Liga Argentina de Basquetbol: Echagüe y un estreno irregular pero feliz
Sin Mateo Gaynor y sin cubrir esa plaza temerariamente, Echagüe debutó en Ceres con una victoria. El team de Oscar Bonell derrotó a Central Olímpico por 77 a 84 con un papel preponderante de Agustín Carnovale (25 pts., 2 triples, 9/9 en Libres, 6 rebotes y 5 asistencias). La otra pieza clave fue Alejandro Zilli con 15 puntos y 5 asistencias. En el local no jugó su máxima figura: Rodrigo Haag.
Lo dijimos en nuestra predicción… Aun sin Gaynor, Echagüe es mucho más que Central Olímpico, pero si el equipo de Enrique Lancellotti sufrió a su vez la baja de su guardia estrella, Rodrigo Haag, por una molestia muscular, está claro que la inferioridad palpable era elocuente.
No obstante, los de Ceres fueron hueso duro de roer y se armó un partido en el cual el que menos se equivocaba ganaba.
Alcanza con analizar la planilla estadística para consolidar una opinión: Echagüe fue más que Olímpico en casi todos los rubros, aunque de modo ajustado, por lo cual erramos el pronóstico pensando en que la supremacía podía ser mayor, y sin contabilizar que Haag no estaría.
Ahora bien… ¿Erramos nosotros o los de Paraná tuvieron pasajes para estudiar y no repetir? ¿Fallamos nosotros o los de Bonell concedieron beneficios a su oponente de manera remarcada en el Capítulo Dos?
Vayamos por partes, dijo Jack… El primer chico fue de examinación. Los dos comprendieron que el negocio era Bola de Dos o ir a la Línea, antes que seguir abollando el aro con Tiros de Tres ineficaces. No hubo un juego de pases elogiable, más bien, todo se trató de esfuerzos aislados, a lo sumo creándose situaciones mediante cortinas y que resuelva el más audaz.
Alejandro Madera y Tomás Rossi anunciaron que serían las piezas determinantes de Lancellotti; mientras que la visita repartió de modo más equitativo su producción, aunque con Alan Moreno, Agustín Carnovale y Bruno Oprandi como los más incisivos.
El 15-18 compendia un período discreto, mediocre, y para los entrerrianos con un índice llamativo: 0/5 de Triples.
En el segundo, los anfitriones sumaron a la dupla precitada, el oficio de su extranjero José Martínez y la creatividad de Adriano Maretto desde la base. Asimismo, Central le dio mayor agresividad a su defensa.
Así como se le negaba al base Ignacio Fernández espacios y ángulos para que resuelva, Echagüe bloqueó a Germán González. Lo actitudinal se compensaba con una interesante aplicación táctica-defensiva en ciertos aspectos.
Sin embargo, se escapó por 10 el local, denotándose una notable intensidad defensiva que dio sus frutos bajándole el gol y forzando numerosas pérdidas a todos los hombres de Bonell, quien halló (como exclusiva variable…), solo un chispazo de Gerónimo Rosso desde el banco.
La partida a los vestuarios con un 38-31 hacía suponer que vendría la recriminación fuerte del entrenador de nuestra ciudad.
Central Olímpico defendió mejor y eligió cómo dañar. Echagüe volvió a la idéntica imagen de los amistosos de pretemporada y no encontró un referente que varíe el destino.
Ya en el 3° irrumpió en escena la calidad y sobre todo el oficio de Carnovale, Oprandi y Zilli, como Fernández descubrió la brecha y Gonzalo Romero llegó desde el banco trayendo un ingrediente distinto.
Echagüe a la vez ajustó sus mecanismos defensivos, evidenció mayor fortaleza en los rebotes y controló más adecuadamente a Rossi, Martínez y Maretto, dependiendo el dueño de casa de lo que pudiese producir Madera en casi plena soledad, salvo un triple de González (sus primeros puntos del partido).
El 20-24 escribía una historia más parecida a lo del comienzo aunque con mayor cuota de encestes.
Se llegó a los 10 finales con una particularidad: los dos técnicos recurrieron poco al banco, en especial el de Central Olímpico. Y eso que hablamos de un primer partido de temporada, donde aún el laboratorio debería funcionar a pleno…
Y ahí tal vez estuvo la clave. Cuerpos cansados, mentes obnubiladas, iba a ganar el que menos errores cometiera. Central no se pasó bien la pelota, recurrió en demasía al Tiro de Tres y en defensa apeló a cortes que comprometieron los casilleros propios, llevando al adversario a un sector donde tuvo un 80 % de aciertos, con dos hombres decisivos: Carnovale (6/6) y Fernández (4/6) en los últimos dos minutos.
El juego estaba para cualquiera, pero pesó la jerarquía de Carnovale y otra participación estelar en los momentos decisorios: Ale Zilli. La apuesta de Bonell fue buena con los años, la trayectoria.
Ganó Echagüe tan solo por equivocarse menos en la clausura y por tener dos cracks como Carnovale y Zilli que si tienen aguante en lo físico, en lo atlético, pintan para ser fundamentales.
Lancellotti, con un plantel corto, sufrió muchísimo la ausencia de Haag pero prefirió no ver en acción a sus juveniles.
Bonell tampoco confió en su banca. A lo sumo le otorgó 11 minutos a Romero y 5 a Rosso. Dirán por allí “el partido estaba para ganarlo así…”; nosotros tenemos otra mirada, pensando a futuro y por lo visto, con Echagüe, no nos hemos equivocado.
Que Zalio haya jugado tan solo un minuto y Zilli 38, es un básico, cardinal riesgo, pensando en lo que viene. Dirán por allí: “El Viejito se la banca…”, ¡genial! El tema es si después vienen las molestias musculares y otras yerbas que restan.
O el caso de Carlitos Parker… ¿Y si era un revulsivo? Reiteramos… Primer match, de visitante, con una ficha menos y ante un equipo sin su máximo estandarte. ¿Qué se perdía probando algo más?
“La meta era ganar, y empezar con un triunfo pesa en la motivación”. De acuerdísimo… La apuesta estuvo bien. Esperemos que las reservas físicas no fallen. Sobran anécdotas.
Peor aún… si no se activan los resortes YA para reemplazar a Mateo Gaynor, las ventajas se irán marcando con el correr de los cotejos. Probado está. Aunque si la idea es tan solo seguir participando, seguro que se reeditarán viejos horrores. Una pena que Bonell termine -quizás- siendo cómplice con todas sus ilusiones de cumplir una campaña como la que hace mucho no se cristaliza.
Foto: Prensa LNB.-