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Parque Urquiza descuidado: la desidia no es solo municipal

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Paraná cuenta con uno de los parques más preciosos del país, sin embargo, la desidia, la dejadez del municipio capitalino, junto al accionar cuestionable de ciudadanos y turistas, provocan preocupación. Podríamos lucir con orgullo sus barrancas, sus escalinatas, su tupida y variada vegetación, sus sendas de paseo, sus áreas laberínticas con descansos antiquísimos que te retrotraen a la época de la Baxada, pero no… el desinterés confluye en un abandono incomprensible.

 

Somos conscientes que el clima no ayuda. La inestabilidad meteorológica impide una continuidad de tareas en el marco de cualquier proyecto de restauración, conservación y/o mantenimiento que se trace.

 

No obstante, hay labores diarias que se pueden acometer sin estar mirando al cielo:

-La limpieza exhaustiva;

-el básico desmalezamiento;

-la instalación de cestos con fácil e higiénica extracción de residuos;

-el riguroso control en cuanto a instalación de estructuras precarias para venta tipo “ferial”, en especial de alimentos;

-la iluminación en funcionamiento sistémico;

-el evitar asentamientos de agua;

-la inflexible inspección de baños públicos donde debería haber personal permanente de la Comuna;

-la supervisación integral del Borde Costero;

-y la férrea vigilancia de un grupo de guardaparques que controle, asesore, guíe y trabaje mancomunadamente con la Policía de Entre Ríos deberían ser consignas o prioridades elementales que trasciendan los fenómenos climáticos.

 

La Municipalidad de Paraná debe hacerse cargo de la responsabilidad que le compete con una acérrima autocrítica.

Sin embargo, más allá de aisladas intenciones, a esta gestión le falta precisamente, al mejor estilo Cambiemos – Macri, una honda introspección acerca de errores, negligencias, omisiones.

 

Amén del intendente Sergio Varisco, hoy afectado de una coyuntura coronaria preocupante y de la cual escasísimas precisiones se otorgaron científicamente, la Comuna posee funcionarios probos, íntegros, incuestionables, que deberían haber tomado nota hace ya tres años de lo que podría hacerse en el Parque Urquiza, amén de los ya consabidos deslizamientos, derrumbes, de las remodelaciones del Anfiteatro “Héctor Santángelo” u otras intervenciones tendientes al embellecimiento de este Monumento Histórico diseñado por el renombrado arquitecto francés Carlos Thays​ y la forestación a cargo del jardinero Julio Kumagae, por orden del intendente Francisco Bertozzi.

 

No era tan complejo hacerse cargo oportunamente. No había que esperar al 2019, año electoral, para proceder en consecuencia.

La imagen del Parque Urquiza junto al majestuoso Río Paraná, debe ser la carta de presentación fundamental de esta bellísima ciudad a la cual solo le hace falta una intervención drástica del municipio en conjunto con la Provincia.

 

Eso sí… la ciudadanía toda debería también tomar la responsabilidad, el compromiso, el deber de preservarla, resguardarla con códigos cardinales como el simple evitar afearla con basura de toda índole.

Hagamos el mea culpa… Somos de portarnos muy bien afuera y acá creemos que tiene que venir alguien atrás recogiendo nuestros desperdicios. Ya es tiempo que maduremos, reflexionemos, y un gesto en positivo es DENUNCIAR lo que está mal, NO COMO CRÍTICA destructiva, sino tendiendo a una reacción positiva.

 

Escribir en Redes Sociales, publicar fotos en Face, Twitter, Instagram NO ESTÁ MAL. Para nada… Idem, es positivo, colaborar con medios periodísticos para propagar, para divulgar lo que debe cambiarse; sin embargo, mejor aún es que cada uno de nosotros demos el ejemplo.

Podemos cooperar tan solo contribuyendo a mantenerlo limpio. Ya con esa actitud en singular de cada uno de los paranaenses podemos mejorar el semblante de la Capital entrerriana. Lo demás, es competencia de las autoridades.