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Facundo Giorgi: amo de sus silencios y ¿esclavo de sus palabras?

Facundo Giorgi por su altura puede jugar de “4”, pero en realidad es un “3” que se maquilla de ala-pivote. Es un 2m04 que rinde más de frente al cesto que de espaldas al mismo. El básquet argentino lo sabe. Con cada coach amigo que uno habla te dicen lo mismo, algunos lo tuvieron como jugador. Y todos coinciden: “si no triunfa en Sionista con la falta de presión que hay, y el contrato que firmó, difícil que a esta altura lo logre en otro lado luego de esta temporada”. El “Faca” acaba de firmar su propia sentencia de sí o sí resignarse a ser Power Forward y dice no tener problemas. Ojalá que la rompa y no termine poniendo su cabeza en la guillotina.

 

Giorgi se formó en la cantera del Club Unión de Sunchales y tuvo un paso de cuatro años en el básquetbol universitario de Estados Unidos.

Empezó jugando al fútbol como arquero, pero rápidamente eligió el aásquetbol como su deporte de preferencia. Tuvo un crecimiento notable de estatura a los 14 años (creció 12 centímetros en tres meses) y a los 16 viajó a Boca Juniors para un campamento con Fernando Duró, que terminó de redondear su idea de ser profesional de este deporte.

 

En el basquetbol universitario de Estado Unidos, defendió los colores de las universidades de South Eastern Iowa y FIU de Miami, siendo esta última el lugar donde más minutos vio, llegando a su pico de rendimiento en la Liga 2006-07 (4.3 puntos, 4.1 rebotes, 1.3 asistencias y 90% en tiros libres, en 20.2 minutos por juego).

A su retorno a la Argentina, donde jugó, demostró que de “4” no rinde como de “3”. Y a Sionista llegó con la intención de ser alero, pero con el correr de los partidos pasó a ser un Small Forward casi sin participación ofensiva por el estilo del ataque “Cubano Dependiente” del Rey-Naldo (García Zamora).

 

La llegada del escolta estadounidense Mario West determinó que desde el próximo partido Facundo Giorgi retome la responsabilidad de jugar como interno. Sobre esta variación, apuntó en diálogo con Prensa de la franquicia paranaense: “Estos últimos años he jugado mucho tiempo de tres como también de cuatro. La verdad no es algo nuevo, me siento cómodo, me gusta y disfruto jugar allí. El cambio de posición ayudó al equipo a sumar un jugador importante como lo es Mario (por West) que en la temporada pasada jugó muy bien. No tengo dudas que nos dará un salto de calidad”.

 

Obediencia extrema y responsabilidad asumida por lo cual estará en la mira de todos. Sin ir más lejos, Jiri Hubalek, quien llegó como “4” -pese a nuestro anuncio que era un “3”-, ya no está más. Fue cortado.

Ahora, Giorgi deberá abandonar su búsqueda de ser un alero de altura o talla internacional y proyectarse decididamente como tal. No, no… Por acatamiento y/o subordinación a Sebastián Svetliza, tendrá que ponerse el overol y ser irremediablemente un “4”. Y él da su anuencia categórica, rotunda.

 

Por lo tanto, puso su destino en sus propias manos. Ojalá le vaya espléndido y la rompa. Aptitud, virtuosismo tiene, actitud ganadora, también, pero POR ALGO nunca explotó pese a haber llegado a Paraná cotizando entre los mejores pagos de la Argentina.