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Frigoríficos proyectan que los precios de la carne bajarán

El mundo modificó hábitos y proyecciones de consumo. Desde la industria frigorífica argentina se explicó que el panorama nacional e internacional cambió abruptamente en el último mes y medio. Ya ni China, ni la unión Europea generan grandes pedidos de la carne vacuna argentina. Pero tampoco los restaurantes y hoteles argentinos demandan cortes de calidad, porque debieron cerrar sus puertas respetando la cuarentena obligatoria. Así las cosas, con un consumo limitado entre supermercados y carnicerías, se entiende que la próxima semana deberían verse bajas en los precios al consumidor.

“El coronavirus hizo que las exportaciones de carne vacuna hacia Europa se hayan paralizado. Y si bien China lentamente se está recuperando todavía no genera una demanda notable. Hoy más que nada sentimos la falta de compradores europeos”, comentó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Evaluó en tanto que “el coronavirus también afectó al consumo interno. El hecho que estén cerrados todos los restaurantes hace notar la falta de ese tipo de consumo. Se nota también que la gente, el asalariado, está sin plata y mucho peor el que tiene que salir a trabajar por un pago diario; porque esta enfermedad lo complicó mucho más. Esta situación nos hace ver que el consumo de carne vacuna va a caer sin dudas”, consideró.

Explicó por otra parte que, si bien en los últimos días se observaron algunos aumentos de precios, tanto en el kilo vivo como en el precio al consumidor, las razones fueron puntuales y se irán superando.

“Si el precio aumentó la última semana fue porque a principios de marzo se sintió la falta de hacienda por el cese de comercialización que hicieron productores y porque se coincidió con algunos feriados. Estos factores motivaron que las industrias pagaran precios récord después de 110 pesos por kilo vivo”, recordó.

Pero ahora diferenció: “Si por estos días no hay lluvias importantes, los ingresos de hacienda se van a recuperar y los precios van a bajar. Lo lógico sería que vuelvan a rondar los 95 pesos por kilo”.

Schiaritti explicó en tanto que en la última semana las industrias se encontraron con un nuevo problema que afectó los precios. Las curtiembres no querían retirar el cuero por la imposibilidad de trabajarlo ante la cuarentena. Esto motivó que las industrias llegaran a dar gratis y pagar incluso el flete del material para que no los complicara en sus instalaciones.

“Las curtiembres están obligadas a retirar los cueros, pero por la imposibilidad de procesarlos (por la cuarentena) se los debió entregar gratis y hasta se llegó a pagar el flete para que se los retirara de las industrias. Esto generó un costo extra que se terminó pasando al producto final”, explicó el dirigente industrial. Y agregó, “el problema está en vías de superarse y lo estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura al que informamos de la situación”.

Cambio de hábitos y precios

Ante los cambios que motiva el coronavirus en el mundo, Schiariti observó que los precios de los cortes podrían cambiar si los cambios de hábito se mantienen entre los consumidores.

“El corte de asado es el corte más caro de una media res, si se analiza que por kilo el consumidor ingiere como máximo unos 400 gramos. El resto del corte esta compuesto por hueso y grasa. Vale más un corte de vacío por ejemplo que tiene más carne. Pero todo depende del gusto y los pedidos que se hagan. Si menos gente pide costilla en las carnicerías esos cortes van a ir bajando de precio”, concluyó.