Las obras no deben generar tantas incomodidades
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Días atrás hablamos sobre una obra que se desarrolla en calle Feliciano, entre San Martín y Monte Caseros. Nos referimos a las incomodidades que genera a los vecinos de casas lindantes. Hoy, nos referiremos a otra edificación que provoca trastornos, como tantas en una ciudad donde ya es un DESCONTROL el estado de numerosas construcciones.
Uno camina por calle San Martín, entre Villaguay y Carbó, y se encuentra a diario con distintos obstáculos sobre la acera izquierda (sentido Norte-Sur) de la primera arteria citada.
Desde camiones descargando productos, montaña de arena, o muy usualmente, volquetes para llenarlos con escombros diversos.
Todo sin la más mínima demarcación o resguardo para evitar dificultades a los transeúntes. El personal a cargo evidencia cotidianamente un trato respetuoso, pero las normas evidentemente se incumplen.
Ahora bien… ¿Tienen la culpa los obreros o los responsables de la misma? Pero, por otra parte, ¿la Municipalidad no tiene personal a cargo de algún área que fiscalice ello?
Ya lo señalamos oportunamente con la Columna Editorial inherente a los ruidos insoportables y suciedad que viene ocasionando diferentes trastornos a las familias de viviendas lindantes a la obra de calle Feliciano. Pareciera que la Comuna no posee inspectores de la Secretaría de Planificación, Infraestructura y Servicios, o de Medio Ambiente.
Como si las edificaciones en Paraná gozaran de una anarquía tan incoherente como peligrosa. ¿Qué pasará si un día de éstos, un peatón va por una vereda y tiene que bajar del cordón por éste tipo de invasiones al espacio público, y es atropellado por una moto, auto, camioneta, camión o colectivo?
¿No llegó la hora que desde la Comuna se acepten negligencias, carencias, omisiones, y se pongan a laburar en vez de hablar tanto o de formular tantos anuncios ostentosos?
No pedimos que SE PENE A NADIE. Solo que se CONTROLE adecuadamente y que cada obra cumplimente todas las reglas de prevención y seguridad, para obreros y vecinos. Sí desde el Municipio se obrase con mesura, con responsabilidad, tendríamos una ciudad mucho más ordenada. El caos comienza desde las mismas reparticiones, en especial desde las Secretarías, y lo peor es que hay un Concejo Deliberante en el cual a muy pocos se les caen, de vez en cuando, valiosas ideas o proyectos.