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Instrumentan la tarjeta SUBE para el viaje Paraná-Santa Fe

Las dos empresas que cubren el trayecto entre las capitales de ambas provincias ya tienen las máquinas instaladas y el personal capacitado para la implementación de la tarjeta SUBE. Hay más de 50 puntos de carga en las dos ciudades. El costo del pasaje general es de ocho pesos y para estudiantes de siete. El plástico tiene un valor de 20 pesos.

 

Si bien generó alguna resistencia inicial en Buenos Aires, la tarjeta SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico) terminó por imponerse como un esquema conveniente y se extiende a los usuarios de varias ciudades argentinas.

 

Esto tiene su correlato en el interior del país y en estos días se instrumentará para los viajes entre Santa Fe y Paraná, de acuerdo a lo que se había adelantado la semana pasada y a un comunicado emitido ayer desde la oficina de Florencio Randazzo, el ministro de Interior y Transporte de la Nación.

 

Esta extensión, según precisó el funcionario, se hace a pedido de la presidenta Cristina Kirchner y ya se instrumentó en San Juan, Mar del Plata, Villa Gesell y Pinamar, con más de 13 millones de tarjetas activas en ciudades o áreas con más de 200 mil habitantes.

 

De este modo, las dos empresas que brindan el servicio entre las dos capitales separadas por el río Paraná ya están en condiciones tecnológicas de recibir a los usuarios con el nuevo sistema que tiene algunas particularidades pero que termina beneficiando al usuario –especialmente cuando se instituya en las líneas de colectivos urbanos de Paraná- “representando una gran solución para pasajeros y choferes”, explicó Randazzo.

 

El Ministro detalló además que “ya hemos equipado las unidades y capacitado a los choferes del servicio interprovincial que circula por el Túnel Subfluvial y también instalamos más de 50 puntos de carga en ambas ciudades”.

 

Y agregó: “Nuestra idea es no complicarle la vida a la gente, así que durante este año convivirán la actual tarjeta electrónica y la SUBE, y comenzaremos un recambio de tarjetas que será gratuito para los pasajeros”.

 

Operatividad

 

En Buenos Aires, principal mercado donde funciona, se ha hecho popular y logró aceptación por su funcionalidad.

 

Se trata de una tarjeta de plástico -símil a las de crédito o débito- que se obtiene por un valor de 20 pesos (se le agregan 15 si se hace el envío por correo) y se carga el crédito que se desee para viajar. Si bien se le paga por adelantado a las empresas por un servicio que aún no se tomó, se termina beneficiando al usuario porque se abarata el costo del transporte, influyendo desde luego en el valor del boleto las distancias y particularidades del usuario. En promedio se obtienen quitas de más del 30 % del valor del boleto si se cuenta con la SUBE.

 

La tarjeta está nominada, es decir que el Estado obtiene información de los viajes que hace cada usuario y eso generó resistencias iniciales, las que fueron disminuyendo ante las ventajas económicas del sistema. “Es una gran herramienta de control para el Estado porque se obtiene información exacta sobre los pasajeros transportados por cada colectivo”, reseñó Randazzo.

 

Cada colectivo posee un lector tecnológico y -en Buenos Aires, al menos- se le indica al chofer el boleto que se desea obtener, y éste marca el precio y allí el viajero pasa su tarjeta que es leída por el escáner que debita los créditos.

 

“Tiene un elemento interesante que es que cuando te quedás sin crédito te adelanta uno o dos pasajes, lo que te permite viajar aun cuando no te hayas dado cuenta y no la hayas cargado. Pasa mucho con los pibes que se cuelgan y se olvidan de cargar crédito. Pero el sistema no te castiga sino que te da la oportunidad de viajar y pagar luego ese crédito que te presta”, precisó Daniel, un usuario al que se le consultó sobre cómo funciona en Buenos Aires.

 

SUBE posee unos cuatro mil Centros de Obtención de la tarjeta, y en Paraná, según lo precisado por Roberto Albisu, gerente de Ersa Fluviales, se utilizará por ahora los lugares de venta que tenía TarjeBus, y se venderá además en calle Carbó 942, siendo la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) quien fije las tarifas de los colectivos, impactando esto en la cantidad de viajes que se podrán comprar en función de cada carga.

 

Los montos permitidos para recargar son 50, 80, 100, 120, 150, 180 y 200 pesos, y el valor a acreditar sumado al saldo actual de la tarjeta no debe superar los 300 pesos.

 

Jurisdicción

 

El director de Transporte de Entre Ríos, Roque Dalprá, aseguró que, al tratarse de un área metropolitana donde intervienen dos jurisdicciones, fue desde el Ministerio del Interior y Transporte desde donde se manejó todo y la provincia poco tuvo que ver con la implementación.

 

“La coordinación y la complementación estuvo en manos de Randazzo directamente, pero cuando el sistema llegue al servicio urbano de pasajeros será la intendencia de Paraná quien tenga la intervención junto al Ministerio que es la autoridad de aplicación”, expresó el funcionario.

 

Según Dalprá, hace un tiempo se manejó una idea de hacer una prueba piloto entre Paraná y Diamante para instrumentar la SUBE en este recorrido. “Como la SUBE tiene un límite de 300 pesos, cuanto más largo es el recorrido más caro es el pasaje, y por tanto menos viajes podrá adquirir el usuario al cargar la tarjeta, por eso el sistema está pensado para distancias cortas”, explicó ante requisitoria de los colegas de El Diario.

 

En tanto, en la ventanilla de la Terminal de Ómnibus aseguraron sus empleados que no tenían todavía instrucciones para el uso de la SUBE, aunque ya se encuentra toda la tecnología dispuesta para su implementación.