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Grandes fondos de inversión retiran sus dólares de Argentina

Al ministro Luis Caputo le surgió un imponderable con el que debe lidiar. Y no se vincula a una cuestión política sobre la presunta offshore de su propiedad no declarada. Tiene que ver con un competidor -tal vez el menos pensado-, que está complicando el ingreso de dólares a la Argentina, fondos que son muy necesarios para asegurar el plan gradualista de Macri.

 

Ese contendiente es el mercado financiero de Egipto, al que hoy día están fluyendo los capitales para hacer lo que en la jerga se conoce como “carry trade”, también llamada “bicicleta”.

 

La operatoria consiste en deshacerse de divisas que pagan una baja tasa (dólares) para posicionarse en otra (libra egipcia) que ofrece un interés muy superior -en el marco de un tipo de cambio estable- para luego, con el rendimiento logrado, comprar más cantidad de la primera.

 

Con esta triangulación, los fondos de inversión se hacen de un muy alto margen de ganancia, en términos de moneda dura.

 

Egipto pasó a ser la estrella mundial del carry trade. En el caso particular de Argentina, el flujo de capitales hacia ese país se potenció luego de que los financistas globales notaran que ni las ganancias ni el clima de confianza son los de antes.

 

Más precisamente, desde que el Ejecutivo cambió la meta de inflación para 2018, lo que derivó en un alza del billete verde y una reducción del tipo de interés.

 

Los grandes fondos de inversión internacionales, con Templeton y Blackrock a la cabeza, lideran esta retirada.

 

Se están desprendiendo de Lebac (que en su momento compraron para hacer la “bicicleta” en Argentina) y trasladando grandes sumas de dinero a Egipto, país en el que ahora pueden obtener importantes ganancias y en el que encuentran una “garantía contra devaluaciones”.

 

Estimaciones privadas señalaron a iProfesional que sólo esos dos fondos dispondrían de unos u$s4.000 millones, que están desarmando a cuentagotas. Es decir, a medida que el mercado absorbe los papeles que ellos venden.

 

Según importantes fuentes consultadas, esta salida es la que obligó al Banco Central a desprenderse de parte de sus reservas en estas últimas semanas, para así evitar una disparada del tipo de cambio.

 

En marzo, el equipo comandado por Federico Sturzenegger se vio forzado a vender u$s2.040 millones para mantener estable la cotización del dólar, en torno de los $20,20 en el segmento mayorista.

 

La decepción de Templeton

 

La clave del ese movimiento, que implica la reversión del ciclo financiero, hay que buscarla en la sensación amarga que dejó en los grandes players internacionales el cambio de las reglas de juego de fines del año pasado.

 

“A comienzos de diciembre, muchos fondos del exterior estimaban cerrar el 2017 con un rendimiento en dólares cercano al 12%. Pero la suba del billete verde de fin de año y al inicio de 2018 pulverizó gran parte de esa ganancia”, señala Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IEB).

 

“En el mejor de los casos, la estrategia les dejó un rendimiento del 5%”, añade. Precisamente, ese abrupto cambio de escenario motorizó la salida de capitales.

 

Así como durante todo el año pasado los “mega-fondos” comoTempleton o Blackrock traían sus divisas, las cambiaban por pesos y apostaban por el “carry trade”, ahora se está dando el camino inverso.

 

Eligen otras plazas que se perciben como más previsibles, entre las cuales el mencionado Egipto es la principal. En esa nación, la moneda sufrió una fuerte devaluación: pasó de 8 libras por dólar a 19,35.

 

“El mercado considera que ese movimiento fue demasiado agresivo y que, a raíz de ello, la libra egipcia tiene suficiente espacio como para volver a apreciarse, algo que ya viene sucediendo”, explica Sosa.

 

Las tasas de corto plazo -que escalan hasta 18,75%- lucen más que atractivas a ojos de los inversores.

 

“En un contexto de apreciación de la moneda local, la sensación es la de una cobertura (hedge) gratis del tipo de cambio”, señala el experto.

 

Por lo pronto, se garantizan una tasa superior al 18% y encima, cuando convierten lo obtenido de moneda local a dólares, se encuentran con la grata sorpresa de que el tipo de cambio les resulta más favorable que cuando entraron.

