbólicamente el camino hacia la Virgen de Luján que, por su condición de patrona nacional, es el mayor emblema católico de unidad entre los argentinos. El encendido le dio un bello aspecto a la columna que avanzaba en medio de la oscuridad por la ruta 7.

 

Esta vez, por iniciativa de Juan Carr, fundador de Red Soldaria, muchos peregrinos llevaban en sus mochilas y remeras carteles y fotos de personas desaparecidas. “Cada 6.000 personas que fue caminando hubo una imagen que fue en el medio de la gente gracias a las personas que se sumaron a la campaña a través de las redes sociales”, contó Carr.

 

Fueron de la partida algunas madres que no bajaron los brazos en la búsqueda de sus hijos. En el inicio, abrió la actividad María Elena Delgado, madre de Sofía Herrera, la niña de 3 años que desapareció hace 11 años en un camping en Tierra del Fuego y la madre de Bruno Gentiletti, de 9 años, desaparecido en 1997 en Rosario.

 

En Luján, se encontraron con María del Carmen Gallego, la madre de María Cash, la joven mochilera que desapareció en 2011 a los 29 años.