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Paro de colectiveros: hubo remiseras que evidenciaron sus precarias estructuras

Se cumplen dos semanas sin colectivos urbanos en Paraná y los usuarios de este transporte de pasajeros tuvieron la opción, mientras el trayecto habitual lo permitía, de tomar el tren que une Paraná con Colonia Avellaneda y otras estaciones de los suburbios de esta Capital. En tanto que remises y taxis fueron la otra alternativa. Mientras que los taxistas no tuvieron inconvenientes por las estructuras que poseen las Cooperativas, hubo remiseras que colapsaron.

 

“No puedo negarlo. En determinadas horas estamos trabajando al límite de nuestras posibilidades respecto a la flota con que contamos”, admitió una operadora de una empresa de remises.

“A la clientela habitual se le sumaron nuevos usuarios que diariamente utilizaban el servicio de colectivos y así no damos abasto”, agregó.

 

“Hay horarios en los cuales estamos desbordados. Antes del paro de colectivos veníamos con la preocupación sobre el dólar, la inflación, la devaluación y la tarifa que debería aumentar, para poder equilibrar ingresos y egresos, logrando mantener las unidades”, reconoció un encargado de otra remisera.

“El sistema que tenemos nos permite ver dónde está cada uno de los autos, así que todo lo tenemos bajo control y lo que ocurre es que la cantidad de móviles en la flota nos quedó chica para este conflicto. Paraná no da para más, son varias las remiserías, la competencia es grande y para colmo nos quieren retirar las obleas identificatorias a pedido de los taxistas. Es una locura. Todos queremos trabajar en paz”, consignó.

 

“El paro de colectiveros cambió toda la rutina, especialmente en horas pico. Somos una empresa de muchos años, que trabaja con una clientela fija, y ahora se sumaron nuevos clientes que en determinadas horas producen que el sistema telefónico colapse. No me quejo. Es trabajo. Bienvenido sea. Lástima que otros trabajadores sufran lo que están sufriendo. Me parece que deberíamos sentarnos todos los que estamos involucrados en el transporte de pasajeros y debatir largamente”, propuso otro empresario de remisería.

 

“No tenemos otra que desconectar el teléfono. Pero así perjudicamos a los clientes diarios. La app por celular también está desbordada. Estamos incumpliendo con la clientela de siempre. El paro de colectiveros dejó al desnudo lo mal que está el transporte de Paraná. Tenemos que juntarnos, sincerarnos y ver cómo podemos mejorar la atención a los usuarios”, confesó una avezada remisera.

“Estamos con demoras excesivas. Esto nos pasa a lo sumo cuando llueve y nadie quiere salir en su auto, o en la época de recepciones, o de fiestas navideñas y de fin de año. No tenemos tantos autos para satisfacer tanta demanda. Es una locura. Ya ni siquiera podemos responder por whatsapp. Trabajamos más. Y bienvenido sea, pero creo que nos complicó la vida con los clientes habituales”, meditó un telefonista.

 

“Hasta el paro había horas pico. El arranque del día con la Administración Pública, los horarios escolares, el mediodía, la tardecita, son digamos picos, pero ahora no sabemos ya qué hacer en determinados momentos. Y la estructura con que contamos no da para más. Estamos limitados”, reveló un joven remisero.

 

“Paraná tiene muchas remiseras, las cooperativas de taxi y los taxis que trabajan por fuera de estas. Y aún con el tren las remiserías no lograron contener el aluvión de viajes que hubo. Algunos dirán que lloramos y que después vamos a extrañar tanto trabajo, pero lo que no se piensa es cómo cambiamos la rutina de los pasajeros habituales a los que no pudimos atender como siempre, y cómo quedarán los autos con tanto esfuerzo. Vamos a tener que salir a comprar gomas y repuestos o hacer services mucho más caros que lo que cobramos. De esto nadie habla. El dólar nos mata con esta inflación o la devaluación del peso”, consideró un empresario de remises.