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“Nito” Michel y otra merecida distinción

Se formó en el Paraná Rowing Club, cuna de enormes basquetbolistas, creció y se proyectó desde Echagüe, integró varias selecciones nacionales gozando la gloria de ser Olímpico; fue uno de los pioneros en incorporarse al baloncesto estadounidense y en todos los clubes de Liga donde jugó dejó una regia imagen, como profesional y de modo especial por su don de gente. Ernesto Federico Michel recibió otra distinción por su brillante carrera. La APB, en conjunto con su par santafesina y la dirigencia anfitriona, lo homenajearon en el estadio “Albiceleste”.

 

En la previa del partido entre Rowing y Alma Juniors por el Torneo Interasociativo Dos Orillas, “Nito”Michel fue reconocido por las asociaciones de básquet de Paraná y Santa Fe, como así también por la subcomisión de básquet del Paraná Rowing Club.

 

Michel fue uno de los máximos representantes del deporte entrerriano en terreno internacional. Sus proyecciones con la casaca de la CABB y sus vivencias en el baloncesto español  (Caja de Ronda y Deportes Cimans) resultaron experiencias de alto relieve.

Pero seguir los pasos en la National College Athletic Association de Oscar Alberto Furlong (Southern Methodist, 1953/56), Edgardo Gabriel Parizzia (Nevada, Reno 1986/89), y Hernán Abel Montenegro (Lousiana State, 1988), como preceder a Juan Ignacio “Pepe” Sánchez (Temple, 1996/2000), constituye para “Nito” un logro sobresaliente.

 

Nada menos que su arribo a la Universidad de Missouri Kansas, implicó convertirse en el 4° “player” argentino en llegar a la NCAA, que poco envidia al majestuoso show de la NBA.

Talla, talento, virtuosismo con la pelota e inteligencia sublime sin la bola para ocupar espacios y ángulos apropiados, caracterizaron el juego de Michel.

 

Ya lo han distinguido como conferencista en distintas charlas, homenajes en organismos públicos (poco difundidos de modo justo…), y hoy la APB y la ASFB, mancomunadamente con su entidad “progenitora”, lo premian no solo con una plaqueta sino que a su vez una de las zonas del actual certamen Interasociativo lleva su nombre.

Una gratísima cortesía, deferencia, que otorga mayor honor a su carrera en la cual también lució las casacas de varios equipos argentinos como Atenas, Peñarol, Gimnasia, Olimpia, Estudiantes, Quilmes, y Libertad.

 

Hoy, ”Nito” sigue desparramando calidad jugando en la “Premini B”, Equipo Seniors del PRC que hace pocos días la rompió en Uruguay, conquistando un título internacional junto a otros grandes e inolvidables valores como Alejandro Dilenque, Salvador Bahler, Fernando Ballesteros, Esteban Zuttión y Gustavo Roque Fernández, entre otros.

Pero asimismo, jerarquiza un equipo periodístico televisivo que cubre loablemente el devenir del básquet en sus distintos niveles, aportando ricos matices a la labor especializada de otro ex Liga Nacional como Guillermo López, y el relato particular de Maxi Busti.

 

Felicitaciones “Nito”!!! Te lo merecés, por tu destreza, por tu responsabilidad, pero sobre todo por los valores inclaudicables que exhibiste a lo largo y ancho del mundo, dentro y fuera de la cancha.

Una pena no haberte acompañado. Lamentablemente, la APB se olvidó que junto a tu desarrollo profesional hubo varios periodistas que te acompañaron y compartieron tus emociones. Eso nos queda como satisfacción primordial.

 

Y vale la pena acotarlo… Bien por la APB y su reconocimiento a Ernesto Michel. Bien por la ASFB. Bien por el querido PRC. Excelente! Ahora… ¿y si algún día se organiza una digna despedida a todos los grandes basquetbolistas paranaenses que dejaron su huella en el campo nacional e internacional?

La cortesía, la honra para con “Nito” es encomiable. Hubiese sido más fecundo si la difusión, la divulgación, el anuncio, las participaciones y/o hasta invitaciones llegaban a todos los estamentos del deporte capitalino.

 

Michel y tantos más, jugadores y por qué no, entrenadores, árbitros, comunicadores, se merecen una enorme ovación y no solo un pequeño acto. Será cuestión de organizarlo, una pena que por fuera de la entidad Madre de nuestro básquet, cuando tranquilamente pudo (y puede…) ser por dentro.