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Lecheros amenazan con un paro nacional por conflicto en SanCor

Los delegados de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) analizan convocar a una huelga general en todo el país por la “crítica situación económica y financiera por la cual atraviesa la empresa SanCor”.

 

En conferencia de prensa, el secretario general del gremio Héctor Ponce afirmó que el sindicato está “dispuesto a reducir hasta un 70 por ciento el aporte patronal que brindan las empresas para la obra social”.

 

Además, aseguró que el Centro de la Industria Lechera (CIL), que representa a las empresas, “también debería dar respuesta”, mientras criticó que “está viendo cómo sacar ventajas de la situación de SanCor”.

 

El conflicto de la empresa láctea también se hace sentir en las góndolas de los supermercados. El faltante de productos de SanCor ya comenzó a producirse y refleja la crisis que atraviesa la histórica cooperativa láctea que cumplirá 79 años este año.

 

Mantecas, cremas, yogures, queso untable Mendicrim y otros engrosan la lista de clásicos que la cooperativa láctea entrega en cuentagotas, mientras otros directamente no se distribuyen y hay líneas que directamente discontinuó.

 

En este complicado escenario, a la leche en sachet no la entregan por falta de materia prima, una constante con la huida de los tambos abastecedores ante la falta de pago de SanCor.

 

Así han tenido que recurrir al abastecimiento de leche para procesar, por parte de otras empresas que se la venden, como es el caso de Baggio. La cooperativa con sede en Sunchales, Santa Fe, además, sacó de circulación algunos quesos, como el port salut y el cremoso y el resto se entrega de forma discontinua.

 

Por su parte, los yogures y postres, que en realidad ahora son de la aceitera Vicentín, que compró esa línea de negocios, son distribuidos por SanCor y tienen complicaciones logísticas, por lo cual no siempre están disponibles todos los productos.

 

La situación de SanCor es crítica, con cuatro plantas cerradas y una ayuda oficial de $ 450 millones que no termina de concretarse y que está supeditada a que el gremio Atilra resigne el “aporte solidario” que recibe de las empresas y que alcanza a $ 3.300 por trabajador y que el gremio está dispuesto a disminuir hasta un 70 por ciento, aunque la suma va destinada a la Obra Social.