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Otra fuerte caída de la actividad y las fábricas ya operan a la mitad de su capacidad

La fuerte recesión que atraviesa la economía argentina se está reflejando en una paralización de la producción industrial pocas veces vista. Tal como lo adelantaba la inédita caída del 14,7% de diciembre, el uso de la capacidad instalada industrial tuvo el mayor desplome de toda la gestión Cambiemos -récord que se va superando mes a mes- y bajó por octavo mes consecutivo.

 

En rigor, dado que la serie histórica publicada por el Indec comienza en enero del 2016, muchos en la Unión Industrial Argentina (UIA) sostienen que en realidad se trata del peor resultado desde la crisis del 2001-2002.

 

De acuerdo a los últimos datos publicados por el Indec, el último mes del 2018 presentó un retroceso interanual de 7,4 puntos porcentuales en este indicador (u 11,5%) que alcanzó el 56,6% y demuestra un histórico nivel de ociosidad que prácticamente llega a la mitad del potencial productivo fabril.

 

Es que la totalidad de los doce bloques relevados presentaron caídas, que en algunos casos llegaron a niveles alarmantes de 23,4 puntos porcentuales como en el sector textil que se encuentra trabajando a menos de un tercio de su capacidad (32,3%).

 

El segundo retroceso más destacado se dio en los productos minerales no metálicos (-15,2 p.p.) a raíz del desplome de la construcción del 20,5% registrado en diciembre que destruyó los niveles de producción de vidrio, cemento, artículos sanitarios de cerámica, ladrillos huecos, mosaicos y placas de yeso, entre otros.

 

Le siguieron los productos de caucho y plástico (-14,3 p.p.), la industria metalmecánica excluida la automotriz (-12,8 p.p), la industria automotriz propiamente dicha (-12,7 p.p.), edición e impresión (-8,9 p.p), refinación de petróleo (-8,9 p.p.) y productos del tabaco (-5,8 p.p.).

 

En cuanto al uso de la capacidad instalada, el menor porcentaje se dio en el sector automotriz con tan solo un cuarto de su potencial de producción utilizado (25,6%) a partir de la inédita crisis que desplomó los patentamientos en más de un 50%.

 

Por el contrario, la menor ociosidad se vio en la refinación de petróleo y las industrias metálicas básicas, que operaron sus fábricas al 77,4% y 69,4%, respectivamente.