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Este 30 de noviembre se celebra en Argentina el Día Nacional del Mate

El 30 de noviembre es historia, es identidad, es actualidad. Es la fecha en que celebramos esa infusión única que está presente en más del 90 por ciento de los hogares de la Argentina, que tan bien nos hace, que no distingue edad, sexo, clase social, zona geográfica, que conecta a todos los argentinos de una forma muy particular. Celebramos el Día Nacional del Mate.

 

El Mate es “muy nuestro” desde siempre; tan nuestro que merecidamente fue establecido su Día por Ley 27.117 y como fecha se eligió el 30 de noviembre recordando el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas (año 1778), quien gobernó entre 1811 y 1821 la Provincia Grande de las Misiones, el territorio de la Ilex Paraguariensis (yerba mate), entonces ampliamente consumida y difundida por sus efectos benéficos físicos y espirituales.

 

Una de las características más destacadas de nuestra Infusión Nacional es su versatilidad y su condición de alimento natural con efectos benéficos en la salud, lo que año tras año amplia aún más el rango de consumidores, tanto en edad como en espacios elegidos para disfrutar el alimento.

 

 ¿Qué significa el Mate para los argentinos?

 

1) Es un símbolo nacional: Asociado a la cultura, se reconoce como un rasgo identitario de la “argentinidad”.

Es símbolo de nuestra tradición y expresión paradigmática de nuestras costumbres: “El mate es muy nuestro”.

Representa una tradición/ una costumbre muy arraigada: se asocia a la hospitalidad del hombre de campo, a lo rural y gauchesco.

“Constituye un icono nacional, junto con el asado, el tango, la empanada y el gaucho.”

 

2) Es la infusión social por excelencia: Representa la unión y el compartir, ayuda a socializar, facilita la generación de vínculos, alarga la charla o la promueve, acorta distancias, ayuda a intimar, distiende, informaliza.

Funciona como una excusa para el encuentro: “Es típico que uno diga ¿te venís a tomar unos mates?”.

 

3) Se trasmite por herencia familiar: De padres a hijos, el hábito se pasa de generación en generación; para muchos padres es motivo de orgullo que sus hijos comiencen a tomar mate.

Los niños comienzan a tomar cuando ven a los adultos, y lo ven como un juego, lo piden porque les llama la atención.

 

“Ahora estás con los chicos y les decís: ¿Querés un mate? Antes era como algo de adultos”.

Los jóvenes incorporan el consumo de mate durante los últimos años de la secundaria y al ingresar a la facultad.

 

4) Solos o acompañados: Su consumo puede darse de las dos formas con distintos significados: Si el consumo es individual, acompaña, constituye un paliativo a la soledad mientras se hacen otras tareas (como mirar tv, estudiar, limpiar la casa). Es un pasatiempo, entretiene.

 

Cuando estamos con amigos, pareja, familia, invita a la charla, a la reflexión, al debate. “¿Preparamos unos mates?”  Es una invitación a la charla, a quedarte, a seguir la conversación. Es una manera de decir “Quiero estar con vos”.

 

5) Está presente durante todo el día: En el desayuno, es un rito para arrancar el día liviano con energía, y antes del almuerzo es un break para calmar la ansiedad o el hambre.

 

Para comenzar el día: “Sin un buen mate, no arranco…”. Durante el día, acompaña cuando se realizan diversas tareas, como el trabajo, el estudio, la lectura u otra actividad.

En la merienda, es un momento de distensión, se comienza a cerrar la jornada. Funciona como gesto de bienvenida al que llega al hogar desde su trabajo.

 

Momento esperado: “Soy feliz cuando llego del trabajo y me esperan con un buen mate”. Por la noche, el mate está presente mientras se usa la computadora o como sobremesa familiar.

 

No hay dudas: Todo y todos están en y con el Mate, y la razón es muy sencilla: además de ser muy rico, hace bien. Versátil y compañero de todas las horas, lleva implícito el sello personal de cada matero y este 30 de noviembre, más argentino que nunca.

 

Propiedades

 

Siete bondades ligadas a las propiedades alimenticias, estimulantes y medicinales de esta yerba:

 

  1. Tiene un alto contenido nutritivo: el mate aporta vitaminas A, B, C y E, minerales (hierro, magnesio, sodio y potasio) y proteínas ya que posee más de diez aminoácidos esenciales.

 

  1. Es estimulante y antidepresivo: la mateína presenta propiedades energizantes y tonificantes. Estimula el sistema nervioso central y promueve las actividades mentales, mejorando el ánimo y la concentración.

 

  1. Regula el tránsito intestinal: debido a las propiedades polidextrosas de sus hojas, la yerba mate es diurética, digestiva y optimiza la absorción de nutrientes. Esto mejora el tránsito intestinal y regula el funcionamiento de todo el organismo.

 

  1. Ayuda a la salud cardiovascular: gracias a sus propiedades antioxidantes el mate regula la presión arterial y previene enfermedades coronarias al disminuir los niveles de colesterol “malo” y evitar que las grasas se acumulen en las arterias.

 

  1. Ayuda a perder peso: sus propiedades antioxidantes tienen un efecto diurético que evita la retención de líquidos y mejora el desarrollo de la función renal. A su vez, funciona como buen acompañamiento para dietas al generar una sensación de saciedad.

 

  1. Es descongestivo y digestivo: en el caso de las yerbas saborizadas, tanto el poleo como el romero son descongestivos de las vías respiratorias y también poseen propiedades digestivas. A su vez, el primero ayuda a calmar la tos.

 

  1. Beneficios estéticos: la yerba mate funciona como un tónico, es decir, una sustancia que estimula y fortifica los dientes, y que previene de las caries dentales. A su vez por sus taninos es ideal para aclarar manchas de la piel y reducir arrugas.

 

Los secretos del mate perfecto

 

 

-Mate: es preferible aquellos que se curan, es decir, los de madera, calabaza o hueso; o incluso los de vidrio recubierto con cuero. Prefiero evitar los de silicona o materiales que le den sabor.

 

-Bombilla: preferentemente con paletilla ancha que permita hacer ciertas maniobras como sacar yerba.

 

-Agua: No debe superar los 80°. Se aconseja que no sea mineral sino de grifo, si puede pasar previamente por un filtro para eliminar el cloro mejor.

 

-Armado: se llena 3/4 partes de su capacidad con yerba, se tapa la boca con una mano y se sacude 3 o 4 veces. Al volver a la posición original se debe dejar la yerba en diagonal dejando un lado del cuenco casi vacío. Ahí se llenará con unos chorritos de agua aproximadamente a 60° hasta que la yerba se humedece e hincha. Se tapa la boquilla de la bombilla y se coloca en ese sector de yerba húmeda, donde se seguirá cebando. Cuando se lavó ese parte se continúa con la yerba seca.

¡Y a matear!