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PASO 2019: votó Entre Ríos y Paraná tuvo uno de los dos más bajos porcentajes de participación

La Secretaría Electoral dio a conocer la estadística provisoria respecto al porcentaje de participación de electores en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. La proporción es más que digna si se tiene en cuenta una participación oscilante en el 79.64 por ciento del padrón oficial sobre un total de 1.080.298 ciudadanos habilitados para sufragar. Paraná, el feudo de mayor cantidad de votantes, tuvo junto a Villaguay y Victoria el más bajo índice.

 

La tendencia, sostenemos, es positiva rozando el 80 % de intervención, destacándose la medición de Federación (87) y Gualeguaychú (86).

Así como las condiciones meteorológicas ayudaron, sobre todo en las zonas rurales, hay mayor consciencia cívica respecto al papel protagónico del elector en la selección de su propio futuro.

 

La lectura primaria podría resumirse en que el ciudadano ha comprendido que votar es un derecho que ejercer y un deber que cumplir de modo responsable. Se trata de algo tan importante como encomendar el buen gobierno del país a legisladores y gobernantes que habrán de organizar y promover el bien común, es decir, unas condiciones políticas, sociales y económicas que hagan posible el desarrollo de la vida de las personas de manera acorde con la dignidad de cada una de ellas.

La paz social es un elemento esencial del bien común. Con nuestro voto, los ciudadanos contribuimos de manera decisiva a la consecución de estos objetivos trascendentales.

 

Mucho se ha hablado en esta jornada acerca que “Votar es un deber”, y muchos opinantes (entre ellos la mayoría de los políticos) omitieron decir que votar es un Derecho. Nos congratulamos de que el ejercicio del mismo se haya consolidado ya, junto con el Estado de Derecho amparado por la Constitución. Ejercemos este Derecho con lucidez y ponderando con sentido crítico las propuestas y las promesas.

Obviamente es comprensible que algunos se sientan inclinados a abstenerse de emitir su voto, cuando comprueban que ningún partido ofrece el programa que ellos desearían.

 

Sin embargo, aunque ninguna de las ofertas políticas sea tampoco plenamente conforme ni siquiera con el ideal racional de un orden social cabalmente justo, pareciera que primó, al menos este domingo el hacer un esfuerzo y optar por el bien posible.

 

La democracia significa que el pueblo es el titular del poder político; es por eso que la palabra democracia refiere al “Gobierno del Pueblo”. Pero debe entenderse bien: en realidad no es posible que el Pueblo gobierne, motivo por el cual la Constitución Nacional, en su artículo 22, explica que el Pueblo no lo hace sino a través de sus representantes, y a este sistema lo llamamos democracia indirecta o representativa.

 

No hay democracia sin sufragio; es por ello que resulta indispensable entender que el voto no sólo sirve para elegir autoridades (en todo caso ésa es su consecuencia visible e inmediata), sino también para sostener la democracia. El día de la elección cada elector está cumpliendo una función pública constitucional; está poniendo su grano de arena para que las instituciones continúen funcionando y para que la democracia siga existiendo. Pues ésta es la utilidad no visible del sufragio, la virtud oculta, aunque la verdaderamente importante.

 

Naturalmente que al elector le importa quién gana la elección, así como también que el candidato al que ha elegido no traicione luego, durante la gestión, el mandato conferido; pero la satisfacción que debe llevarse el votante al sufragar, es la de saber que, con ese simple acto, ha sido protagonista del fortalecimiento de un sistema que, como el democrático, tiene hoy en día un significado mucho más amplio que el de elegir autoridades, ya que constituye un verdadero estilo de gobierno a través de cual las autoridades deben gobernar para el bienestar general, y un estilo de convivencia basado en la existencia de valores tales como el respeto y la solidaridad entre los miembros de la sociedad.

 

Independientemente de los resultados de las elecciones, la democracia se fortalece con ellas, porque justamente el voto la solidifica y enaltece. Los constituyentes han previsto elecciones cada dos años (diputados), cada cuatro (presidente y vice) y cada seis (senadores) para que la voluntad popular vaya actualizándose en forma permanente. Si esto fuera malo para la gobernabilidad, la misma Constitución estaría atentando contra el sistema que consagra, lo cual resulta a todas luces ilógico.

 

Los análisis políticos previos, concomitantes y posteriores a cada elección se vinculan con los gobiernos, que son volátiles, que pasan y se recambian; mientras tanto, no puede discutirse que la democracia es más y mejor después de cada acto electoral, después de cada pronunciamiento popular, y esto es lo que cada ciudadano debe entender para evitar tentaciones institucionalmente nefastas, como las de votar en blanco, efectuar votos que luego puedan ser anulados o no concurrir a las urnas.

 

El dilema de algunos es cómo superar la angustia de no saber por quién votar, por la insatisfacción que provocan los candidatos propuestos, el siguiente razonamiento nos debe servir como guía: así como la democracia es el menos malo de los regímenes políticos existentes, votar por los postulantes que menos nos desagradan es preferible a la anarquía, o a los gobiernos autocráticos, cuyos únicos objetivos y plazos son estipulados por ellos mismos, independientemente de los deseos populares.

 

Este domingo, cada uno de nosotros ha expresado su opinión votando a uno u otro candidato, y quizás muchos se habrán equivocado en la elección, pero todos hemos cumplido con un objetivo común: el dar fortaleza y sentido a la democracia, y esa es la satisfacción que cada votante debe llevarse del cuarto oscuro.

 

Los números de una jornada memorable

 

FEDERACIÓN 87 %

GUALEGUAYCHÚ 86 %

GUALEGUAY 83 %

URUGUAY 83 %

COLON 82 %

TALA 80 %

FELICIANO 80 %

FEDERAL 79 %

SAN SALVADOR 79 %

LA PAZ 78 %

CONCORDIA 78 %

ISLAS DEL IBICUY 78 %

NOGOYÁ 77 %

DIAMANTE 77 %

PARANÁ 76 %

VILLAGUAY 76 %

VICTORIA 75 %