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Otro Monumento para Mariano Werner

Mariano Werner le encontró la vuelta al Súper TC 2000. A la histórica victoria que logró en el callejero Buenos Aires, ahora le sumó un gran triunfo en Rosario. Toyota sigue demostrando todo su poderío en la categoría más tecnológica, donde nadie parece ser capaz de frenar al huracán rojo que logró su cuarta victoria en fila. El entrerriano avisa “tengo un auto increíble”.

 

“Tengo un auto increíble, hice lo que quise. El equipo tuvo un gran rendimiento y me debía una victoria cerca de mi casa. Este triunfo fue increíble”, expresó un eufórico Werner tras la ceremonia de premiación.

Werner no vaciló en resaltar el trabajo mancomunado de todo el team Toyota Argentina: “desde los directivos, ingenieros y mecánicos, todos hicieron posible ésta victoria”

 

Con un resfrío que lo acompañó durante todo el fin de semana, Mariano Werner llegó casi empapado a la sala de prensa para la conferencia post carrera. Un poco por la lluvia caída y otro tanto por el champagne desparramado después de tanto festejo.

“Si bien fue una carrera difícil por las condiciones climáticas, debo decir que ya me resultaba aburrida; no veía la hora de terminarla porque si me aburría yo, pensaba en el público que seguramente le pasaba lo mismo” confesó con su habitual humildad y franqueza Marianito.

 

“Cuando fui a la grilla y vi que Mariano (Altuna) tenía puestas gomas lisas me preocupé y me dije: estaré equivocado yo o él y evidentemente nosotros estábamos en lo correcto”, subrayó para añadir “La verdad es que tenía un auto como para ponerlo en un cuadrito”.

 

El ahora líder del campeonato, sustentó el argumento inherente a que: “Cuando largué no se me pasaba por la cabeza estar en este lugar porque faltaban 43 vueltas y Altuna largaba con gomas lisas y eso me traía incertidumbre, no sabía si iba a seguir lloviendo o se secaba todo. La verdad es que cuando lo pasé a Altuna en la curva 1 pude hacer la diferencia que quise. Eso me daba la seguridad de que contaba con un gran auto. El Toyota traccionaba muy bien, iba muy bien en lo veloz y después tenía el tema de los rezagados. Sabía que al ser una vuelta corta los iba a encontrar enseguida, pero los pude pasar porque me dieron lugar. De ahí en más esperaba un Auto de Seguridad, el cual apareció sobre el final y por lo tanto fui tranquilo hasta la bandera a cuadros”.

 

Como en Capital Federal fue amo y señor de Rosario, muy por encima de sus perseguidores. El corto y velocísimo autódromo fue testigo de su aplastante superioridad. No le tuvo miedo a la lluvia y celebró desaforado en el podio. También festejaron los fierreros rosarinos, que vieron con orgullo cómo se recuperó el lugar que se había perdido.

Werner dio cátedra teniendo por testigos a la intendenta Mónica Fein, al gobernador Antonio Bonfatti, y el ex gobernador Hermes Binner, que al entregar en el podio uno de los trofeos, una réplica del Monumento a la Bandera, fue bañado en champagne.

 

Werner, quien el próximo 5 de mayo asistirá -en calidad de “Padrino”- a la inauguración de la nueva sede de la Fundación de Ayuda Oncológica de Viale, admitió finalmente que “conseguí otro objetivo que era el de colocarme en la punta del campeonato, pero sé que ahora viene lo más difícil que es mantenerse en ese plano”