Nefasto legado del PAMI: 16 mil sillas de ruedas abandonadas, corrupción y caos
El panorama del PAMI es desolador: 16 mil sillas de ruedas amontonadas y oxidadas en galpones, millones de pesos que se le pagaban a clínicas “fantasma” por internaciones inexistentes y un completo desorden de papeles y cajas tiradas con documentos de costosas auditorías. Apenas algunas de las postales del complicadísimo estado en el que Carlos Regazzoni recibió el PAMI de parte de su antecesor, el polémico Luciano Di Césare.
A través de su cuenta de Twitter Regazzoni dijo que “durante 10 años se montó una estructura de robo sistemático” en el PAMI y que el organismo “no fue una isla durante la Argentina de Lázaro Báez”. “Encontramos un PAMI al borde del colapso”, remarcó el funcionario.
El médico reveló que descubrieron dos clínicas fantasma que supuestamente le prestaban servicios a la obra social de jubilados y pensionados. “Le facturaban al PAMI $25 millones por internaciones que no hacían”, dijo el funcionario.
“No sólo no se controlaba, se usaba el control para robar. Así estaban auditorías millonarias que habían contratado”, contó Regazzoni en Twitter, con una imagen del caos que había en el organismo. La foto habla por sí sola: cajas con documentos apiladas, otras tiradas en el piso y papeles por todos lados.
El exdirector del PAMI está procesado en una causa por compra de Letras del Tesoro con dinero del organismo. Para el juez federal Claudio Bonadio -a cargo de la investigación- el exfuncionario “impidió” que la entidad “contara con fondos que debía aplicar a sus fines propios”, con la compra de Letras del Tesoro entre 2008 y 2012 por parte del organismo.
Di Césare acumula otras denuncias penales en la justicia federal: una, porque supuestamente habría liquidado dos millones de pesos a su favor por vacaciones no gozadas, antes de abandonar el cargo en diciembre pasado. La otra, por la presunta expedición masiva de recetas de medicamentos para afiliados del PAMI que ya habían muerto.