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Julio De Vido presentó una impugnación a la candidatura de Daniel Rafecas a la Procuración

El ex ministro de Planificación Julio De Vido, que hoy cuenta con el beneficio de la prisión domiciliaria, impugnó la candidatura del juez federal Daniel Rafecas para Procurador General que había sido propuesta por el presidente Alberto Fernández. De Vido considera que la designación del juez en ese cargo “no contribuye de modo cierto en aporte a un efectivo mejoramiento del servicio de justicia, cuya garantía debe el Estado proveer a los ciudadanos, al fortalecimiento del sistema republicano y al incremento de la calidad institucional”.

 

De Vido tiene una prisión domiciliaria por la causa que investiga irregularidades en el manejo de fondos que debían destinarse a la mina de Río Turbio. Fijó su domicilio en su chacra de Puerto Panal en Zárate.

 

El argumento principal De De Vido para impugnar a Rafecas es que lo procesó en una causa de corrupción. Es en un expediente que en el que se investigaron favores a la empresa constructora brasilera Odebrecht en la fabricación de un gasoducto.

 

Para De Vido, que se considera un “preso político” las resoluciones de Rafecas en esa causa han sido “oportunistas”. “Ante la clara inexistencia de delito ha inventado causales en mi contra de efecto político que nos enteramos por los medios de comunicación monopólicos antes que por la notificación judicial”, argumenta el ex funcionario que ya fue enviado a juicio oral en ese expediente.

 

En la carta de cuatro páginas, De Vido también acusa a Rafecas de haber sido “durante el régimen macrista funcional a la persecución más vil de la derecha Argentina y la Embajada Americana, ha facilitado el lawfare y el armado de causas”.

 

De Vido lo acusa de armar una “manipulación política” con un llamado de indagatoria “en vísperas de una elección”. Y agrega: “La persecución criminal sobre ex funcionarios, el anuncio de medidas (antes que sean notificadas las partes) en titulares por los medios de comunicación hegemónicos son palmarias y públicas”, explica.

 

En ese contexto, el ex ministro preso con domiciliaria concluye: “Entiendo que la designación del Dr. Rafecas, por su actuación, parcial, sesgada y temeraria en mi contra atenta contra la garantía a cargo del Estado de proveer un servicio de justicia idóneo e imparcial, y contra el fortalecimiento del sistema republicano como expectativa de todos los ciudadanos en esta nueva etapa institucional”.

 

La situación de De Vido no es sencilla. Tiene varios procesamientos y está preso con domiciliaria. Desde que llegó Alberto Fernández al Gobierno se puso al frente de una campaña para que lo liberen junto a otros detenidos en casos de corrupción como su segundo en Planificación Roberto Baratta, amado Boudou y Luis D’Elía, entre otros. el eslogan era “Navidad sin presos políticos”.

 

Aunque él logró salir de la cárcel, otros como Boudou y D’Elía no lo consiguieron. De todas maneras De Vido sigue procesado y enfrenta un juicio oral, el de direccionamiento de la obra pública en favor de Lázaro Báez. Comparte el banquillo de los acusados con Cristina Kirchner.