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Ojalá fuera solo un hasta pronto querido Bruno Lábaque

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Uno de los más talentosos bases que dio el básquet cordobés a la Argentina, se despide formalmente esta noche en el Polideportivo “Carlos Cerutti” de su condición profesional: Bruno Lábaque, que se formara en la Asociación Deportiva Atenas, y debutara en la LNB el 13 de noviembre de 1994, confirma el retiro y pasa oficialmente a ocupar el cargo de general manager.

 

Se va con cinco coronas defendiendo la divisa del Barrio General Bustos, pero a la vez con el honor de haber sido parte de la selección nacional CABB en competencias de nivel Sudamericano, Panamericano y Mundial.

Fueron 19 temporadas de entrega incondicional a la casaca “Verde”, con 843 partidos (3º en la historia tras Osella y Milanesio), y 7977 puntos anotados (también 3º luego de Osella y Milanesio).

 

Tenía 10 años cuando vio a “su” Atenas amado campeón de la Liga Nacional. Y se encandiló con el brillo de Marcelo Milanesio, como su mente y corazón se embriagaron de percepciones emotivas.

Seguramente, ahí echó a volar por primera vez sus sueños más firmes de poder ser parte futura de ese éxito “Griego”.

 

Crecer espejándose en Marcelo, en Mario, en el “Pichi” Campana, en Germán Filloy, en Donald Chester Jones, en Mario Laverdino, o en el inolvidable Carlos “Palo” Cerutti bajo las órdenes de Walter Garrone, significó un acicate extra.

 

Enseguida (’88) vino otra copa más con idénticos gladiadores, sumándose nuestro conocido Walter Guiñazú.

Dos años después, se anexó a tanta carga explosiva de jerarquía Diego Ossela, Kennard Winchester, Thomas Jordan, nuestros Luis “Chuzo” González y Horacio “Tano” Borghese, Marcos Nóbile, un entrerriano adoptivo como Gustavo Roque Fernández, Horacio Acastello y Germán Baralle.

 

En el ’92, con Bruno teniendo 15 años, irrumpieron también en escena Luis Emilio “Mili” Villar y Matías Tomatis, como conquistaron La Docta Robert Siler y Wallace Bryant, otros foráneos inmortales para el hincha de Atenas.

Ya el título tuvo inscripto como DT al Gran Rubén Magnano.

 

El “Sueño Cumplido” para Brunito se daría en la ‘97/’98. Con 20 años se consagraría campeón de la Liga nada menos que junto a Marcelo, el “Pichi”, Diego, Fabricio Oberto, el “Gringo” Pelussi, nuestro “Torito” Palladino (tan solo con 21 años) y la promoción de otros jóvenes como Gabriel Riofrío, Patricio Prato e Ignacio Ochoa, destacándose la mano de Steve Edwards.

Otro título más se obtendría en la ‘98/’99. Aún con Marcelo y “Pichi” de líderes, secundados por Ossela, Leo Gutiérrez, el uruguayense Leandro Palladino, el ya citado Edwards, el chileno Patricio Briones, y nuevos pibes como Gustavo Mascaró y Marcos Casini, quien como Diego pasarían años luego por Sionista de Paraná.

 

Habría tres vueltas más ya en el Siglo XXI… La primera sin Oscar Campana sería en la 2001/2002. Pero Marcelo Milanesio mantendría su rol de cacique, ahora bajo orientación táctica del Prof. Horacio Juan Seguí.

Bruno siguió compartiendo equipo con el “Gringo” Pelussi y Leo Gutiérrez, pero se sumarían varios nuevos nombres para agendar: Walter Herrmann, Stan Eastereling, Joe Bunn, J.J. Eubanks, Emiliano Martina, Oscar Funes, Pablo Moya, Rodrigo Álvarez, Martín Melo, entre otros.

 

Rápidamente, nuevo coach (Oscar “Huevo” Sánchez) y la monarquía se sostendría sin Marcelo pero otra vez con “Pichi”. Copa en la 2002/2003, acompañando ahora a Bruno su hermano Guillermo, manteniéndose Pelussi, Funes, Moya, Emiliano Maldonado como sumándose Diego LoGrippo, Ezequiel Dentis, Diego Brezzo, Matías Lescano, Bruno Ingratta, Alejandro Reinick, Juan Pablo Figueroa, Leonel Schattmann y poniéndose la “Verde” dos extranjeros tremendos como Byron Wilson y Quincy Alexander.

 

El último brindis fue en la 2008/2009. Previamente, había probado suerte en el Basket Rimini Crabs de la Lega Due italiana, en el CB Tenerife de la ACB española, en River Plate y en el Nuova Sebastiani Rieti, también de la División “2” del baloncesto “Tano”.

Su última vuelta olímpica gritando bien fuerte “soy cordobés” fue dirigido por Rubén Magnano, junto a Leo Gutiérrez, Diego Osella, Juan Pablo Figueroa, un extranjero de notable mano como André Laws, un interno inoxidable como Djibril Kanté, anexándose “nuestro” Felipe Pais, Bruno Barovero, Juan Manuel Locatelli y Federico Ferrini (dos de recordados pasos por Sionista), Cristian Romero, Pablo Orlietti y Esteban Cantarutti, entre otros.

 

En tanto que, su última excursión fuera de tierras mediterráneas resultó la aventura en Obras Sanitarias.

Hoy, miles de cordobeses colmarán el estadio de Pinzón al 1050 de La Docta, para ofrendarle el cariño que merece este extraordinario deportista y genial tipo.

 

Vamos a extrañar su pícara sonrisa manejando a su gran amiga, la pelota, como su sagaz mirada al leer una ofensiva contraria.

Ya nos da nostalgia ver Liga sin Bruno. Mañana va a ser más profunda la melancolía. El consuelo: saber que estará en cada cancha, a lo largo y ancho del país, y un día de éstos, cuando Paraná vuelva a ser plaza de Primera, tendremos el inmenso placer y orgullo de abrazarlo fuerte.

 

Para él, hoy la adrenalina será diferente, la emoción le atenazará la garganta, los ojos se le nublarán por tanta vibra de la buena junta, aunque, seguramente, otras lágrimas surcarán el bello rostro de Bruno, cuando rememore lo ocurrido en mayo del ’90, enero de 2001, y noviembre de 2012, con las desapariciones de Carlos Cerutti, Gabriel Riofrío y Antonio “Tono” Brkljacic.

 

Desde la Capital entrerriana le enviamos todo nuestro cariño y le recordamos que las puertas de estos humildes pagos siempre están abiertas. Por siempre, para siempre…