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Falta de crédito complica compra de maquinaria agrícola a los productores

La falta de créditos por parte de la banca nacional puso en jaque a la industria metalmecánica. Sin la principal herramienta de financiamiento, el productor dejó a un lado la necesidad de cambiar la máquina agrícola lo que hace a la fecha una caída en las ventas del 50% respecto del año pasado. Muchas firmas locales analizan parar las inversiones hasta que cambien el panorama económico y piden mientras tanto que el Gobierno eleve el uso de piezas argentinas en los equipos fabricados en el país en un 60% para obtener ventajas impositivas.

 

“Las cosas han empeorado desde mayo pasado a partir de la falta de créditos. Esto hizo que la merma en las ventas en el primer semestre llegue a un 30%, pero siguió en aumentó y a la fecha la caída llega al 50 por ciento”, advirtió el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de maquinaria Agrícola (Cafma), Raúl Crucianelli a BAE Negocios.

 

El industrial reconoció que “el mercado depende de un 75% de los préstamos de la banca pública dado que el productor lo hacía a través de ese instrumento, pero hoy ha desaparecido”, afirmó.

 

Al respecto un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señaló que el hecho de que se hayan reducido los créditos con tasas subsidiadas del Banco Nación y la aparición del BICE otorgando préstamos en pesos con tasas menos tentadoras y en menor volumen, complica el panorama de la industria.

 

De esta forma el organismo nacional adelanto un escenario incierto con retracción de la demanda de máquinas aún con un valor de los granos bueno en soja, maíz, trigo, girasol y sorgo.

 

Para Crucianelli “el problema no sólo pasa porque el Nación dejó de dar créditos, sino que al traspasarse al BICE, éste no sólo no tiene líneas de financiamiento, sino que tampoco está preparado para atender la demanda dado que su estructura apunta mas a la atención de empresas, emprendimiento y proyectos, y no a una actividad como la venta de maquinaria agrícola”. Además, agregó que “la banca privada tampoco tiene líneas disponibles”.

 

Fuentes consultadas del BICE manifestaron que a cinco meses de lanzada la línea leasing y créditos prendarios para maquinaria agrícola, y siendo la primera vez que la entidad opera con el sector, “ya se monetizó operaciones por casi $300 millones para los productores”.

 

También recordaron que “se están instrumentando otras operaciones por casi $900 millones, de los cuales ya hay más de 500 millones aprobados. En un contexto de retracción del sistema financiero, el BICE operó como banco anti cíclico y siguió atendiendo la demanda del sector”.

 

Además. uno de los principales actores en la adquisición de maquinaria es el contratista que hoy ve mermado su capital. “Las cosas están mal a partir de una devaluación que nos golpeó lo que hizo que los costos suban y los ingresos bajen, dado que el productor pagó un 38% menos para levantar la cosecha de soja producto de la sequía”, dijo a este diario el presidente de la Cámara de Contratistas de la provincia de Buenos Aires, Fredy Simone.

 

Ante la situación de alarma empresas consultadas anticiparon que están reviendo la posibilidad de frenar inversiones antes de evitar el cierre de algún turno y esperar que el clima ayude para levantar las ventas de cara a 2019.

 

En esa línea Crucianelli señaló que el lunes pasado se decidió dentro de Cafma pedirle al Gobierno que se suba al 60% la integración de piezas argentinas que deben tener los equipos fabricados en el país para ser considerados de producción nacional como sucede en Brasil.

 

La propuesta se basa en que se hagan controles y auditorias para ver que se cumplan y que se impongan infracciones si pasa lo contrario. La idea es que la integración tengas ventajas impositivas y financieras para la industria.

 

Por lo pronto sino hay cambios, el sector va camino a una caída del 36 por ciento. Así lo adelantó el INTA que subrayó que las ventas serán de u$s1.400 millones frente a los u$s2.200 millones que supo verse en 2017. Aclaró que la misma está basada bajo los supuestos que incluyen medidas positivas por parte de la banca para facilitar créditos. Es decir que si esto no sucede la baja puede ser aún mayor.