 

Para el capital especulativo, se trata de un escenario ideal. “El carry trade en Egipto se presenta cada día más atractivo”, admite BrettRowley, director general de América latina con sede en TCW Group.

 

“La moneda subvaluada de Egipto y las altas tasas de interés altas ofrecen un colchón considerable contra el repunte de la volatilidad mundial”, agrega.

Así, por más que el Banco Central argentino haya endurecido su discurso, le resultará más difícil competir contra mercados en los que la posibilidad de ganancia es tan elevada para un riesgo muy acotado.

 

La “grieta” del mercado

 

El hecho de que los grandes fondos internacionales estén tocando música de retirada no significa que la “bicicleta financiera” en la Argentina haya terminado.

Por el contrario, para muchos está empezando una nueva etapa, tal vez sin las ganancias de antaño, pero con la razonable expectativa de que el dólar se mantenga estable en los próximos meses.

 

Lo que se percibe hoy en día es una clara disociación entre los fondos de inversión extranjeros y locales.

Concretamente, mientras unos van para un lado (dolarización y posterior salida), los otros vuelven a la pesificación.

 

¿A qué se debe semejante diferencia en las preferencias? ¿No ven lo mismo? Está claro que no.

Así como quedó descripta la “estrategia egipcia” a la que recurren fondos extranjeros, los “locales” – que se arman con ahorros de argentinos- optan por creerle a Sturzenegger.

 

Básicamente, aún confían en que el titular del Banco Central concentrará sus esfuerzos en evitar una suba del tipo de cambio que recaliente aun más el proceso inflacionario.

Si fuera así, la entidad debe estar dispuesta a vender todos los dólares que sean necesarios para evitar un salto brusco de la cotización, como lo hizo en marzo.

 

Con tasa de Lebac en 27,25% anual y tipo de cambio estable, los players locales se juegan otra vez a revitalizar el carry trade.

Es decir, apuestan en sentido contrario a los “extranjeros”, que vienen de quemarse con el volantazo de Sturzenegger y no quieren correr más riesgos.

 

Más aun, hay señales del BCRA en el sentido de que, de ser necesario para domar a la inflación, hasta podría revertirse el camino bajista de las tasas, subiéndolas para sacar más pesos del mercado a cambio de Lebac.

En la City están tomando nota. Algunos de los bancos y corredoras más importantes modificaron 180 grados las recomendaciones a sus clientes.

 

A principios de 2018 recomendaban 80% en activos dolarizados y sólo 20% en pesos. Ahora están sugiriendo 80% en moneda local y apenas 20% en moneda dura.

De todas formas, los analistas están muy atentos a los movimientos en los mercados. Por ahora, juegan con la expectativa que transmitió el jefe del BCRA, que se mostró en contra de una devaluación fuerte.

 

Este abrupto cambio en los flujos de capitales es el que está obligando a la entidad a intervenir con ventas a diario. Ejemplos sobran.

Uno de ellos es el caso de la administradora Global X Funds, que reportó que su fondo enfocado en compañías argentinas se redujo notablemente pese al alto rendimiento de 2017.

 

Los flujos netos de capital se han reducido a u$s8 millones en lo que va del año, desde los u$s29 millones en igual lapso de 2017 y frente a los u$s32 millones del cuarto trimestre, cuando la victoria del oficialismo en los comicios legislativos fue vista como un impulso a sus políticas.

En tanto, empresas argentinas tuvieron problemas en listar sus acciones en plazas extranjeras: Central Puerto y Corporación América Airports recaudaron menos de lo que preveían, mientras que Bioceres pospuso sus planes de lanzar una OPI.

 

Esto sucede en momentos de mayor tensión en las plazas internacionales, a raíz de la afincada tendencia alcista de la tasa de interés en los Estados Unidos y la cada vez más tirante relación comercial entre Washington y Beijing.

Fue en este contexto que Caputo visitó Wall Street anunciando que se viene una etapa de “vivir con lo nuestro” en materia de deuda y que por ahora quedan desechadas las emisiones de bonos argentinos en el exterior.

 

Por eso mismo, y en este sentido de la repentina escasez de divisas, el hecho de que Egipto sea la nueva niña mimada del “carry trade” es una mala noticia para los funcionarios.

Por lo pronto, ya los obligó a tener que indagar sobre nuevas alternativas de financiamiento, como los riesgosos “repo” con bancos del extranjero.