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Lisandro Ruiz Moreno: “Perder, jamás me dio lo mismo”

ESPECIAL (por Lisandro Ruiz Moreno).- El silencio es prudente y necesario pero también tiene su límite. Una vez comunicada la decisión del entrenador y la dirigencia, la acepté. Esto es deporte profesional y dentro de todas las cosas hermosas que tiene también existen este tipo de situaciones. Nadie está exento. Sin embargo, hoy leo en diferentes medios una nota en la que se hacen extensivos los motivos de mi desvinculación,  argumentando cuestiones que nada tienen que ver con la “táctica” a la que se hizo referencia como motivo de mi desvinculación. Por esto, mi respuesta va dirigida al hincha de Echague y a la ciudad de Paraná que tanto me han brindado desde que juego este deporte;  y son realmente las únicas personas que me interesan sepan mi opinión.

 

No tengo ánimos ni intenciones de hacer un desglose de los puntos expresados en dicha nota y retrucar cada uno de ellos, pues sería un juego de nunca acabar y al mismo tiempo, una falta de respeto a este juego que tanto amo. Como siempre digo: “al básquet no le interesa lo que tengas para decir sino para hacer”. Igualmente, quisiera dejar en claro dos puntos que considero importantes.

Primero, mi “cara de descontento” es una consecuencia de sentir de forma genuina que uno puede dar más en una oportunidad única como era la de jugar con Echague la Liga Nacional. Tal vez esto tuvo como consecuencia que algunas veces hubiera deseado un poco más o no estuviera conforme con ciertas situaciones.

Perder, jamás me dio lo mismo. Habré pecado de ambicioso tal vez, pero prefiero ser así en la vida. A la hora de entrar a la cancha nunca me guardé nada ni jugué con disconformidad porque jamás lo hice o podría hacerlo. Repito, el juego merece mi mayor de los respetos y también la gente que paga su entrada y alienta desde el primer día en que jugué un partido profesional con la camiseta de Echague.

Segundo, siempre tomé en consideración las palabras del entrenador, tanto las que tuvo conmigo como con mi agente. Entrenaba antes, después y  atento a no tener una actitud que se mal interpretara. La mañana siguiente a los partidos  en los que ingresaba pocos minutos, me entrenaba para poder jugar los minutos  que yo sentía,  podía. No fue suficiente y lo acepto, pero jamás fui irrespetuoso, pasivo, o  indiferente a lo que se me indicó o pidió.

Le deseo el mayor de los éxitos al equipo en lo que resta del torneo porque  en verdad así lo siento. Son colegas de esta profesión y espero puedan demostrar y plasmar todo lo que tienen para dar.

Por último, agradezco enormemente el respeto mostrado por los medios locales ante mi insistencia en el silencio como así también la cantidad de mensajes de apoyo que me han enviado. El amor y el sentimiento por el club están por encima de cualquier persona u ocasional situación, por lo que interiormente siento que algún día nos volveremos a ver.

Abrazo grande.-

Foto: Facebook L.R.M.-