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Francisco afirmó que es un “error gravísimo” esconder la realidad de los abusos

El papa Francisco recibió hoy en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los participantes en el primer congreso “Child Dignity in the Digital World” – “La dignidad del menor en el mundo digital”, que promovido y organizado por el Centre for Child Protection (Centro para la Protección del Menor) se realizó del 3 al 6 de octubre en la Pontificia Universidad Gregoriana.

 

“Debemos tener los ojos abiertos y no ocultar una verdad que es desagradable y que no quisiéramos ver. Por otra parte, ¿no hemos entendido demasiado bien en estos años que ocultar la realidad del abuso sexual es un gravísimo error y fuente de tantos males? Entonces, miremos la realidad tal y como la han visto en estos días”, pidió el pontífice en su discurso.

 

El Papa advirtió que “en la red se están propagando fenómenos extremadamente peligrosos” y enumeró, entre otros, “la difusión de imágenes pornográficas cada vez más extremas porque con la adicción se eleva el umbral de la estimulación” y “el creciente fenómeno del ‘sexting’ entre chicos y chicas que utilizan las redes sociales”.

 

“La intimidación que se da cada vez más en la red y representa una auténtica violencia moral y física contra la dignidad de los demás jóvenes, la ‘sextortion’, la captación a través de la red de menores con fines sexuales es ya un hecho del que hablan continuamente las noticias, hasta llegar a los crímenes más graves y estremecedores de la organización online del tráfico de personas, la prostitución, incluso de la preparación y la visión en directo de violaciones y violencia contra menores cometidos en otras partes del mundo”, agregó.

 

Francisco insistió en alertar que “la red tiene su lado oscuro y regiones oscuras (la dark net) donde el mal consigue actuar y expandirse de manera siempre nueva y cada vez con más eficacia, extensión y capilaridad” y afirmó: “La antigua difusión de la pornografía a través de medios impresos era un fenómeno de pequeñas dimensiones comparado con lo que está sucediendo hoy en día, de una manera cada vez más creciente y rápida, a través de la red”.

 

Frente a esta realidad, el Papa consideró que hay que “promover la cooperación concreta entre todos los que están llamados a comprometerse para afrontar el gran reto de la defensa de la dignidad de los menores en el mundo digital” y expresó su apoya “con determinación y firmeza” al compromiso asumido por los participantes.

 

“Se trata de despertar la conciencia sobre la gravedad de los problemas, de hacer leyes apropiadas, de controlar el desarrollo de la tecnología, de identificar a las víctimas y perseguir a los culpables de crímenes, de ayudar en su rehabilitación a los menores afectados, de colaborar con los educadores y las familias para que cumplan con su misión, de educar con creatividad a los jóvenes para que usen adecuadamente Internet –y sea saludable para ellos y para los demás menores–, de desarrollar la sensibilidad y la formación moral, de continuar con la investigación científica en todos los campos relacionados con este desafío”, estimó.

 

En otro momento de su discurso, el Santo Padre reconoció que “la Iglesia Católica en los últimos años se ha hecho cada vez más consciente de no haber hecho lo suficiente en su interior para la protección de los menores”, al recordar que “han salido a la luz hechos gravísimos de los que hemos tenido que reconocer nuestra responsabilidad ante Dios, ante las víctimas y ante la opinión pública”.

 

“Precisamente por eso, por las dramáticas experiencias vividas y los conocimientos adquiridos en el compromiso de conversión y purificación, la Iglesia siente hoy un deber especialmente grave de comprometerse, de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad”, sostuvo, y aseguró que la Iglesia “adhiere al objetivo de ‘poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños’, establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible 2020”.

 

“¿Qué hacemos para que estos niños nos puedan mirar sonriendo y conserven una mirada limpia, llena de confianza y de esperanza? ¿Qué hacemos para que no se les robe esta luz, para que esos ojos no sean perturbados y corrompidos por lo que encontrarán en la red, que será parte integral e importantísima de su ambiente de vida?”, preguntó el Papa.

 

Por último, Francisco animó a trabajar “todos juntos para tener siempre el derecho, el valor y la alegría de mirar a los ojos de los niños de todo el mundo”.

 

Participaron del congreso psicólogos, sociólogos, expertos, representantes de organizaciones internacionales como Unicef e Interpol, políticos, líderes empresariales y personas de distintos credos del mundo, entre ellos el sacerdote argentino Rubén Yáñez, miembro de la Comisión Para la Tutela de los Menores (CPTM) creada en 2013 por el Papa para combatir la pedofilia.