Maran Suites & Towers

Facebook: escándalo por presunto uso político de datos privados

Facebook , la red social más grande del mundo, quedó bajo un fuerte escrutinio y una presión oficial inédita en Estados Unidos y Europa tras la revelación de que datos de millones de sus usuarios fueron “cosechados” por la firma Cambridge Analytica, que los utilizó para favorecer a sus clientes políticos, entre ellos, el presidente Donald Trump.

 

En Estados Unidos , la Comisión Federal del Comercio, uno de los entes reguladores del gobierno federal, abrió una investigación sobre el escándalo, según reconoció Facebook, que involucra información de unos 50 millones de usuarios obtenida por Cambridge Analytica, una consultora que también trabajó para la campaña del “Leave” -que triunfó y provocó el Brexit- y el senador republicano Ted Cruz.

 

Los parlamentos británico y europeo convocaron al CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, a que dé explicaciones sobre sus vínculos con esa firma, y sobre las salvaguardas de su empresa para proteger la privacidad de la gente ante “este fracaso estrepitoso”, en las palabras de Damien Collins, presidente del comité de asuntos digitales de la Cámara de los Comunes.

 

“Facebook necesita aclarar ante los representantes de 500 millones de europeos si los datos personales están siendo usados para manipular la democracia”, afirmó, en Twitter, Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo.

 

Ante la peor crisis en 14 años de vida de su empresa, Zuckerberg eludió las declaraciones. Lo mismo su número dos, Sheryl Sandberg. Ambos silencios resultaron ensordecedores en medio del coro de voces que cuestionaba a la red social, y los primeros llamados, a ambos lados del Atlántico, a imponer las regulaciones para imponerle límites a la compañía, que enfrenta un vertiginoso cambio de ánimo: antaño era vista como una plataforma para conectar gente, promover la igualdad, la inclusión y la libertad de expresión; ahora, bajo la lupa como nunca antes, es señalada por muchos como una amenaza para las democracias.

 

“Mark, Sheryl y sus equipos están trabajando a contra reloj para recabar todos los datos y tomar la acción apropiada hacia adelante”, dijo la empresa en un comunicado. “La compañía entera está furiosa porque fuimos engañados”, cerró.

 

En otro comunicado, Facebook dijo que como parte de su “exhaustiva revisión interna y externa” de lo que ocurrió, contrató una firma forense digital, Stroz Friedberg, para realizar una “auditoría integral” de Cambridge Analytica, que anunció la suspensión de su CEO, Alexander Nix. “Seguimos comprometidos con la aplicación vigorosa de nuestras políticas para proteger la información de las personas”, dijo Facebook, en un comunicado.

 

La “cosecha” de la información de millones de personas fue hecha por un académico de la Universidad de Cambridge, Aleksandr Kogan, que había obtenido acceso a las bases de Facebook para sus investigaciones, y Christopher Wylie, el “topo” que destapó el escándalo. A través de una aplicación, recurrieron a lagunas en la llamada “política de plataforma” de la empresa, que les permitieron capturar la información.

 

La red social pareció desbordada por la crisis, sin una respuesta clara ni lo suficientemente contundente como para frenar la hemorragia de confianza y credibilidad. La acción de la empresa llegó a caer ayer más del 5% tras perder casi un 7% en la víspera, un derrape que llegó a evaporar más de 60.000 millones de dólares de su valor de mercado. Hacia el cierre, la acción se recuperó, pero igual cerró con una pérdida cercana al 3%.

 

The New York Times informó que Alexander Stamos, jefe de seguridad de la empresa, tiene previsto irse luego de pelearse con la cúpula sobre el manejo público de las campañas de desinformación desplegadas desde Rusia. Stamos no desmintió su salida. Y Sandy Parakilas, exadministrador de plataformas, dijo a The Guardian que es probable que los datos de “cientos de millones de usuarios” hayan sido “cosechados” porque la empresa “no tiene idea” lo que hacen otras compañías con la información a la que acceden.

 

El alcance del escrutinio recién pareció haber comenzado a despuntar. Los llamados a dar explicaciones que resonaron en Europa apenas habían replicado en Washington, donde Facebook ya ha tenido que ir al Congreso a dar explicaciones sobre el uso de su plataforma y su rol en la diseminación de “noticias falsas” y avisos durante la campaña presidencial. Facebook reveló que hasta 126 millones de usuarios pudieron haber visto contenido injertado por agentes rusos.

 

A fines del año anterior, la compañía había ofrecido evidencias menos significativas sobre la injerencia rusa, al reconocer que Internet Research Agency -la “fábrica de trolls” en San Petersburgo desde donde, según el Departamento de Justicia, se desplegó una “guerra de información” contra Estados Unidos- había colocado unos 3000 avisos de 470 cuentas. Ante el Congreso, reconoció que hubo 80.000 posteos rusos entre junio de 2015 y agosto de 2017. Dos días después de la elección, Zuckerberg ninguneó la influencia de las “noticias falsas”, al afirmar que solo había una “pequeña cantidad” en su plataforma. “Pensar que influyó la elección en cualquier modo es una idea descabellada”, afirmó.